Ximena se detuvo y observó al hombre que tenía delante, impecable y sereno. Sus ojos no mostraban ninguna turbulencia emocional.—Señor Valdez.Dijo con una voz tranquila, como si estuviera hablando con un conocido sin mayor importancia. Luis, por su parte, sentía una leve tristeza, pero aun así son
Luis, siempre perspicaz, no tardó en darse cuenta de que Yazmin fingía tranquilidad. Observó a Ximena de reojo, notando su sonrisa forzada y su esfuerzo por parecer amable. Preocupado por si Ximena estaba siendo menospreciada, intervino con una sonrisa.—¡Qué coincidencia! También buscaba a Ximena p
En el mismo momento en que Luis pronunció estas palabras, Ximena observaba fijamente el rostro cambiante de Yazmin. Como esperaba, la expresión de Yazmin se transformaba visiblemente: de la sorpresa a la incredulidad, luego a la confusión y finalmente a una burlona carcajada.—¿Cómo es posible? ¡Est
Lisandro seguía llegando tarde. Ximena no preguntó por Iván, y Lisandro actuaba como si nada, dando a entender que Iván estaba bien en la familia Mendoza. Pero el vínculo entre madre e hijo es fuerte, ¿cómo no iba a preocuparse?Al día siguiente, Yazmin buscó a Ximena para reunirse. No fue un encuen
Ximena miró a su abuelo, sorprendida. ¿A qué se refería con que tuvo un hijo y luego tuvo más? ¿Estaba hablando de ella y su hermano? Yazmin le hizo una señal para que no tomara en cuenta las palabras del abuelo. Quizás estaba confundido y decía tonterías. Ximena no sabía quién era el hombre que su
—Él quería comprarme uno, pero yo no sé manejar, —se defendió Ximena.Pero para Yazmin, eso solo era una excusa.—He visto muchas chicas como tú en la universidad, —dijo Yazmin—. Las inteligentes, que aprovechan su juventud y belleza para ascender rápidamente, dejando atrás su origen humilde. Y las
Lisandro sonrió ante la pregunta, respondió:—¡Es verdad! Desde tiempos antiguos, todas las familias han valorado la idea de extender su linaje y asegurar su prosperidad.—Con toda la riqueza que tienen, ¿no sería fácil tener hijos? Si una mujer puede tener diez hijos, con diez mujeres podrías tener
Lisandro no sabía cómo explicarse con Ximena. Incluso si lo intentara, Ximena no lo entendería.—Tengo mis planes. Tengo que salir por un asunto, puede que no vuelva esta noche, —dijo Lisandro antes de dirigirse a la puerta. Ximena lo siguió rápidamente.—¿Por qué? ¡Dime por qué!Ximena de repente s