Apenas llegué Dante a casa hoy, debo hablar con él, no es que vaya a pedir permiso simplemente debo comunicarle lo que pienso hacer con mi vida.

Si no entiende pues bien puedo negociar, unos cuantos de mis territorios que se niega a devolvérmelos, eso es otro problema que no he podido arreglar.

Después de la llamada de ellos, seguí con la rutina de los niños, Isabella me ayudo como siempre hace cada vez que puede y está en casa conmigo, después de atender a los bebés y dejarlos durmiendo en su habitación. Isabella ofreció quedarse a dormir ahí pero le dije que no, ella debe de disfrutar su adolescencia, no cuidar bebés, que vaya a su habitación a dormir tranquila.

Estoy dando vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir, ¡Maldito Dante que me acostumbro a dormir con él!

Me levanto de la cama, me pongo mis pantuflas y salgo de mi habitación por costumbre voy a la de los bebés, los reviso, están dormidos como los dejé, cierro con cuidado y me dirijo a la habitación de él.

Voy a ver si