Sonrío un poco por la broma que ha dicho Maximiliano, porque en las condiciones que me encuentro, no creo que sea posible para mí serle infiel con alguien más y también sonrío porque tal parece que no se ha dado cuenta de lo terrible que me veo.
— Oh, sin duda, te preocupas mucho que tenga a un hombre en mi mente.— Si no soy yo, claro que sí. — dice Maximiliano sonriendo un poco.— Será imaginario ese hombre, porque no tengo alguna variedad de la cual escoger.— Esa es la idea, así solo piensas en mí.— O tu padre.— ¿Hizo algo que te molestó? Vi que te tocaba la puerta temprano y que después entraba a nuestra habitación, ¿sucede algo?‘¿Qué debería decirle que no sea la verdad pero si resulte creíble?’ me pregunto mentalmente preocupada.— Debía buscarDebo reconocer que estoy siendo bien cuidada, Samantha, limpia todo perfectamente e incluso me ayuda a vestirme rápido y arreglar mu maquillaje por si acaso Maximiliano aparece. Por eso, puedo acostarme con la tranquilidad de que al menos hoy no seré descubierta. — Incluso su padre que fue tan cruel conmigo, ahora está siendo bueno conmigo… afortunadamente, estoy siendo apoyada. — susurro mientras observo como las horas pasan y el malestar escasamente disminuye. Aunque me siento mejor con respecto al malestar en mi cuerpo, las ganas de vomitar persisten al igual que el dolor en mi pecho. ‘¿Acaso el tiempo de vida que me dieron fue un error?’ me pregunto mentalmente preocupada. Mis alarmas se encienden y yo intento calmarme un poco porque este estrés no sirve para mi estómago ni mucho menos para fingir que me encuentro bien al menos delante de los Barack. ‘Al menos ser buena nuera me ayudó un poco el día de hoy.’ Me digo mentalmente. — Señor, por favor, quédese con su padre. Seg
Aturdida, despierto y lo primero que hago es correr al baño donde vomito hasta mis ganas de vivir. Nuevamente, aparecen mis malestares dándome los buenos días que me aseguran un día lleno de malestar.— Maldita medicina que ya no funciona. — digo con molestia.— ¿Axael? — escucho a Maximiliano llamar a mi puerta y de inmediato me aseguro de que la puerta este cerrada.— ¡Dame un momento, necesito prepararme para salir! — grito para que pueda escucharme.— Puedes descansar un poco más si lo deseas, yo debo irme ahora. — dice Maximiliano.— Bueno, ten un buen día de trabajo.— ¿Estás segura que te encuentras bien? Pareces un poco enferma. — dice Maximiliano.‘Oh no, ya lo ha notado. Esto no puede ser posible.’ Me digo mentalmente.Respiro profundo, libero aerosol y me cepillo los dientes para salir a
Con Maximiliano fuera de la casa, ya puedo respirar aliviada sin sentir temor por lo que pueda descubrir. Así que, después de asearme salgo a la cocina donde me encuentro al señor Barack negando un poco.— Fue todo un reto mantener a Maximiliano en mi habitación, ese loco parece tener un olfato para descubrir las mentiras.— Parece que exageraron mucho y eso lo alertó. Maximiliano es el jefe de la mafia y si tiene ese cargo es porque es un estratega magnifico, pero, de nada sirve saber teoría si no estar alerta al momento en el que se presente la mejor oportunidad. Es por ello que Maximiliano no confío en nosotros.— Nos dimos cuenta tarde de ese error, lo siento. — dice Samantha.— Sí, no tuvimos tiempo para analizar los detalles y por eso, todo fue muy actuado.Los tres nos sentamos en el comedor, quedándonos completamente sin energía por toda la actuaci&oac
