NinaEl aire entre nosotros era sofocante. Los ojos de Enzo, normalmente de un cálido marrón que me recordaba a una acogedora y crepitante chimenea, tenían ahora un tono tormentoso e incierto.Estaba dolido, eso era evidente."Me estás preguntando si abortaría sin decírtelo", susurré por fin, rompie
NinaLa fría mañana se convirtió en una tarde cálida y soleada, y Enzo y yo estábamos cansados de estar solos en nuestra gran casa de la montaña.En un último esfuerzo por inyectar un poco de normalidad a nuestras vidas, Enzo y yo decidimos conducir hasta la ciudad para visitar las tiendas, respirar
EnzoEl aire de la noche era fresco pero no demasiado frío, justo como me gustaba. Había algo en la soledad de la carretera y en el estruendo de mi motocicleta que lo ponía todo en perspectiva.Nina había pasado por muchas cosas y, aunque me habría encantado estar a su lado en todo momento, supuse q
NinaColgué la llamada de mi madre y una nueva revelación empezó a invadirme.Tal vez mi madre tenía razón; tal vez podría hacerlo después de todo. Tal vez sería difícil y tal vez pasaría muchas noches sin dormir, agotada y preocupada. Pero creo que ahora sabía lo que quería, lo que había querido du
NinaLos ojos de Enzo se abrieron de par en par, un destello de algo que parecía esperanza los iluminó mientras procesaba mis palabras. Antes incluso de anunciar mi decisión, pareció darse cuenta de lo que estaba a punto de decir."¿Quieres quedarte con el bebé?", soltó."Sí", exhalé con una leve ri
EnzoEl motor de mi camioneta sonaba suavemente de fondo mientras Luke y yo permanecíamos sentados en silencio, con los ojos bien abiertos en busca de cualquier señal de la camioneta de Edward. El reloj del tablero marcaba las 11:37 de la noche, y llevábamos horas así. En el tablero había envoltorio
NinaEl silbido de la tetera me sacó del ensueño en el que me había sumido. Con un suspiro, dejé el libro y me dirigí a la cocina.Era más de medianoche y en la casa reinaba un silencio inquietante que no hacía, sino aumentar mi preocupación por Enzo. Había dicho que saldría a dar una vuelta y que v
NinaEl aroma de la tierra húmeda y el aire fresco de la mañana nos saludaron cuando Enzo y yo atravesamos el portal y entramos en el reino de los hombres lobo. Los árboles se paraban como guardianes ancestrales, sus hojas brillando con el rocío de la mañana. El mundo pareció detenerse, como si nos