Dos meses después
No he visto a Maximiliano en dos meses, desde que me negué a su solución en Francia, no he vuelto a saber de él, pero tampoco de sus intenciones para que yo interrumpa mi embarazo. Así que, es bueno que no aparezca.Durante este tiempo, he estado con mi hermana disfrutando del tiempo que debido a mi trabajo, no pude tener. Hemos hecho muchas cosas e incluso, le hemos tejido ropa a la bebé aunque mi hermana lo hace mejor que yo.— El vientre ahora si se ve y mucho.— Pareciera que hubiese crecido de un día para otro. — murmuro al ver mi vientre abultado.— La bebé ha crecido bastante en estos dos meses, sigue siendo pequeña para sus meses de gestación, pero, al menos podemos tener el parto con una probabilidad de supervivencia mayor. — dice el doctor y yo suspiro aliviada.‘Eso es bueno, los dolores de cabeza se han intensificado, pNo quiero llorar, sé que eso no me ayudará con mi dolor, pero, no puedo decirle a mi hermana que todo está bien cuando sus palabras me causan tanto dolor, al saber que esto es como un simulacro de lo que sucederá.Entonces, me imagino a mi hermana extrañándome y esa vez, no será posible para mí visitarla por mucho que ella lo anhele. Soy su única familia, sé lo que se siente eso y por ello, lágrimas caen por mis mejillas sufriendo inmensamente porque no quiero dejar a mi hermana.‘Quiero vivir. Deseo vivir.’ Me digo mentalmente.— Hermana, necesito que reces para que preciosa y yo estemos bien, recuerda que mi bebé necesita de su tía hermosa, ¿de acuerdo?— Debes volver, hermosa va a esperarte, debes volver. — dice mi hermana y yo no puedo mentirle. Siento que se han agotado mis mentiras.— Vamos, hermosa, tu hermana debe ir a
Dolor duele, las voces se escuchan a lo lejos y mi vista falla, no sé si me he desmayado dos o tres veces, pero, si sé que el doctor y la enfermera que me han acompañado estos meses, se están esforzando por mantenerme despierta.— Falta poco, señora Barack. Resista, usted es una mujer fuerte. — dice el doctor con una voz que se llena de eco.— Duele mucho.— Lo sé, pero, medicamente he hecho todo, usted no quiere medicina que dañe a la bebé y es esa la única que nos puede ayudar a lidiar con esto.Mi vista empeora e incluso, puedo ver que el líquido que sale de mi nariz es sangre, así que, confirmo lo que las voces llenas de eco me dicen. Sin duda, los síntomas de mi enfermedad han empeorado y no sé si eso daña todo el trabajo que hice para que mi hija pesara más.— No me importa si yo bajo de peso, si deben sacrificar un &oa
Soportar no es algo sencillo cuando el dolor no me abandona, solo es algo medianamente disminuye el dolor y al poco tiempo vuelve con fuerza. Pero, ni siquiera eso me permite renunciar.‘Debo ser fuerte por mi bebé.’ Me digo mentalmente.— Quiero comida, necesito continuar con la rutina de la isla, ¿Dónde está Mitchell y Sayer?— Estás sufriendo del dolor, Axael, lo más probable es que no toleres la comida.— Lo he intentado incluso con migraña, solo demoro más comiendo, pero lo logro. Así que, tráeme comida, mi bebé debe pesar más.— Pide lo que quieras entonces, pequeña. Yo te lo traeré.Dudo si debería o no aceptar la comida del señor Barack, porque no sé si está de acuerdo con mi esposo en que termine con el embarazo. Pero, cedo al saber que para este punto, un aborto no es posible, si no,
