Estela decidió ir a casa por su cuenta; no quería estar pegada a su esposo mientras consolaba a su hija. En el camino, se cruzó con Mario, quien vestía un traje informal y tenía el rostro distraído, con ojeras marcadas en sus ojos.-¡Hola, Estela!- saludó Mario con una tristeza que lo embargaba.-Mario, cuanto lo siento, de verdad lo siento mucho. Estela le dio un abrazo a Mario, quien realmente necesitaba consuelo después de perder a su madre, Raquel.Permanecieron abrazados unos momentos en silencio, compartiendo el peso de la tristeza. Estela, con empatía, decidió romper el silencio.- Mario, sé que es un momento difícil para ti. Pero dime ¿Cómo te sientes?.Mario asintió con gratitud y compartió sus sentimientos con sinceridad.- Muy mal, además es difícil, Estela. No esperaba que su partida fuera tan impactante. Estela lo escuchó con compasión mientras continuaban caminando juntos hacia las afueras del hospital.Ante la necesidad de apoyo mutuo, Mario sugirió:- Estela, ¿quieres
Jean Carlos soltó una risa burlona, sin inmutarse por las amenazas de Estela. Mientras tanto, Mario aprovechó la distracción momentánea para analizar posibles salidas.-¿Qué puede hacer una embarazada?-respondió Jean Carlos. En el local, la tensión aumentaba, y Estela decidida, no cedía ante la intimidación. Los dos hombres que quedaban parecían impacientes, preparándose para seguir las órdenes de Vicky-Si no guardas silencio, no tendré compasión contigo-añade el hombre, esta ves sosteniendo un palo en sus manos.-Si le pones un dedo a esta mujer, tendrás tu castigo asegurado-manifestó Mario tratando de soltar sus manos.Vicky irrumpió en el local con una risa siniestra que resonaba en el ambiente cargado de tensión. Su presencia llenó la habitación de un aura amenazadora, mientras los dos hombres que quedaban a su lado se preparaban para seguir sus instrucciones.- Estela, querida, siempre tan valiente. Pero permíteme aclararte una cosa: en este juego, yo tengo todas las cartas - dij
Lleno de rabia, Marlon planeaba una venganza implacable. El pensamiento de que Mario pudiera ser el verdadero padre del bebé le atormentaba, avivando aún más su furia. Decidido, juró que haría que ambos pagarán por lo que sea que estuvieran tramando.Marlon, con la mirada cargada de furia, se deslizó sigilosamente por las calles, como una sombra en busca de redención. La sed de venganza lo consumía, y en un abrir y cerrar de ojos, llega al apartamento de su hijo.-¡Mario!-golpeó la puerta, y para su sorpresa estaba abierta, dejando entrar a Marlon bruscamente. Al ingresar al apartamento, se topa con un silencioso escenario. Su mirada aguda detecta un destello en el suelo: un arete de Estela. Un escalofrío recorre su espina dorsal, mientras su mente se llena de preguntas-Este arete, recuerdo que lo compró en la tienda de ropa, al parecer tuvieron una noche loca-Enfurecido y sin contenerse, Marlon arremete contra las pertenencias de Mario, lanzándolas con fuerza en un estallido de rabia
¡Eres una cobarde Vicky!-gritó Estela con la boca empuñada-Contigo me voy a divertir antes de que mueras, pedazo de mugrosa.Estela y Vicky se enzarzan en una acalorada discusión. Mario, observando la confrontación, se debate entre intervenir para calmar la situación. -Estela, es suficiente, ¿Acaso no te das cuenta que esto solo perjudica al bebé?.-Los ojos de Vicky se enrojecieron, no le gustaba la idea de que Mario defendiera a su rival.-Entonces vas a seguir protegiendo a esta perr*-dijo Vicky consumida por los celos hacia Estela, y desata su ira contra Mario, dándole un golpe en la cabeza con su arma, el objeto le rompió la cabeza, dejando que sangre saliera instantáneamente.Vicky, con un tono de desprecio, arremete contra Mario por segunda vez; levantó su pierna y con sus filosos tacones lo embistió en la pierna, qué horas antes uno de sus hombres le había maltratado.-¿Enamorado de Estela? ¡Qué patético! ¿Realmente pensaste que podrías ocultarlo? Eres un iluso, Mario-Le grit
