—¿Así que él es, el famoso Ángelo?— dice sardónicamente Alessandria. Cierra la puerta del auto y se aproxima a nosotros. Su ropa es diferente a la de hace unas horas. Una blusa de manga larga blanca, zapatillas negras de tacón alto y una falda negra corta, ajustada a su pequeños pero bien contorneados glúteos. Es difícil para Ángelo no admirar su belleza frente a mi. Aunque trata de disimularlo. Además es imposible que él no muestre esa sonrisa coqueta cuando ve a una mujer hermosa— ¡Es todo un placer!Ella le proporciona su mano en un ágil pero delicado movimiento. Ángelo sonríe aun más y toma su mano con suavidad. Se inclina hacia ella y besa su mano. La mira de reojo y se endereza.—Es un todo un honor conocerla ¿Señorita?—En la mirada de Ángelo hay intriga.Alessandria parece cautivada por la atención que mi amigo le ofrece. Sonríe mostrando una dentadura blanca. Los dos están mirándose de manera extraña, podría decirse que coquetean con la mirada. Eso me da repulsión.Aclaro la g
Sentí los jadeos de su respiración agitada por encima de mi cabello. Yo aun había entendido que había pasado.Instintivamente abrace a mi hermano y estalle en su camisa, oprimí mi llanto en su pecho. Él solo frotaba ligeramente mi espalda, sus manos temblaban más que las mías. Aun estaba furioso.—Ve al baño — Dijo separándome de él.—¿Qué ?—Apresúrate — No entendí el porqué requería ir al baño, pero así lo hice. Me levante rápidamente y camine, encendí la luz y cerré la puerta. Me senté sobre la bañera y encogí las piernas, esperando en silencio hasta que Joseph me dejara salir. Escuche varios pasos presurosos que llegaron a mi habitación.—¿Qué sucede?—escuche la voz de mi madre preocupada.—No es nada —le contestó Joseph con el mismo tono de voz de siempre— Tuve que darle un buen golpe para que quedara quieto.¡Fue más que un solo golpe!—¿Qué? - dijo mi madre horrorizada— ¿Acaso no sabes de qué familia viene y lo que acabas de hacer?- ¡No me importa su familia! - respondió Josep
Un pequeño ruido me despierta. Estoy mal recostada sobre la almohada, me doy cuenta que me duele el cuello, seguramente dormí durante un largo tiempo en esta misma posición. Me cuesta abrir los ojos, la luz que entra por la ventana me lastima. Me doy la vuelta sobre el colchón y mi mano toca las sabanas. Algo anda mal aquí.Mi mano busca sumo cuidado por encima de las cobijas. Me arrimo un poco hacia mi izquierda, tratando de confirmar mis sospechas, vuelvo a palpar buscando un cuerpo. Corroboro que evidentemente el lugar esta vacio.¡El desgraciado me abandono mientras dormía!Me enderezo de mala gana y tomo asiento sobre el borde de la cama. Abro mis parpados lentamente para que mis ojos se acostumbren a la luz. ¿Qué hora es?Me levanto, doy un paso. No sé cómo pero mi pastel se dobla, y caigo al piso, gimoteo mientras intento sentarme y reviso mi pastel, me duele.Repentinamente escuche ruido en mi baño, me quedaré en silencio esperando volver a escuchar el sonido y luego abrir la
Cuando por fin me encontré sola en mi habitación, tome asiento sobre mi cama para razonar un par de minutos, tratando que mi cerebro y mi corazón volvieran en sí. Me consideró avergonzada, lo más extraño era lo que deseaba lo lo hiciera. Que él me viera semidesnuda solo confirmaba una cosa que me ponía los pelos de punta.¡No quería! ... ¡No queríamos comenzar a sentir nada por mi hermano!¡O al menos creo que aun puedo considerarlo mi hermano!- ¡Abigail! ¿Estás despierta? - Escuche la voz de mi madre del otro lado de la puerta.—Si mamá, espera un segundo— Aprecio a ponerme la ropa que ya había preparado, y abrí la puerta.- ¡Me sorprende mucho que ya estés despierta! —Se pasea alrededor de mi habitación, observando el desastre que hay— ¡Ángelo ha sido una buena influencia para ti!- ¿Ángelo se fue? - logro decir, al pronunciar su nombre se me hace un nudo en la garganta. ¿Cómo se encuentra después de la paliza que perdió?No, él está abajo. ¡Vamos a desayunar todos juntos, antes de
Deje de prestar atención a la conversación después de lo que escuche. No sé cuánto tiempo me quedará en estado de shock. La puerta de la oficina de Joseph se abrió, levante la vista un poco. Mi hermano y su amigo salían riendo y haciendo bromas.- ¿Aby? —Me mira sorprendido cuando nota que estoy sentada no muy lejos de su puerta. Alza su brazo izquierdo y observar el reloj de su muñeca. Tal vez este sorprendido porque llegue un poco antes de nuestra reunión, pero en realidad soy yo quien no puedo si quiera hablar. Su expresión de sorpresa cambia ligeramente, mira a su acompañante y sonríe.- ¿Así que ella, es la famosa Abigail Grosvenor? - exclama con gran emoción el sujeto frente a mí. Me levanto de mi asiento y camino hacia ellos un poco aturdida.—Ella es… la hija de mi madrastra— admite Joseph— ¡Aby y yo crecimos juntos!¿Por qué dijo hija de mi madrastra? ