Ximena regresó al hospital, donde el doctor Salvatierra estaba haciendo su ronda en la habitación de su abuelo, Guillermo.Parecía que la presencia de Ximena animaba a Guillermo a comer más, lucía bastante animado ese día.Incluso comenzó a charlar con el doctor Salvatierra.Sin embargo, Guillermo h
Benedicto acababa de ser duramente reprendido por el doctor Salvatierra, quien le acusó de tratar vidas humanas como experimentos, diciéndole que había desperdiciado años estudiando medicina y que no merecía ser un médico que cura y salva vidas. Incluso le pidió que pusiera en pausa su proceso de co
—Mariana, ¿estás loca? ¿Ir a verla? ¿No temes que se te pegue y no puedas deshacerte de ella?Sofía fue la primera en desacuerdo, golpeando la frente de Mariana y regañándola por perder la cabeza.—¡Ximena se esforzó tanto solo para ayudarte a alejarte de ella! Y tú, en cambio, ¡vas corriendo a entr
—No estoy a tu lado para ayudarte. Justo estoy en Australia con tus dos tíos, visitándolos en tu nombre y hablando sobre asuntos de tu abuelo para ayudarte a superar los obstáculos.Ximena inhaló profundamente, tratando de ocultar a Lisandro que había llorado, y continuó con una voz más animada.—Ha
—Señor Salvatierra, ¿por qué viste así?Benedicto, sin tiempo para explicar, arrastró a Ximena al cuarto del hospital y, asomándose por la pequeña ventana de la puerta, vigiló hacia afuera. Al ver que nadie los había descubierto, suspiró aliviado.—Hoy mi padre tiene el día libre y no está en el hos
Dolores se aferraba a Mariana como un perezoso, casi haciéndola caer. Sofía intentaba empujarla sin éxito.—¡Vieja bruja, suéltala! ¿No tienes vergüenza? Mariana ya no tiene nada que ver con tu familia. ¡Déjala en paz o te arrepentirás!Dolores estalló en lágrimas.—¡No hay justicia! Una señorita ri
Hoy, por casualidad, lo usaba contra Mariana.—¿Qué estás haciendo? —Mariana corrió a arrebatarle las llaves, pero Dolores la empujó y corrió hacia la ventana, arrojando las llaves afuera.—¡Así está mejor, ninguna de las dos saldrá! ¡Quédate tranquila aquí conmigo! ¡Aunque muramos, moriremos de ham
Los dos se quedaron atónitos al verse.Ante esta situación, Ximena no pudo evitar sospechar que este encuentro había sido planeado con antelación.¿Cómo si no podría ser tan coincidente?El esposo de la mejor amiga de Lluvia, una figura clave para salvar la vida de su abuelo.Ximena no dudaba de la