—¿No sabías que se podía obtener resultados en tres horas si se paga un extra? —Lisandro preguntó retóricamente.—La verdad, no lo sabía. No tengo los medios ni el dinero para eso —Ximena tomó el sobre y comenzó a desenredar el cordón alrededor del botón.Lisandro se sentó junto a Ximena y sujetó su
Lisandro caminó con calma hacia Antonio. El sonido de sus zapatos de cuero brillante resonó en el piso de mármol con un «clac, clac, clac» característico. Se agachó, apoyándose en una pierna frente a Antonio y le advirtió con voz suave pero helada:—De ahora en adelante, cuídate de no señalar a la g
Ambos decidieron dirigirse al jardín del hospital.Ximena, con las fuerzas escurriéndose, se dejó caer en una banca. El informe de paternidad estaba hecho un bollo en su mano, aferrándolo como si fuera su único salvavidas.—Debes decirle a Andrés —sugirió Lisandro.—Es un hombre y, por dolorosa que
Pero Marcela sintió miedo. Rápidamente tomó a María y le quitó el teléfono: —¡Somos familia! ¿Por qué llamarías a la policía? ¿Qué dijo el médico? ¿De verdad está tan mal?—¡Está inservible! —María, notando el temor de Marcela, alzó su voz con insistencia.—¡Solo tenemos a Antonio en nuestra familia
Rebeca observó el certificado de autenticidad durante largo tiempo antes de poder entender los datos escritos en él.En un arranque de rabia, lo rasgó en pedazos y se los arrojó a Ximena, gritó: —¡Estás mintiendo! ¡Esto no es real! ¡No trates de ensuciarme con tus mentiras!—Ximena Castillo, nunca p
—Hermano...Ximena sentía que había sido demasiado impulsiva ese día.Habría sido mejor hablar con su hermano en privado en lugar de exponer todo en público, humillándolo.—Perdona, hermano. No pensé las cosas bien —se disculpó Ximena.Andrés movió la cabeza de un lado a otro: —No, yo soy el que deb
Por curiosidad, Mariana intentó buscar información en línea sobre el misterioso y poderoso hermano de Sofía. Sin embargo, no encontró más que escasos detalles y ninguna fotografía o incluso un nombre completo.—¡Así son los grandes magnates! ¡Su información es ultra secreta! —Mariana exclamó mientra
—Desde que era solo un embrión, tú has estado con él. Ya te ve como su padre.—¿Acaso puedes abandonar a un niño que te llama «papá»?Andrés permaneció en silencio, con una actitud tan fría como el hielo.Rebeca, con lágrimas en los ojos, agarró fuertemente a Andrés y lo miró con desesperación: —And