Capítulo 53Sergei me mira de reojo cada cierto tiempo, ambos vamos en silencio dentro de su coche, porque siendo honesta conmigo misma, las palabras no salen de mi boca. Tengo tantas preguntas, y pocas respuestas, tantas que siento que mi cabeza me va a explotar.—¿A dónde vamos?Hablo por primera vez, sin ni siquiera verlo a la cara.—A una discoteca a las afueras de la ciudad.Muerdo mi labio inferior.—Pensé que no te gustaban ese tipo de lugar…—¿Qué tipo de lugares? ¿Los que están llenos de hombres que pueden mirarte? —silencio—, prefiero estar cogiéndote ahora mismo en nuestra cama.Oculto una enorme sonrisa, Sergei es demasiado celoso y posesivo como para permitir que un hombre que no es él me mire de más. vuelvo mi vista hacia la ventanilla del vehículo, la noche
Capítulo 54Sergei RussoBebo tranquilamente del trago que uno de los meseros me ha entregado en la sala VIP en donde los ejecutivos de la multinacional Johanson han decidido traernos a mi mujer y a mí. Observo todo a mi alrededor, sin perder de vista a mi prometida, la cual baila sonriente junto a Liliana.—Es linda, ¿No?Gruño al escuchar las palabras del inglés.—¿Perdona?—Liliana… —Elevo las cejas, porque siendo honesto, no me esperaba que hablara de ella. —Es muy hermosa, y sensual… —Solté un bufido, volviendo a tomar la copa de whisky de donde la había dejado. —Escuché que estuvieron liados…El líquido amargo se atoró en las paredes de mi garganta.—¿De qué habla?Lo vi sonre&iac
Capítulo 55Sergei Russo Mis labios fríos besaban frenéticamente el cuello de mi mujer, Dara se removía por las miles de sensaciones que le estaba causando en este momento. Estaba ciego de celos, aunque también el miedo me carcomía. No quería que descubriera mi mentira, y comprendía que debía silenciar a Liliana para que la verdad jamás se supiera.—Detente… Detente… —Susurró al percibir como mi mano subía descaradamente hacia su entrepierna, —Sergei… Hay sangre… —Me despegué de su cuerpo para verla detalladamente a la cara.—Ya te dije que no me importa.La tomé de las caderas para sentarla sobre el enorme lavabo de mármol que había dentro del baño, en espejo detrás de ella me permitía ver con claridad nuest
Capítulo 56Un escalofrío mortífero recorrió mi espina dorsal al escuchar a Liliana confesar que tiene un hijo adolescente. Mis manos tomaron con fuerza mi pecho, mientras que la mano que sostenía la muñeca de Dara terminó a un costado de mi cadera. Un ligero sudor se apoderó de mi frente, y cuando vi a mi ex novia sonreír, forcé también una sonrisa.—¿Estás bien, amor?Mi futura esposa preguntó, y no supe que decir, me sentía completamente confundido.—Yo... —Carraspeé con fuerza la garganta, y de este modo aclarar mis pensamientos, —claro que lo estoy, ¿Por qué la pregunta?—Estás pálido… —La española intentó tocar mi rostro, aunque la detuve antes de que lo hiciera. Sus ojos se posaron en Liliana, y luego en mí
Capítulo 59Dara SmirnovPuedo sentir como la bilis comienza a subir por mi garganta, y un mareo repentino se hace presente dejándome sin aliento. Dora trata de detenerme, su mano toma la mía, pero me zafo de ella tan rápido que le es casi imposible a la anciana mujer seguirme el paso.Con desespero busco las llaves de mi coche dentro de mi bolso, y una vez que la encuentro entro al vehículo acelerando el paso lejos del edificio en donde mi prometido vive. Mis manos aprietan con vehemencia el volante del carro, todo a mi alrededor se siente tan extraño. Tan alejo a mí.—Cálmate… Cálmate, Dara… Eres una jodida Smirnov… Eres la nieta de Miguel Smirnov…Mi pulso está demasiado acelerado, puedo sentir como pierdo el control de todo, y debo parquearme a un costado de la calle cuando un camión casi me arrebata la vida. Mi teléfono comienza a sonar mostrándome el nombre de mi padre, así que lo guardo dentro de mi bolso porque lo último que quiero ahora mismo es iniciar una nueva guerra.Lueg
Capítulo 58Sergei RussoSalgo de mi cama sin hacer ruido con la intención de que Dara no se despierte, y note que me he ido de casa. Son casi las seis de la mañana, y ver su pequeña silueta despertando a mi lado es una gran bendición para mí. Estoy deseando tanto hacerla mi esposa, y dueña de todo mi imperio, y para eso necesito saber la verdad por parte de Liliana.En silencio me visto casi tan rápido como el sol comienza a posarse de nuevo en el cielo, mi ama de llaves me ve salir de mi habitación, y le hago una seña para que guarde mi secreto, pero, sobre todo, para que por nada del mundo le diga a mi futura mujer en donde estoy.—¿Qué quiere que le diga a la señorita?—Dile que estoy en la empresa…—¿Eso es todo?Dora me da mi maletín.—Ella no puede ir a la empresa, debes evitarlo.La anciana me fulmina con la mirada.—No eres ese tipo de hombres, Sergei, te crie, y sé que no serías capaz de serle infiel…Le hice una seña con la mano para que no continuara hablando, ¡Por supuest
Capítulo 57Dara SmirnovMi corazón late tan rápido que me es imposible respirar, reviso rápidamente mi mano al notar el enorme diamante que reposa tranquilamente sobre mi dedo. He aceptado al amor de mi vida, he aceptado ser su esposa, y las ganas de llorar me hacen presentes, mientras que mi cabeza reposa sobre su pecho. Mis manos se aferran a él, al único hombre que he amado de verdad y la felicidad desborda tanto de mi cuerpo que comienzo a sentirme débil ante él.De repente sus manos se instalan sobre mis hombros, y en un movimiento casi brusco me separa de su lado. Sus ojos están idos, como si las ganas de irse de aquí lo obligaran a alejarme de su presencia. Trato de sonreír por un momento, tal vez el auge del momento nos ha puesto nerviosos a todos, pero al verlo revisar su móvil sé que algo no está bien.—¡Felicidades!Grita, papá al acercarse a nosotros, Sergei medio sonríe casi obligado, así que intento disimular el incomodo momento. Un nudo se forma en mi garganta, pero ve
Capítulo 60Sergei Russo—Quítate la falda, y convénceme primero de no matar a ese hijo de puta…—Fue lo primero que le dije cuando los celos tocaron mi sistema. Podía sentir como mis manos temblaban con solo la idea de verla con otro. Mi corazón comenzó a latir con demasiada fuerza, mientras que un escalofrío me recorrió la espina dorsal con el hecho de perderla.—¡No me voy a quitar nada!Ella demandó, y bajé la cabeza, lo comprendía, el secreto que estaba guardado lo estaba jodiendo todo. —Tengo algo que decirte…—¡¿Me pusiste los cuernos?!Preguntó alterada, y no supe que responder.—¡Joder, Sergei Russo! ¿Me pusiste los cuernos con Liliana?Apreté el volante de mi coche porque las palabras no querían salir de mi boca, si bien. —No…—Mierda… Mierda… ¡Me asustaste!Apreté mi labio inferior, entre tanto mis pestañas no dejaban de parpadear con rudeza. Debía decírselo ahora. Debía tomar este camino si quería que mi relación con Dara fuera para siempre como lo deseaba.—Te mentí en alg