CAPÍTULO 93.Brandon abrió la puerta de la mansión con el sobre en su mano. Nada más entrar se encontró con Elena sentada en el sofá con aspecto tranquilo mientras hojeaba una revista de moda.―¡Cariño, has vuelto! ― exclamo en cuanto lo vio entrar.Él se acercó en dos pasos y la abofeteo con fuerza, su cuerpo se tambaleó y cayó sobre el sofá.―¡Eres una maldit@ zorra! ―Brandon grito con ira y ojos llenos de furia. ―¡¿Creíste que no lo descubriría?! ¡¿Ah?!De repente la agarro del cabello y la arrastro fuera.―¡¿Brandon, de qué estás hablando?! ―Elena luchaba por liberarse de su agarre. ―¡Suéltame, me estás lastimando!―¡Haré muchos más que lastimarte, pequeña zorra!Finalmente, después de forcejear con él, logro sacarse de su agarre y se irguió para mirarlo directamente, su mejilla dolía a causa del golpe que le había dado.―¿De dónde sacas que te estoy engañando? ¿Quién te dijo eso?Brandon sonrió con amargura, cuando conoció a Elena, era una joven que trabajaba en un bar como meser
CAPÍTULO 94.El funeral de Brandon se celebró en total intimidad, sin embargo, para sorpresa de todos, solo una de sus hijas estuvo presente, Aspen.Nicole decidió no asistir, pero eso no significaba que no le afectara. Aunque fuera bueno o malo, era su padre, le debía la vida.Aiden permaneció a su lado y la consoló.―Cariño, ¿quieres ir…?―No. No seré hipócrita y, con honestidad, no tengo ningún interés en volver a ver a Elena y a Aspen. ―suspiro ligeramente ―Cada uno obtiene lo que merece, Brandon no fue un padre ejemplar, al menos Dios fue misericordioso y le dio una muerte rápida.―¿No tienes dudas? Solo Elena estaba con el cuándo murió ―Aiden cuestiono.―No. Revise el informe de la autopsia, el forense estimó que mi padre ya había sufrido un infarto horas antes. Además, padecía una grave enfermedad coronaria. Era cuestión de tiempo que esto sucediera.Aiden no dijo nada más, solamente la abrazo y la consoló en silencio.Para Nicole, a su modo de ver, significaba cerrar un capítu
CAPÍTULO 95 Cuando Nicole abrió la puerta, vio a su esposa e hijo jugando en el sofá. ―¿Qué es tan gracioso? ―dijo mientras dejaba su bolso sobre la mesa. Aiden giro su cara ante el sonido de su voz y sus cejas se juntaron cuando no vio nada en sus manos. ―¿No fuiste de compras? ¿Por qué no traes nada? ―Bueno… ―Nicole apretó los labios y no supo qué decir. ¿Debería tomar el consejo de Daniel y decirle que estuvo con él? ¿O inventar una excusa? De repente recordó que Aiden tenía mal temperamento y también era muy celoso, si le decía que había pasado toda la tarde con Daniel, lo más seguro era que iría por él. No, ella no le causaría problemas. ―La verdad, es que no me gusto nada. Visite varias tiendas y no pude decidirme por ninguno ―se sentó a su lado y también comenzó a jugar con su hijo. Aiden, en cambio, se echó a reír, sabía más o menos como funcionaban las mujeres, su propia madre y también la abuela, tardarían horas en estar listas antes de salir a algún lado. Así que dio
CAPÍTULO 96OFICINA GRUPO CONTINENTAL.Aiden trabajaba en una nueva negociación cuando llamaron.―Adelante.―Señor. ―Su secretaria le entregó un sobre amarillo ― Dejaron esto para usted, pero no tenía remitente.Él miró el sobre amarillo y sus ojos se entrecerraron con desconfianza.―¿Quién lo dejo?―Fue una empresa de correos.Aiden extendió la mano, tomo el sobre y lo abrió. Miro ligeramente y se percató de que se trataban de unas fotografías. Despidió a la mujer.―Puedes retirarte, Maite.―Sí, señor. ―la mujer se dio la vuelta y cerro la puerta detrás de ella.Una vez que estuvo solo saco las fotos con curiosidad. Sus ojos se abrieron por completo cuando vio a las dos personas en ellas.La imagen era de Nicole y Daniel, ambos sonreían alegres. Pero sus ojos, solo se enfocaron donde Nicole sujetaba la mano de Daniel. Sus manos sostuvieron la fotografía con excesiva fuerza y su respiración comenzó a agitarse mientras una ira incontrolable se apoderaba de él.Siguió pasando foto tras
