—Ya mis hermanos lo saben, mi abuelo Taddeo y seguramente mi abuela también lo sabe —Lacie alzó una ceja con sorpresa y no pudo evitar preguntar.
—¿Qué dijo papá Taddeo?
—¿Qué crees tú? —le preguntó la chica y ella sonrió.
—Ese es el hombre más consentidor y alcahuete de sus nietos que conozco…