Despierto desorientada. No sé qué ha sucedido conmigo, pero afortunadamente, mi bebé se mueve en mi vientre alegremente como si todo el malestar en mi cuerpo hubiese pasado… como si fuera parte del olvido.— Has despertado pronto. Mucho más rápido de lo que creí. — dice Maximiliano.— ¿Qué ha sucedido?— Algo pasó en tu cerebro, tuvieron que colocarte oxígeno.— Entiendo, al menos mi bebé se encuentra bien.Maximiliano asiente, mientras se mueve hacia la pequeña mesa que hay al lado de la camilla, apenas me muestra lo que tiene en la mano, niego de inmediato.— Somos unos padres incompetentes, lo entiendo perfectamente porque no las he cuidado como lo prometí, pero, es momento de detenernos.— ¿Qué locura estás diciendo?— Hemos empezado con las quimioterapias?— &iexc
Mi condición no es buena, pero, lo que ha dicho mi suegro, hace que sonría un poco. Sin duda, Maximiliano y yo somos tontos, eso es lo que explicaría porque llegamos aquí tratándonos como enemigos.— ¿No me pedirá que deje de ser tan tonta y todas las cosas rudas que dicen los suegros?— ¿Para qué hago algo así si con lo que te dice tu mente es suficiente? — pregunta el señor Barack y yo bajo mi mirada.— Me he preparado para cualquier cosa negativa que quieran decirme. Me fortalezco mentalmente porque sé que nadie lo hará por mí.— Es una forma extraña de defenderte, pero, es tu problema. Ahora, lo que sí es nuestro problema es que tú sigas siendo terca.Me quedo en silencio, esto es importante para mí, porque es lo único que puedo hacer por mi propia cuenta, es el único regalo
El señor Barack se marcha dándonos el espacio que como esposos ya no necesito y yo pienso que era mejor cuando el dolor que me causaba era vaginal por tanta fricción debido al sexo salvaje o extenso.— Quiero que te alejes de mí. — digo con frialdad.— Puedes odiarme tanto como desees, Axael, puedo vivir con tu desprecio, odio e incluso con tu distanciamiento, pero, no sin que estes viva sabiendo que puedo hacer muchas cosas por ti.— Como por ejemplo, molestarme.‘Deja de estar a la defensiva, actúa como una adulta que tendrá una conversación madura. Alterarte cada vez que hablas con tu esposo no es bueno para la bebé.’ Me dice mi mente.Respiro profundo, Maximiliano hace lo mismo confirmando que no soy la única a la que le cuesta mantener una conversación con su pareja.— Cuidarte, Axael. No me querías cerca porque parece que solo pod
Dos días despuésSi digo que he resuelto todo con Maximiliano en estos dos días, sería mentirme. Ya que, no he tenido mucho tiempo para ello, gracias a los malestares generales que han estado presente en mí en cada momento.Es por ello que Maximiliano se la ha pasado llamando constantemente a esas respuestas que esperaría pacientemente. Por fortuna, los malestares de la quimioterapia no han sido tan violentos y aunque estoy agotada, no me la paso durmiendo.— Te ves terrible, pequeña.— Esto apenas es el comienzo.— Vamos por la mitad del camino, soportaste bien la primera parte, ahora solo te queda seguir siendo fuerte por tu hija y por ti. — dice el señor Barack.Sonrío porque al menos él reconoce mi lucha sin estar molestándome por mis malas decisiones, pero, mi mirada busca al hombre que me hace enojar y aun así sigo queriendo mantener a mi la
Los doctores no me dejan marcharme fácilmente, cada uno de ellos me da las recomendaciones para no tener que estar internada a donde sea que me encuentre o que tengan que esperarme con una ambulancia apenas baje del avión.— Necesito que tome en cuenta cada una de las indicaciones que le hemos dado. — dice uno de los doctores.— Me aseguraré que se cumplan, no se preocupen. — dice Maximiliano con firmeza.— No se preocupe, me comprometeré a cumplirlas. — digo sonriente por poder marcharme.Los doctores me entregan las medicina y documentos que describen el horario en que debo tomarlo, por lo que, en silla de ruedas salgo del hospital donde los chicos se toman en serio la seguridad.— ¿A dónde iremos?— Quiero ir a Colombia y Brasil, ¿podemos ir allá? — pregunto sonriente.— Sí, eso haremos. — dice Maximiliano.Ni siq