POV KHRIS
Todavía no me puedo creer lo que sucedió y mucho menos me puedo creer que haya permitido que Myla se marchara en ese estado. Pero la mirada de rabia, dolor y decepción que había en sus ojos me paralizó por completo. Le dije que todo estaría bien hace un momento atrás y ya le he fallado. Alexie me lo advirtió. Debí haber quemado el maldito sobre cuando me lo dijo. Estaba tan enfrascado en mis pensamientos en la mañana, pensando cómo acercarme a ella, cómo hacer que se olvidara del incidente con los reporteros y el periódico que ni siquiera ví el maldito sobre frente a mis narices. Myla estaba tan molesta y dolida que ni siquiera se dió cuenta cuando me lanzó el café encima y estaba caliente, joder. Por suerte siempre tengo un traje de repuesto en el baño privado de mi oficina. Cuando estoy terminando de abotonar mi camisa para salir en busca de Myla, llaman a mi puerta.
Hola a todos . Por favor déjenme saber que tal les está pareciendo esta historia y mil gracias por el apoyo.
POV KHRIS Bien, esto sí que no me lo esperaba. ¿Por qué está el hermano de Myla aquí? Pensé que iba a arremeter contra mí, pero no lo hizo. En cambio me invitó a un trago, algo que jamás hubiera imaginado. Espero que no quiera sermonearme respecto a Myla. Seguimos caminando por la acera y lo dirijo al bar de la esquina y le envío un texto a Alexie dejándole saber dónde encontrarnos. –¿Está bien este lugar? –le pregunto. –Mientras sirvan alcohol es perfecto. He estado aquí antes, es un buen lugar. –¿Puedo preguntar cuándo? Nunca te hab&
POV MYLA Estoy desesperada, ya ha pasado un buen rato y los chicos no llegan. Tengo miedo de lo que pueda haber pasado, o peor aún, de qué cosas hayan hablado. La puerta se abre y entran los tres. Alexie y Giancarlo muertos de la risa. Khris está serio y eso me preocupa. Me dirijo directamente a Giancarlo. –¿Qué ha pasado, de qué hablaron? –Tranquila hermanita, no hay nada de lo que preocuparse. –Por supuesto que sí, tengo todos los motivos del mundo para preocuparme. –Pues no lo hagas, te van a
KHRIS POV Llego antes de las 8:00 al club y subo directamente al segundo piso dónde están las oficinas y las cámaras de vigilancia. Al pasar todos los empleados me saludan, pero no me detengo a hablar con ninguno. La pared frontal de la oficina es completamente de cristal tintado, lo cuál te permite ver de la oficina hacia fuera pero no viceversa. El lugar está bastante lleno para ser tan temprano y la música retumba por todo el lugar. Es uno de los bares más exclusivos del área. Me preparo una copa y espero a que lleguen al bar. Unos veinte minutos más tarde los veo entrar. Inmediatamente le doy instrucciones a mi jefe de seguridad del bar. –Nick, ¿ves a esta chica de rojo que acaba de entrar? –le digo señalando a Myla en una de las
KHRIS POV –¿Estás diciendo que lo quieres por atrás? –pregunto incrédulo. Ella asiente avergonzada–. ¿Estás completamente segura? –vuelve a asentir. Estoy sorprendido. No me ha dejado quitarle la virginidad, pero quiere que la tome por detrás. Supongo que no será igual de doloroso que quitarle la virginidad. Para quitarle la virginidad tengo que desgarrar su carne, mientras que con el sexo anal sólo voy a expandirla. Eso trae a mi mente el horrible pensamiento de que lo ha hecho antes y no me agrada, pero trato de descartarlo de mi mente por el momento–. De acuerdo. Date la vuelta, creo que será menos incómodo –ella obedece y se pone a cuatro patas. Pongo mi mano en el centro de su espalda y la empujo hacia abajo para que recueste su pecho en la cama. Su rostro está vuelto ha
POV MYLA Inmediatamente Khris se marcha de la habitación, me levanto de la cama, me pongo algo de ropa y me marcho sin hacer el más mínimo ruido. Me hice la dormida para que no me hiciera ningún tipo de preguntas. Hacía mucho que no tenía una pesadilla. En realidad no recuerdo cuando fue la última vez que tuve una. Sé que Khris se merece una explicación, pero en este momento no puedo dársela. No sé si en algún momento pueda. No me merezco que sea tan atento y considerado conmigo. Él es demasiado bueno para mí y no lo merezco. Por eso me hice la dormida, para poder alejarme en silencio. Ya son casi las nueve de la mañana y al entrar en el apartamento me encuentro a Liz y Alexie preparándose un café. &ndas
POV MYLA Esto es tan doloroso, pero es lo mejor para él. Sé que sólo quiere ayudarme. Es su manera de demostrarme que le importo. Pero hablé demasiado y no perdí detalle de su reacción al decirle que la persona por quién preguntaba estaba muerta. No sé que estará pensando en estos momentos, pero por su reacción sé que eso no se lo esperaba. –Myla... –Me dijiste que te pidiera lo que quisiera y quiero estar sola. Ahora vete, por favor, sólo vete –no me contesta, sólo se tensa a mi lado. Me da un doloroso beso en la cabeza, se levanta de la cama y se marcha cerrando la puerta con fuerza. Me siento en la cama envuelta en el edredón a llo
POV MYLAVIERNES Hoy es un gran día para Liz. Ha estado trabajando durante largos meses en un proyecto el cual trata de una gala de beneficencia para niños y mujeres maltratados. Siempre ha sentido la necesidad de ayudar a los menos afortunados y es digno de admirar. Pero ésta vez ha ido a lo grande. La mayoría de los invitados son personas de la élite de Nueva York, clientes y conocidos de Alexie y Khris en su mayoría. La cena gourmet tiene un costo de mil dólares por persona, la cena más cara de la historia, pero sabiendo quiénes irán, no son más que unos cuántos dólares para ellos.La cena consiste de entrante, plato principal y postre. Adicional diversas ensaladas y aperitivos de todas clases, todo tipo de cócteles y bebidas, todo de primera clase. Después d
POV MYLA Después de algunos veinte minutos, la subasta termina. Y mis nervios están en primera fila. El maestro de ceremonias ya me está presentando y camino sin mirar a nadie y tomo asiento en la pequeña butaca frente al piano. Toco algunas teclas para comprobar que el piano esté entonado y no haga el ridículo más de la cuenta. Se hace un silencio sepulcral. Respiro profundo para calmar mis nervios y comienzo a tocar el piano. Cierro mis ojos y dejo que el sonido del piano me envuelva hasta que comienzo a cantar. Se siente bien volver a hacerlo. Sigo hasta el final. Al tocar la última tecla hay un silencio inmenso, lo que me hace pensar que la gente me odia y no le ha gustado. De repente el sonido estruendoso de los aplausos me hace dar un respingo y abrir los ojos. Me volteo para mirar a los invitados y todos están de pie. Les hago una leve referencia y me desaparezco de la tarima. Liz y A