—Esto no voy a perdonártelo tan fácilmente Roberto… no puedo creer que tengo un hijo que hizo un imperio económico de clubes, y ni siquiera me invitó a uno… Seré el hazmerreír de todos si se enteran, hasta mis sobrinos fueron al club menos yo… ¿Qué hice para que mi hijo mayor no confíe en mí? —dijo
Se besaron de manera apasionada, absorbiendo el calor de su amor, el beso fue tierno, mostrándose la inmensa necesidad que sentía uno por el otro, como si hubieran estado hechos el uno para el otro. Sus corazones latían al mismo ritmo mientras sus cuerpos eran abrazados en un beso que parecía no ten
Stefano se emocionó, porque últimamente después de haber sido solo, ahora era muy probable que tuviera dos hermanos y próximamente un tercero porque la esposa de su padre estaba embarazada y que Roberto resultara ser su hermano lo llenaba de mucha alegría.—Estoy ansioso por confirmar esa noticia, p
—Por supuesto, parece serio lo que dirás —pronunció poniendo más atención al joven.—Cuando Sandra y yo estábamos empezando nuestra relación, me dejo claro que no quería ser madre en ese momento, no estaba preparada, yo entendía su posición, aunque de cierta manera debido al abandono de mi madre, pe
El resto del camino a la clínica lo hicieron entre risas y bromas, cuando llegaron estaban los demás miembros de la familia, quienes le mostraron un gran apoyo hacia él y lo abrazaban con fuerza para infundirle ánimo.Renaldo, Lacie, Roberto y Stefano caminaron al laboratorio, no podían contener sus
Roberto se quedó en shock ante la noticia, no sabía si reír o llorar de felicidad. Había pasado toda su vida intentando encontrar respuestas a sus dudas, imaginándose y temiendo no ser un Ferrari de sangre, pero nunca había imaginado que las respuestas llegarían tan directamente como ahora. Vio a s
Siguió caminando, los miró a todos una vez más y sonrió con ternura. —Cuídense familia, si se van a portar mal, secuestrar o asesinar a alguien, me llaman y yo los ayudo a ocultar el cuerpo y las pruebas —dijo y soltó una carcajada, mientras salía de la misma forma que había entrado. —Bueno, papá,
Renella lloró de la emoción y se le lanzó encima. El abrazo fue tan fuerte al punto de no querer soltarlo. Roberto también se sintió conmovido, no solo por el amor que sentía por Renella, sino por toda la felicidad que compartían en ese momento. Todos los presentes aplaudieron y gritaron.—Si acepto