Maximiliano sube las cosas rápidamente y por sorprendente que parezca, trae a su padre con nosotros, por lo que, observo confundido a mi esposo.— Lo llevaremos a Suiza, nos queda de camino a donde iremos.— Por favor, no tengan sexo en mi presencia, es asqueroso escuchar los gemidos de otros y no poder matarlos por irrespetuosos. — dice el señor Barack y yo me ruborizo.— ¿Dónde está Samantha?— Ella no viene con nosotros.— Yo quiero que venga, pero tu esposo insiste que no es necesario. — dice mi suegro.— Que venga, así se hace cargo de tu padre y él no está solo. — pido y Maximiliano duda, pero, después de ayudar a subir a su padre, entra a la casa para traer a una sonriente Samantha.El señor Barack niega lentamente para después mirarme con un: te lo dije.Así que, finjo que no sé qué qui
Por fortuna, el viaje ocurre tranquilamente respecto a la seguridad, pero, mi malestar se mantiene y ya ha empezado a preocuparme porque si sigo así, Maximiliano no permitirá que yo este de viaje cuando estoy tan mal.— Axael, ¿Cómo te sientes ahora?— Ya va a llegar la hora para recibir la medicina, aceptaré la inyección para que su efecto se muestre más rápido.— Ojalá el mareo solo sea por la turbulencia del avión. — dice Maximiliano abriendo la puerta del auto.— No creo que sea eso, pero, ojalá me equivoque. — susurro mientras Maximiliano me ayuda a subir al auto porque no me atrevo a abrir los ojos durante mucho tiempo debido a ese brillo molesto.Maximiliano sube al auto después de ayudar a su padre a subir y por eso, solo somos los cuatro los que nos marchamos hasta la casa que está lejos de todo, incluso del bosque. Solo est
Maximiliano está de acuerdo con su padre y por eso, caminamos hacia la habitación donde puedo ver la hermosa piscina gracias a la pared de cristal que hay con un acceso directo a esta.— Si no deseas ver la piscina, las cortinas puedes cerrar llamando a Alexa, ella te hará lo que desees. — dice Maximiliano y yo me aturdo al ver lo lujosa que es la habitación aunque la parte externa de la casa se veía del siglo pasado.— Es hermoso.— Fue adecuada a las necesidades tecnológicas de este siglo mezclado con el arte del año 1700 que fue el año en que esta casa fue construida. — explica Maximiliano.— Me gusta. — susurro.Ni siquiera vendiendo todos mis órganos podría ahorrar suficiente dinero para pagar una noche en un lugar tan majestuoso, así que, disfruto completamente mi tiempo aquí mientras entro al baño maravillándome p
Mis palabras tensionan el cuerpo de Maximiliano y por eso, me alejo un poco para correr lejos de él, porque realmente estoy muriendo de la vergüenza. Pero, sus brazos me abrazan con fuerza y yo siento como mi corazón se acelera y no precisamente por mi problema cardiaco.— Maximiliano…— ¿Qué acabas de decir?— Por favor, no me hagas repetirlo. No quiero aumentar mi vergüenza.— ¿Por qué te avergonzaría decirle a tu esposo que te estás enamorando de él?— Te lo dice una moribunda. — corrijo y eso hace que él me haga girar tan rápido que me mareo un poco.Sintiendo que el mundo se me puede oscurecer y no despertar por un tiempo, cierro los ojos deseando que mi cuerpo se adapte rápido a esto, porque quiero y necesito hablar con él sobre lo que siento.— Lo siento, se me olvidó por completo que es
Su beso es justamente la medicina que necesito, porque aunque mi corazón duele y mi cabeza sigue doliendo un poco, todo mareo, ganas de vomitar o malestar general desaparecen para abrirle el paso a todas las sensaciones que sus toques y besos me hace sentir.Maximiliano no piensa contenerse, lo sé porque la forma en que aprieta con fuerzas mis glúteos, pechos y piernas, me dicen que no hay manera de detenerse y yo no le pediré ello. Porque deseo satisfacerlo.— Me estás enloqueciendo, mujer. Estoy enloqueciendo. — dice él mientras me besa por todo mi cuerpo.— Sacia tu necesidad, por favor. Te lo pido. — digo sintiendo que es está la medicina que necesito para sentirme bien.Por eso, cuando me lleva a la cama y comienza a desvestirme, no siento miedo, si no placer, mientras imploro que no surja un nuevo síntoma que arruine las cosas. Pero, poco es el tiempo que duro en eso, porque sus