CAPÍTULO 97.La cena benéfica se llevó a cabo en el hotel “MANDARÍN ORIENTAL”Cuando llegaron, ya era casi la hora de la apertura, Aiden había llegado a casa e inusualmente no hablo mucho durante el camino. Nicole no le pregunto que le sucedía, ella también estaba sumida en sus propios pensamientos.Esa noche eligió llevar un vestido estilo sirena azul rey de tela metalizada, la prenda realzaba completamente su figura de reloj de arena, su espalda estaba expuesta dejando a la vista su delicada piel, en sus pies un par de sandalias plateadas y su cabello estaba recogido en una coleta.Aiden, aunque estaba molesto, no pudo evitar sentirse orgullo y mirarla con dulzura. Le haya mentido o no, amaba a esta mujer.Tomados de la mano, caminaron hacia el salón lleno de gente, tan pronto como aparecieron, atrajeron la atención de todos los presentes, especialmente la de Aspen.Sus ojos llenos de maldad no dejaban de mirarlos, no importaba que pareciera una desquiciada, los miraba implacablemen
CAPÍTULO 98.En la suite del hotel, Nicole abrió los ojos y sentía que su cabeza estallaría. Estaba desorientada, abrió y cerro los ojos y también sintió seca la garganta. Cuando pudo enfocar los ojos, se dio cuenta de que estaba en una habitación.«¿Ya estoy en casa? Pero, hace un momento, estaba en la cena…»Recordó que caminaba de vuelta hacia Aiden y de repente todo se oscureció. La habitación estaba un poco oscura, solo la luz plateada de la luna se colaba por la ventana, se inclinó tratando de encender la lámpara a su lado. Cuando lo hizo la sabana se deslizó y dejando sus senos totalmente expuestos.―¡¿Qué demonios?! ―miro hacia abajo y se dio cuenta de dos cosas, una estaba desnuda y dos, no era su habitación.Asustada, miro lentamente a su lado, solo para ver a un Daniel con los ojos cerrados y sin camisa. Presa del pánico, se levantó y envolvió su cuerpo con la sabana. Sus ojos se abrieron como platos cuando vio que también estaba desnudo.―¡Daniel! ―grito y, comenzó a mirar
CAPÍTULO 99.Aiden cerro la puerta con fuerza, se detuvo y cerro los ojos intentando calmarse. En estos momentos había un huracán de preguntas desarrollándose en su interior.Lo mejor era dejar pasar la noche, mañana abordaría el tema con cabeza fría. Solo que a la mañana siguiente, cuando Nicole bajo al comedor, Aiden ya se había ido.―Roberta, ¿a qué hora salió mi marido?―Se fue bastante temprano ―respondió la mujer mientras le daba de comer al pequeño. Nicole se acercó para saludar a su hijo, pero sus pensamientos estaban todos en Aiden.Después de desayunar y pensárselo mucho decidió llamarlo. El teléfono repicó varias veces, pero nunca se conectó. Así que decidió llamar a su asistente, lo más probable era que estuviera en alguna junta o con un cliente.―¿Señora?―Robert, puedes decirle a Aiden que conteste el teléfono.El hombre miró a su jefe que tenía una expresión fría y lo miraba como si fuera a desaparecerlo. No le quedo más remedio que inventar una excusa.―Señora, el jefe
CAPÍTULO 100.―¡¿Cómo que no se dieron cuenta?! ¡¿Para qué carajos les pago?!―Señor, se escabullo dentro de la camioneta del mantenimiento de jardinería.―¡Son un par de idiotas!Aiden seguía marcando su número, pero siempre lo enviaba al buzón de voz.Daniel, quien se había metido a su auto, de repente tuvo una idea.―¿Y si está con Lola?El marco de inmediato el número de Lola, pero también fue enviado al buzón. Después llamaron a la agencia y les informaron que ella había renunciado recientemente y que dijo que tomaría un descanso en Italia.Aiden maldijo para sus adentros.―¿Dónde más puede estar? No tiene a otra persona a quien recurrir.De repente el teléfono de Aiden sonó y contesto a toda prisa.―¿Nicole?―Disculpe, ¿es usted Aiden?―Sí, ¿Quién habla? ¿Por qué tiene el teléfono de mi esposa?―Encontré este teléfono al costado de la calle, quise devolverlo y marqué el último número de llamadas salientes.Todo el cuerpo de Aiden se tensó.―¿Cómo qué tirado? ¿En dónde?―Calle Lo