GRAY

Falon y sus amigos son dedicados, les concedo eso. Incluso después de un día completo de entrenamiento, los cinco ya están en la arena esperándome cuando llego el lunes por la noche, y lucen ansiosos por comenzar.

Llámalo ser sobreprotector, pero simplemente no me gusta la idea de que Falon esté en el bosque por la noche, no desde que ese salvaje la atacó hace un par de semanas. Tampoco me gusta la idea de que Boyd le ponga las manos encima para entrenar, pero estoy divagando.

Como solo hay cinco de ellos, ni siquiera forman parejas para los ejercicios de práctica. Sin embargo, no es un problema, me emparejo con Falon, y entrenar con ella es como una forma intensa de juego previo. Cada toque es eléctrico, y aunque debería tomármelo con más calma para que ella pueda aprender, todo lo que mi lobo quiere hacer es derribarla cada vez, dominarla y ponerla debajo de nosotros. La embriagadora mezcla de adrenalina, endorfinas y excitación nos está volviendo locos a ambos.

Les enseño