Isabella, con lágrimas en los ojos, empezó a llorar. Su imagen era la de una persona desdichada. Ximena nunca había simpatizado con Isabella. Siempre la había visto como alguien que se movía en las sombras, buscando sacar ventaja de cualquier situación y con una tendencia constante a compararse con
—¿Qué qué está pasando? ¡No digan tonterías!Lluvia, con el rostro sonrojado, tomó asiento junto a Marcus, diciendo:—Marky solo se está quedando en mi casa unos días.Los jóvenes de familias acaudaladas sabían que Marcus había sido expulsado de su hogar por la familia Sánchez al rechazar el matrimo
Araceli no entendía muy bien y, luchando por mantener abiertos sus pesados párpados, preguntó con la lengua pesada.—¿Qué estás diciendo, Lluvia?Lluvia soltó una risita sarcástica.—¿Qué puedo decir? ¿Qué más podría decir? ¡Todo es demasiado tarde ya!—Celi, ahora me arrepiento tanto. Si hubiera re
Esa noche, Ximena no regresó a la Villa Acacia, sino que se quedó en casa de Marcela.Junto a sus tres pequeños, se acurrucaron en una cama pequeña, los cuatro estrechamente unidos, en un cálido abrazo.Los niños, con sus manitas, se aferraban fuertemente a Ximena. Ella, entre risas, les preguntó si
Ximena apretó su mano en silencio, levantando sus párpados con una mirada fría y desafiante, enfrentándose sin miedo a la provocación de Yazmin.Luego, varios oradores subieron al escenario.Sus discursos eran elocuentes y emotivos, pero carecían de la audacia de Yazmin, quien no temía invertir una
Después de la comida de barbacoa en Nubiazura, Autem había empezado a ver a Ximena con otros ojos.Esa mañana, al salir de casa, vio a Lluvia llorando a escondidas. Tras preguntarle, se enteró de la razón. Lluvia había ido con Graciela esa mañana a llevar unos recién hechos churros al vecino, pero e
De repente, Yazmin se abalanzó hacia adelante, dispuesta a golpear a Pilar, pero Víctor, que la seguía, la detuvo.—Pilar, ¡desgraciada! ¿Crees que por conseguir el cargo de directora podrás pisotearme? ¡Solo llevas dos años en la Universidad Aurensia, y ya pretendes ser directora con esa experienci
—¡Ya lo sabías desde hace tiempo, por qué no me lo dijiste, por qué no me lo dijiste, por qué no me lo dijiste!Autem gritó a su padre por primera vez. Repitió varias veces «por qué no me lo dijiste», mostrando cuánto se había derrumbado por dentro. Abelardo, a pesar de estar cerca de los noventa añ