Recorrimos el museo durante la hora que nos dieron en la prueba, orientadas por una guía que nos mostró no solo algunos de los platos más típicos de la cocina bahameña, sino que también nos explicó el origen de varios de los ingredientes utilizados en esas recetas, varios de ellos provenientes o bien de Europa o de otras islas del Caribe y que fueron introducidos durante la colonización.—Sin embargo —dijo la guía, que afortunadamente dominaba el español—,El principal ingrediente en la cocina bahameña es el conch, que es como se conoce a la especie de caracol más común en las islas.Intercambié una mirada con Daniela, en la que nos dijimos que, por muy tradicional y típico que fuera ese ingrediente en la culinaria de las Bahamas, por nada del mundo íbamos a preparar, mucho menos a probar, caracoles. Pero lo que dijo la guía a continuación replanteó nuestra decisión.—La carne de este caracol también se utiliza para hacer unas hamburguesas que son muy apetecidas por los bahameños. Co
Trituramos los caracoles en el metate, y extrajimos la mayor cantidad de grasa que pudimos. Habíamos decidido usar una parte para usarla como elemento graso, y otra como guarnición del plato de arroz marinado que íbamos a presentar para la prueba. Daniela tuvo un excelente idea de recurrir al método de cocción utilizado para la preparación de la paella, aprovechando los elementos rústicos de la cocina, y así obtener un arroz freído y de grano grande que tuviera la consistencia ideal con los mariscos y preparación de pescado que le añadimos. Preparamos también una ensalada con queso de cabra, mango, coco y otras frutas de las islas, a la que aderezamos con una salsa, algo picante, que simulaba una especie de switcher, una bebida muy tradicional en Las Bahamas. —Creo que nos ha quedado perfecto —dije cuando probé el arroz y después de llevarme una cucharada de ensalada a la boca.Daniela lo probó y estuvo de acuerdo. — valió la pena el sacrificio que hiciste — dijo después de p
Esa noche pude regresar temprano al hotel, distinto a lo que había sucedido la última vez que presenté una prueba. Se sentía tan bien ganar. Bajé al Boca Canoa para cenar con Verónica y mientras comíamos las dos, y ella me contaba todo lo que había hecho ese día con sus nuevos amigos y amigas, me sorprendió ver a Héctor entrar al restaurante, y no solo eso, sino que se aproximó a nuestra mesa y lo hizo tan seguro y confiado en sí mismo, que por un momento temí que hubiera enloquecido o por alguna razón creyera que yo ya no estaba en el concurso.«¿O se le olvidó que no he sido eliminada? ¡Qué hace, loco!», pensé en el instante en que, como si me acabara de chuzar un alfiler en la cola, me levanté para detenerlo, pero lo hice demasiado tarde y él se sentó con toda propiedad con nosotras. Miré a mi alrededor, pero solo entonces caí en cuenta de que prácticamente estábamos solos en el restaurante. Los demás concursantes seguían en la casa-museo, a la espera del veredicto de los
Sentí la imperiosa necesidad de acercarme a Esmeralda cuando la vi sentada, comiendo con Verónica, en el Boca Canoa. Se veía tan tierna, con la niña que, aunque sé que es su sobrina, cada día parece ser más su hija y Esmeralda se porta con ella como una madre. Aproveché que el restaurante estaba solo para felicitarla por el paso a la semifinal, del que me había enterado hacía solo unos minutos, y también para tener siquiera la impresión de que tenía una conversación con ella, porque me cuesta mucho controlarme saberla tan próxima y no poder ni siquiera intercambiar unas palabras sin el riesgo a que unos ojos indecorosos puedan sacar alguna conclusión sobre nosotros, una que, con toda seguridad no, será errada, porque esa persona hablará de amor en donde, en efecto, lo hay.Cuando salí del restaurante, me llevé la fragancia de su piel. Fue todo lo que logré robarle en ese momento, pero me era suficiente para guardármelo, llevarlo hasta mi habitación y colocarlo a un costado de mi alm
