Pero al mismo tiempo, las palabras de mis amigas eran reconfortantes y exactamente lo que necesitaba oír. Su dulce apoyo iba a ser suficiente para sacarme de esta, y estaba segura de ello. ... Al final de la fiesta, por fin llegó el momento de nuestra reunión oficial. Todo el mundo estaba un poco
EnzoAquella noche apenas dormí. Incluso cuando abracé a Nina, sintiéndola dormir plácidamente en mis brazos, no pude relajarme ni un momento. Mi mente no paraba de pensar en lo que estaba por venir; ¿qué haría cuando volviera al reino de los hombres lobo? No podía entrar sin más en la mansión del R
“Enzo”, gimió, clavándome las uñas en la espalda mientras la penetraba, con los ojos en blanco de placer, “te quiero”. “Yo también te quiero, Nina”, susurré. Me incliné para succionar la suave piel de su cuello, disfrutando de su envoltura y de sus uñas clavadas en mi espalda. Deseaba poder quedarm
NinaEnzo me cogió de la mano hasta el último momento, y me la soltó justo antes de que se cerrara el portal. Quería aferrarme a él y saltar a través del portal con él, pero sabía que no funcionaría. Y tenía razón: tenía que quedarme aquí. Aún quedaba mucho por hacer. “¿Vas a estar bien?”, preguntó
EnzoSolté la mano de Nina justo antes de que se cerrara el portal. Lo último que sentí fue que sus dedos se desprendían de los míos a regañadientes, y entonces... me quedé solo. Aunque lo único que deseaba era quedarme en aquel lugar y lamentarme por tener que dejar atrás a Nina, sabía que tenía q
NinaAquella noche me desperté sobresaltada. Tenía la espalda y la frente empapadas en sudor, y todo el cuerpo me temblaba al sentarme en la cama. Aquella noche había soñado con Enzo, un sueño horrible. Lo buscaba, corría por el bosque lo más rápido que podía y lo llamaba por su nombre. Oía su voz
“Los Luna Llena van a patrullar nuestro campus y nuestra ciudad en el futuro inmediato”, continuó el decano. “Puedo asegurarles a todos que estas buenas damas y caballeros son hábiles luchadores y harán todo lo posible por proteger nuestra escuela. Ahora, unas palabras de Lewis, el líder temporal de
EnzoSabía que no debía haberme escondido tan cerca de Selena. Me vio al instante cuando salió de la cabaña de la bruja, y sus ojos se clavaron en mí en la oscuridad como un halcón. “¿Enzo?”, gritó, frunciendo el ceño. “¿Eres tú?”. No había forma de que yo pudiera escapar en ese momento; incluso s