La cafetería de la preparatoria bullía más de lo habitual, me encontraba almorzando con mis amigos. El olor a frituras era desagradable, no entendía como permitían que lo estudiantes se alimentaran de ese montón de grasa. Era amante de las hamburguesas, hot dog, las pizzas y todo lo que se relacionara con comida rápida, sin embargo mamá nos obligaba a Jesse y a mí a comer saludable, peto últimamente encargaba pizzas para no tener que hacer la cena cuando mamá llegaba tarde a casa. —¿Qué tal si vamos a acampar? —Habló Claire.—Lo dice la que le teme a un mosquito. —Dijo Matt mordiendo de su sandwich.—Cariño, ¿Y tu moral? —atacó la pelinegra. —Le tienes fobias a las polillas, al contrario de mi que soy alérgica a esos bichos.Matt iba a replicar por lo que me adelanté a hablar antes que esos dos comenzaran sus estúpidas peleas sin sentidos. —Me gusta la idea, eso de compartir juntos, considerando que nos veremos el año que viene y todos tenemos planes de irnos de viaje. —Comenté.—Bu
Ingresé al baño y me despojé del uniforme, formando un charco en mis pies. La recogí colocándola en el cesto de ropa sucia, entré a la ducha y me permití disfrutar del agua caliente que resbalaba por mi cuerpo. Mojé mi cabello, di leves masajes aliviando el dolor de cabeza que tenía, dejé que el agua impactara en mi cabeza y terminé de restregarme. Las palabras de Claire vinieron a mi mente. Mis sospechas hacia Jason fueron descargas, aquel chivo no conocía al sujeto que quiso abusar de mí, según lo que me dijo Clai, ella lo conoció en una página de citas en líneas, y luego descubrió que estudiaba en la preparatoria Trinity School que quedaba cerca de la nuestra. Jason fue quien se atrevió a escribirle y desde entonces conversaban muy menudo, de ahí que le comentó sobre mí y su plan de buscarme citas. La incertidumbre por descubrir cómo aquel hombre supo que estaría en la fiesta me estaba carcomiendo cada vez más. Él sabía que mi madre era abogada y trabajaba para uno de los mejore
—Pero, hoy no hay clases pollito.—Comenté terminando de comer.—Sí, ya lo sé. —Se subió al taburete tomando el cubierto.—Solo practicaba distintos peinados.Solté una sonora carcajada, mamá iba a decir algo pero su móvil sonó, contestó la llamada y fue al living.—¿Te gusta un chico? —aparté la vista de mamá y la posé en Jesse.—No, aún no a llegado mi príncipe azul. —Hice una mueca.—¿Por qué la pregunta?Le dio un mordisco a su tostada y bebió de su jugo de durazno.—Mamá dice que cuando te gusta a una persona, no dejas de mirarlo. —Habló con la boca llena. —Y estás mintiendo. —No lo hago, ¿qué te hace pensar que me gusta un chico?—Formulé.—El día que Asthon, el hermano de Matt cenó con nosotros, te observé mirarlo con ojitos de enamorada. —Insinuó Mis mejillas se encendieron, ¿Cómo este mocoso se dio cuenta?Más no le daría la razón, temía que a el pequeño travieso se le pudiera escapar decir eso delante de los hermanos Hartmann.—No me gusta Asthon, ni mucho menos estoy enam
—Nadie, no sabe lo que dice. —Tapé la boca de Jesse con mi mano al ver que iba a soltarle todo a Asthon.Lo fulminé con la mirada, Jesse se limitó a reírse. La camarera llegó con nuestra orden y agradecí por ello, suspiré aliviada. Nos dispusimos a comer y mi hermano no volvió a hablar, la comida era lo único que funcionaba para que guardara silencio.Decidí ignorar el mensaje que había recibido, sea quien fuera el sicópata, su jueguito no duraría mucho. Iba a investigar que quería aquel desconocido que andaba amenazando a mi familia. No permitiría que les hiciera daño a las personas que más amaba en el mundo, y si debía poner mi vida en peligro para poder protegerlos, correría el riesgo. ***Jesse obligó al pelirrojo a ver una película juntos, me encontraba en la cocina preparando palomitas de maíz, las coloqué en un bol y subí a la habitación del pequeño. Les tendí las palomitas y me acomodé al lado de Asthon debido que Jesse ocupaba el resto de la cama. —¿Qué película es? —Pregunt
