Capítulo 1004
Esto enfureció aún más a Lisandro. Mientras algunas personas le perseguían por los regalos, Ximena ni siquiera miraba esos regalos.

A pesar de haber vuelto lleno de alegría, con la expectativa de verla disfrutar de los regalos.

—Si no hay, no hay. Si te atreves a tocarlos, cortaré la mano que uses.
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