“¡No quiero acostarme!”, gritó Liam cuando Scarlett aflojó sus brazos alrededor de él. “¡Quiero abrazarte, mami!”.

“Bebé, tienes que acostarte. Abrazarme todo el tiempo, solo hará tu cuerpo más caliente. Necesitamos enfriarte”, aconsejó Scarlett, antes de intentar silenciar sus llantos. “Ya, ya. Escúchame”.

“Escucha a tu mami, Liam. Ella sabe lo que es bueno para ti”, dijo Samantha, sus manos acercándose a Liam, instándole a acostarse sobre la cama del hospital.

Después de que Liam sufrió una breve convulsión, Scarlett y Boris se apresuraron a llevar al niño al hospital, donde fue ingresado por una posible infección. Samantha llegó pronto después de enterarse de la noticia. Kaleb, por el otro lado, tenía que permanecer en Londres. Sin embargo, había llamado unas cuantas veces desde el confinamiento de Liam.

Boris le explicó a Scarlett y Samantha que Liam dijo que se sentía cansado y quería dormir. Supuso que el jovencito estaba exhausto después de varios días de prácticas de piano