Nina No estaba del todo segura de lo que pasó aquella noche después de que Matt, Lori y Jessica vinieran a rescatarme. Estaba demasiado borracha y conmocionada por la terrible experiencia, lo que me dejó la cabeza nublada y desorientada. Lo único que recordaba era haber vuelto a casa y haberme meti
Una lágrima asomó a mis ojos y parpadeé rápidamente. Aparté la muñeca y me senté en el borde de la cama, mirándome los pies mientras intentaba pensar en cómo abordar el tema de lo que había pasado con Enzo en la fiesta. "La cagué anoche", susurré, con un sollozo agitándose en mi pecho y haciéndome
Nina Gracias a la ayuda de Luke, pude dormir un poco más esa noche antes de tener que ir a clase. Un poco de descanso era muy necesario para recuperarme de la resaca, y sentí que me invadía un poco de paz al pensar que el antídoto no solo había funcionado durante la prueba, sino también el hecho de
Enzo La mañana después de enfadar a Selena y dormir en el sofá por hablar con Nina, me desperté más confuso de lo normal. Selena, para mi sorpresa, ya estaba despierta y estaba preparando tortitas en la cocina. "Buenos días, cariño", me dijo con una sonrisa mientras daba la vuelta a una tortita en
NinaCuando me encontré con Enzo en el patio, pensé por un momento, mientras él me miraba con una extraña expresión en la cara, que decía que podría empezar a recordarme.Pero no me recordó. Aún no, al menos.Viéndolo acercarse a Selena y abrazarla me dieron ganas de llorar, pero logré alejarme y ma
NinaCuando abrí la puerta del armario de suministros para que Enzo pudiera ver los túneles, me di cuenta de que estaba empezando a recordar por la forma en que su cuerpo empezó a recuperar su aspecto normal. Parecía que recordar su pasado hacía que su disfraz se deshiciera, como si la magia de Sele
"Extraño mucho el hockey", dijo él silenciosamente con una voz casi soñadora. Una leve sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios. "Amo el hockey. Amo a mi equipo. Y tú eres la doctora de mi equipo... ¿Verdad?".Asentí con lágrimas en los ojos, mordiéndome el labio inferior para que no temblara.
Enzo me rodeó con sus brazos y me levantó mientras nos besábamos. Le rodeé con las piernas y sentí cómo me apretaba entre su cuerpo y la pared. Sus labios recorrieron mi mandíbula y bajaron por mi cuello, provocándome escalofríos.Creía que no volvería a verlo y, sin embargo, aquí estaba. De algún m