Justo cuando Rocío estaba a punto de asestar un golpe con el cuchillo de cocina que sostenía en su mano a Marcus, Samuel, que acababa de regresar del trabajo, irrumpió y empujó a Rocío a un lado.—¡Qué estás haciendo! ¿Acaso quieres herir a alguien más? ¿Quieres volver a la cárcel?Rocío tropezó con
El colega que vino a traer la pomada también murmuró insatisfecho.—¡Si quieres destacar, no nos arrastres contigo!Raquel mordió su labio en silencio, soportando el ardor en su brazo.—¡No creo que ella pueda seguir siendo arrogante para siempre!Una colega entró para aplicarle pomada a Raquel. Era
Raquel interrogó a Rocío durante todo un día. Pero la última se negaba a cooperar, sin revelar nada.Entonces, Raquel decidió no seguir interrogando; después de todo, había grabaciones de la escena y videos tomados por los espectadores desde varios ángulos, suficientes para demostrar que Rocío había
—¿Quién dice que somos amigos? ¡No tengo interés en ayudarte! ¡Cada quién con lo suyo! ¿Qué tengo que ver yo con tus problemas? —Raquel sacó su teléfono de su bolsa—. ¿Cuánto costaron las dos botellas de vitaminas que me compraste? Te las pago ahora mismo.—Un dólar, no te preocupes —dijo Jorge, res
—¿Dónde estás?La voz de Lisandro era baja y profunda, resonando en la oscuridad de la noche, proporcionando a Ximena un infinito consuelo. Ella, como una niña perdida, no sabía dónde estaba, mirando desconcertada a través de la ventana del coche.—Estoy... estoy, uh... en la intersección al lado de
—Y una cosa más, debes ser completamente fiel, no está permitido coquetear ni pensar en otras mujeres en tu corazón.—En eso puedes estar tranquila, desde niño siempre supe que no se puede ser indeciso en la vida. Tampoco me gustan las aventuras pasajeras.Ximena, apenas satisfecha, soltó su corbata
Ximena se dio cuenta de que Mariana no quería volver a ese lugar en absoluto. Cada rincón estaba impregnado con recuerdos de ella y Diego, cada detalle era como una punzada en el corazón.—Mari, ve a Residencial Bosque Dorado, a la casa donde vivía antes, —sugirió Ximena.Mariana negó con la cabeza,
—No.Respondió Lisandro, quien ya estaba despierto y revisaba documentos de la empresa en su móvil, soportando el adormecimiento en su brazo, que Ximena había estado usando como almohada, limitándole a usar solo una mano.Ximena encontró el número de Marcus en la lista de bloqueados y se lo mostró a