GRAY

Cuando llega la mañana, me despierto sintiéndome más relajado y descansado que en años. Esta era la primera buena noche de sueño que tuve... ni siquiera sé desde hace cuanto. A menudo estoy plagado de pesadillas que repiten el ataque de la manada de las sombras a la mía, en las que mi madre grita que me aleje mientras la destrozan. No hace falta decir que no duermo mucho después de que esas pesadillas hagan acto de presencia, pero anoche no llegaron.

Lo primero que me saluda al despertar es el delicioso aroma de Falon. Ella está acostada de lado con su espalda presionada contra mi pecho, y antes de siquiera abrir mis ojos, entierro mi nariz en su cabello e inhalo profundamente. Ella huele a sol, a flores silvestres y la fruta más dulce, sacando a mi lobo de su sueño. Mía.

He estado descansando con un brazo debajo de su cuerpo y el otro sobre ella, y tengo cuidado de no despertar a Falon mientras lo libero. Luego, me incorporo y contemplo a mi impresionante loba durmiendo tan pl