Vicky, con el acelerador a fondo, evade hábilmente a la policía en una frenética persecución. El sonido de las sirenas se desvanece en la distancia mientras ella se sumerge en la oscuridad de la noche, llevándo consigo a Estela y Mario, dejando tras de sí un rastro de incertidumbre y caos. La tensión en el aire persiste, mientras Marlon va también tras ellos.-¡Por favor estás yendo muy rápido!-Aviso Estela con los nervios de punta.En medio de la caótica huida, Vicky, llena de frustración, gritó con vehemencia a Jean Carlos, tratando de expresar su desesperación.-¡Jean Carlos calla a esa maldita mujer, ¿Acaso no la golpeaste lo suficiente como para que no despertara por ahora?.Mario estaba callado, no articulaba palabras, solo analizaba la situación mientras en su mente yacía un plan; arrebatar el arma a Jean Carlos.Si, Mario pudo aflojar las cuerdas que esposaban sus manos, solo estaba esperando el más mínimo descuidó.-¡Vicky, cuidado!-gritó Jean Carlos, pero fue demasiado tarde
Marlon entró a la sala de espera del hospital, nervioso y con el corazón roto. Su hermano Robert, quien intentaba mantener la calma. Pero no ayudaba mucho, Marlon seguía desesperado.- No puedo creer que Vicky se haya ido... - murmuró Marlon, con la voz entrecortada por la tristeza.Robert lo abrazó con fuerza y dijo.-Tenemos que apoyarnos mutuamente, Marlon. Ahora lo importante es estar aquí para Estela.Marlon asintió con la mirada perdida. De repente, el médico se acercó a ellos con noticias sobre Estela.- La situación de Estela es crítica. Necesitamos tomar medidas urgentes para estabilizarla - informó el médico con un rostro no tan bien.Marlon, ansioso, preguntó: -¿Dígame cómo está el bebé?, aparté de eso, mi sobrina, ¿En serio está muerta?-Marlon aún no asimila la situación.-Señor, lamento decirle que el bebé no sobrevivió al fatal accidente…Los ojos de Marlon se abrieron en gran manera, y un nudo en su garganta no lo dejaba respirar.El médico explicó el complicado estado
Estela, abrumada por la dolorosa noticia, sintió cómo el mundo se desmoronaba a su alrededor. La habitación del hospital se llenó de un pesado silencio, interrumpido sólo por los sollozos de Estela. Marlon la abrazó con fuerza, tratando de ofrecer consuelo en medio de la tristeza abrumadora. Robert, con la mirada nublada por las lágrimas, compartió unas palabras de apoyo. - Estamos aquí para ti, Estela. Lo superaremos como familia - dijo Robert, luchando contra su propio dolor. La noticia de la pérdida de su hijo se sumó al peso de la tragedia. Estela, con la mirada perdida, apenas podía procesar la realidad. El médico, sintiendo la gravedad de la situación, permaneció en silencio, permitiendo que la familia enfrentará la verdad a su propio ritmo. Entre sollozos, Estela logró articular unas palabras entrecortadas: - ¿Cómo... cómo voy a seguir adelante? Marlon, con la voz quebrada, respondió. - Estamos juntos en esto, Estela. No te dejaré nunca. Robert, aún conteniendo sus lág
- Me parece pronto-respondió Robert. - Es verdad, esperemos un poco más; además, mi Estela está en condiciones muy malas, y no quiero generar más conflictos-añadió Marlon. - Sí, justo por eso lo digo -respondió Robert. Marlon y Robert se dirigieron a un kiosko, donde fumaron un poco. A pesar de la tranquilidad del momento, ambos experimentaban sentimientos encontrados. - ¡Marlon!- gritó la madre de Vicky. Ambos se voltearon en busca de los gritos. Y quedaron paralizados, no esperaban que su hermana llegara tan pronto. La mujer, vestida de negro, llegó al hospital con el maquillaje corrido por las lágrimas. la mujer dijo entre sollozos, -¡Mi bebé, mi pobre hija murió, hermanos!- dijo la mujer con un nudo en la garganta. Vicky había sido cremada debido al estado en el que quedó su cuerpo y rostro. La decisión fue difícil para la familia Rivera, pero así se dieron las cosas. Su hermana no tuvo tiempo de llegar para la cremación, ya que en su país había un golpe de estado, lo que