Rebeca, después de colgar el teléfono de Elena, enfrentó a su madre con indignación.—¡Mamá! ¿Cómo pudiste aceptar eso?María, agitada, colocó a Amado en un sillón cercano.—La señorita Ramírez dijo que puede ayudar a reducir la sentencia de Antonio. ¡Él es el único varón en nuestra familia Salazar!
Así, Antonio se añadió a la lista de escándalos amorosos de Ximena. Al ver la noticia, Ximena solo pudo sonreír amargamente.—Esto tiene que ser obra de Elena. ¡Incluso ha arrastrado a la familia Salazar de vuelta a los titulares! Está determinada a destruirme.Mariana tecleaba frenéticamente en su
Ximena se cambió al traje que Jorge le había enviado anteriormente. Un elegante conjunto de pantalón y chaqueta de traje en negro, con una camisa del mismo color por dentro. Le quedaba a la perfección, ni muy apretado ni muy holgado, y el tejido era claramente de alta calidad, no era algo barato. Si
De repente, un reflector se encendió, iluminando a Ximena, seguido por el destello de cámaras y el sonido de los fotógrafos. Ximena se dio cuenta de que el salón estaba lleno de gente. Parada allí, desconcertada, no sabía qué estaba pasando.Entonces, otro reflector se encendió. Lisandro, con un imp
Ximena, al escuchar los elogios desde abajo, se sonrojó y tiró suavemente del brazo de Lisandro.—¿Qué pasó con eso de ver las estrellas que dijiste?Lisandro, señalando hacia los incesantes destellos de los flashes abajo, bromeó:—¿Acaso esto no son estrellas?Ximena levantó la vista y vio un cielo
A continuación, Lisandro presentó un certificado de paternidad del hospital, indicando que su hijo mayor, Mateo Mendoza, no era hijo de Elena. Los periodistas quedaron asombrados. Lisandro reveló cómo Elena había cambiado al niño y engañado a la familia Mendoza, y también mostró la prueba de paterni
Ximena, con cuidado, se acercó a Mateo y le habló en voz baja:—Mateo, todo es culpa mía.Mateo levantó la vista hacia Ximena, con una mirada fría que recordaba a la de Lisandro.—¿En qué falló mamá?Su pregunta fue directa, golpeando el corazón de Ximena.—No debería haberte traído aquí, debí prote
Ximena, con el corazón lleno de calidez, se apoyó suavemente en el hombro de Lisandro.—Nuestro Mateo sí que sabe ser un buen hermano.—Sale a su padre, sabe asumir responsabilidades.—Haciendo todo esto sin decirme. —Ximena le pellizcó a Lisandro en secreto—. Ya verás cuando lleguemos a casa.—Me p