Después de un momento de reflexión, se dirigió hacia Armando. Resulta que Ximena había estado investigando en secreto sobre su madre, manteniendo todo tan bien oculto que ni una palabra había llegado a él. El abuelo, aún en vida, había hablado con él sobre su oposición a su relación con Ximena, menc
—¿Por qué tendría que decírtelo? Tú ni siquiera preguntaste.Sofía estaba realmente molesta con Lisandro por haber llevado a Ximena al aeropuerto sin decirle nada, evitando incluso usar a Dax como chofer para que Lisandro no se enterara de que Ximena se había ido.—¡Pero si eres mi hermana! ¿Con qui
Lluvia se dio cuenta, los tres no la querían. Sofía tampoco. Pero a ella no le importaba ser rechazada, seguía mostrando una indiferencia elegante, como si nada le afectara.—¿Sofía, es por Ximena?—¿Qué Ximena?—¿Es que Ximena les dijo que se alejaran de mí, que no fueran cercanos conmigo?—Ximena
Lisandro jamás imaginó que se encontraría con Lluvia en el avión, y menos aún en el asiento a su lado. Cada vez que su mirada se posaba en la corbata aún colgada en la entrada de su casa, sus ojos se endurecían con un frío glacial al observar a Lluvia.—¿Qué haces aquí? —preguntó con voz firme.Lluv
Lluvia miró a Autem extrañada y bajó la mirada para ocultar su confusión interna. Autem no era precisamente un caballero honorable. Influenciado desde joven por pensamientos extranjeros, desconocía la gracia de los adultos y siempre buscaba obtener lo que deseaba. Aunque no recurriera a métodos desp
Autem suspiró suavemente y señaló hacia Lisandro, quien acababa de entrar al hospital.—Lluvia, ¿crees que él aún te tiene en su corazón? Porque a mí me parece que ahora le importa más su esposa.Lluvia se rio con ganas.—¡Ay, papá, era una broma y te la creíste!Mirando hacia fuera de la ventana de
Finalmente, Lorenzo se marchó molesto.Ximena observó a Lorenzo alejarse y justo cuando iba a regresar a la habitación, Lisandro salió rápidamente del ascensor, casi chocando con su abuelo que estaba a punto de entrar. Ambos se sobresaltaron. Lisandro no esperaba encontrarse con su abuelo, y Lorenzo
—¿Qué estás diciendo, niña? —Lorenzo se sorprendió.Ximena no quiso repetir esas palabras. Al darse la vuelta para irse, Lorenzo la detuvo y, señalándola, preguntó:—¿Me estás asustando a propósito? ¡Eres muy astuta! ¿Pensabas que con amenazar con el divorcio dejaría de presionar a Lisandro para que