Más tarde, Lisandro volvió a encontrarse con el pequeño Ignacio en el hospital. Para entonces, Ignacio ya sabía que Lisandro era su hermano por parte de padre, aunque no entendía bien qué significaba ser medio hermanos; solo sabía que Lisandro era su hermano. Lisandro se preguntaba si la presencia d
—Eh… —Fabiola balbuceó, evitando la mirada—, eh... no entiendo de qué está hablando señorita Mendoza.—¿Has tomado algo que no deberías? —Sofía entrecerró los ojos y preguntó con tono insinuante.—¡Ay, —Fabiola se puso nerviosa y golpeó su pierna—, dejé un caldo de pollo en la estufa! Debo ir a revi
Mariana, conteniendo el impulso de abofetear a José, forzó una sonrisa.—No seas tan directo, me... me harás sonrojar.José pellizcó la barbilla de Mariana, y murmuró con aparente coquetería.—Pobre ingenua, aún te haces la digna.Justo cuando José iba a besarla, Mariana se apresuró a decir:—Señor
Después de rechazar cortésmente, Mariana tomó asiento junto a Sofía frente a José, y comenzaron a hablar sobre manicura. Los temas de chicas dejaban a José sin oportunidad de intervenir. Aburrido, él jugueteaba con su celular, viendo videos cortos y lanzando miradas ocasionales a las dos bellas muje
—¡Nuestra coordinación fue perfecta! —Sofía, jadeando, dijo—. ¡Ahora al hospital para hacer análisis!—¡Vamos!Sofía se levantó del suelo, detuvo un taxi y juntas fueron al hospital para analizar las servilletas manchadas de vino. Esperaron cuatro horas hasta que finalmente llegaron los resultados.
Después de pelear un rato, José y Arturo dejaron de golpearse. Sentados en un puente lleno de basura, se miraban en silencio. Desde sus días en el ejército, su expulsión, hasta el presente, siempre se habían utilizado y obstaculizado mutuamente, conociendo demasiados secretos el uno del otro. En est
—Tranquila, señorita Ramírez, esto es solo una pequeña muestra. Tengo mucho más, incluso videos, muy interesantes. Si los envío a cierto sitio web, seguro que se convertirá en una celebridad de la noche a la mañana, más famosa que la mismísima Sora Aoi, —dijo José con sarcasmo.—¡José Rodríguez! —gr
—Elena, ¿para qué necesitas tanto dinero? Debo saber la razón antes de poder ayudarte, —dijo Rocío mientras se levantaba de la cama y se ponía una bata.Elena inhaló profundamente, su mente trabajando a toda velocidad, y respondió:—¡Es mi papá! ¡Ha sido secuestrado! Los secuestradores exigen un res