Al entrar a la casa, Jordan se cubrió con una bata y sentada en uno de los finos muebles de la sala, me pidió que le contara en qué podía ayudarme.—Usted es el CEO de la cadena hotelera Amazon´s ¿no es cierto? —Me interrumpió Jordan cuando estaba a mitad de mi exposición de los hechos que me habían llevado allí, con sus ojos aguamarina fijos en los míos, como si pretendiera escrutar en mi alma.—Así es, sí señora —respondí—. Como le decía…—Puedes llamarme Jordan, si te parece más correcto y menos formal. Accedí a hacerlo y en ese momento el mayordomo nos pasó dos whiskys, dobles y sin hielo. —Yo paso, muy amable —Me tuve que disculpar—. Estoy manejando.—No tienes que preocuparte, Héctor —dijo Jordan que, desde ese momento, también comenzó a tutearme y llamarme por mi nombre—. Tengo una bebida que te elimina cualquier efecto del alcohol. Solo tienes que tomarla quince minutos antes de tomar tu auto. Dudé sobre la existencia de esa bebida, pero no queriendo ser descortés, accedí a
Después de un merecido día de descanso estábamos por presentar la prueba Con la que solo dos de nosotras pasarían a la tan esperada y anhelada final del concurso. había sido algo más de un mes de prueba,s sacrificios y grandes esfuerzos que ahora exigían de un último impulso para poder ser materializados en la consecución del tan anhelado premio y privilegio De ser el chef que reemplazaría a Blanchet Como jefe de la cocina del hotel de la cadena Amazon´s en Las Bahamas, además de un considerable premio En dinero. Después del desayuno en el Boca Canoa, Nos habían adelantado que haríamos un viaje de dos días a una isla Cercana y que sería allí en donde se realizaría la prueba de la semifinal entre las cuatro últimas concursantes: Rubí, Teressa, Daniela y yo.Antes de partir me despedí de Verónica e hice algunas recomendaciones a Nicole, para que estuviera a cargo de mi pequeña durante mi ausencia.— te prometo, tesoro, que regresaré como finalista de este concurso — le dije a V
Los concursantes se habían ido a una isla cercana a realizar la prueba de la semifinal y, pese a que me hubiera encantado repetir lo que sucedió la última vez que hubo una expedición de ese tipo, cuando dormí por primera vez con mi gatita, esta vez no solo fue imposible debido a que los participantes se enfrentarían a una especie de prueba de supervivencia y trabajo en equipo, sino que, a estas alturas del concurso, ya había demasiado en riesgo y tanto Esmeralda como yo habíamos pasado por demasiado como para comprometerlo por algo de lo que podríamos disfrutar en solo unos días más. Tenía planeado salir a jugar golf ese domingo con algunas de las personalidades del mundo hotelero y turístico de la isla, para hablar de negocios y fortalecer conexiones mientras nos entreteníamos golpeando algunas bolas por dieciocho hoyos, pero muy temprano, pasadas solo unos minutos de las seis, mi madre llamó a la puerta de mi habitación.—No hay necesidad de que vayas hoy Gerar… Oh, mamá, qué sorpr
Emocionadas por el formato de esa prueba, estuvimos varias horas buscando los objetos ocultos, alejándonos, cada vez más, del centro que habíamos establecido al montar la carpa. Era como una búsqueda del tesoro, o una cacería de huevos de Pascua, solo que en esta ocasión encontrábamos utensilios que nos servirían no solo para una estancia más cómoda, como frazadas y sleepings para la noche, sino también para la preparación del platillo que debíamos presentar a los jueces al día siguiente. —Esto me parece muy divertido, ¿no lo crees? —dije a Daniela, con quien había hecho equipo para buscar en el costado izquierdo al sentido de la carpa.—Me encanta, no solo por la emoción de los hallazgos, sino porque también porque es un incentivo para salir a explorar y conocer los alrededores —respondió Daniela al tiempo que la veía acercarse, cada vez con más insistencia, a la entrada de la selva.—¿Estás segura de querer ir allí? —pregunté.Daniela se detuvo y puso sus brazos en jarras.—Creo qu