—Bien chicos, esto es todo por hoy, pueden retirarse. —El director Lennon se marchó del aula de clases.Me apresuré a guardar las cosas en la mochila, había traído solo un cuaderno, debido a que las clases ya estaban por finalizar. La mañana la pasé en el campus dónde el equipo de fútbol americano practicaba, de vez en cuando sentí la mirada de Asthon sobre mí, y simulaba estar escribiendo en mi libreta. —Hola Jenna. —Giré viendo a George, el chico con el que compartía literatura.—¡Hola! —exclamé al tímido chico de gafas redondeadas.—Yo, venía a preguntarte si ya tenías pareja para el baile. —Dijo sin rodeo.—Oh, bueno, la verdad es que...—Irá conmigo —intercedió Asthon ingresando al aula. —Lo siento amigo, pero llegaste tarde.—Ah, n-no lo sabía... Y-yo, con permiso —terminó de decir y se marchó el pobre muy despavorido. Miré a Asthon con desaprobación, sonrió con inocencia. —¿Por qué hiciste eso? —recriminé viéndolo mal. —Pudiste ser más amable con él, y ¿Cuando me invitaste a
Pasé todo lo que quedaba de la semana en la biblioteca arreglando los estantes, llegué a un acuerdo con Asthon, y era que el pintara todas la paredes mientras yo ordenaba los miles de libros esparcidos en cada rincón de la biblioteca. Es que, ¿acaso les costaba tanto colocar los pinches libros en sus respectivos lugares?En el momento en que iba a pasar un montón de libros, perdí el equilibrio y cayeron inevitablemente al suelo. Quería morirme, ahora todo estaba disperso, y muchas hojas sueltas. ¿Es que el día no podía ser peor? Rugí, llena de ira. ¡Agh! Me agaché para recogerlos, los coloqué unos por uno encima de la mesa, la portada llamativa de un delgado libro llamó mi atención, lo tomé abriéndolo para ver de que trataba. 'El cuaderno de Noah' leí el título de portada. Lo guardé en mi mochila para leerlo al llegar a casa, al menos ya tenía con qué matar el aburrimiento. Iba a continuar arreglando el resto de libros que faltaban, pero las voces que provenían de
Flashback.—¡Hey chica arcoiris! —las risas de mis compañeros no tardaron en resonar, se burlaron escuchando el apodo que le dijo Danielle, a la niña nueva.La miré, se hallaba en un rincón con la vista fija en su comida, más aún no había probado bocado siquiera. Sus ojos verdes estaban cristalizados, pude sentir lo difícil que era cambiar de escuela y no conocer a nadie, y peor aún que se burlaran en el primer día de clases. Me levanté de mi lugar y me acerqué a ella, elevó su mirada tímida hacia mí.—Hola, ¿Puedo sentarme? —asintió.—¿Cómo te llamas? Yo soy Jenna pero puedes decime Jen. —Sonreí mostrando el diente que faltaba en mi boca. —C-claire. —su voz fue inaudible.—¡Que lindo nombre! —expresé sincera.—Gracias. —Murmuró.—¿Quieres una galleta de gengibre? —ofrecí abriendo mi mochila de color lila.Claire asintió. —Mamá las prepara para cuando estoy triste. Y al comerlas mi tristeza desaparece y soy
Me fue imposible no recorrer mi mirada en él, vestía un traje negro compuesto por una camisa manga larga color blanco, muy pulcra y zapatos oscuros lustrados. Lucía guapo, el traje le quedaba como guante en su cuerpo, como si fuese hecho a la medida de él. —Bien, aquí está la cámara, venga solo será una. —Dijo mamá tomando a Asthon por un brazo y a mí con el otro.Me acomodé al lado de la pelirrojo, este no dudó en pasar su brazo por mi cintura atrayendo nuestros cuerpos más cerca. Mamá capturó la foto y nos dejó marcharnos antes que se nos hiciera más tarde.—Cuídense mucho, y no se molesten en regresar temprano, disfruten chicos. —Me despedí de mamá y subí al auto.—Hueles bien, eso quiere decir que te bañaste. —Bromeó Asthon apenas puso en marcha el auto.—¡Oye! ¡Siempre me baño! —defendí rodando los ojos. —¿Te cuesta tanto decir “que linda estas Jen”? —imité su voz gruesa haciéndolo reír.—No, no me cuesta, pero ¿Por qué se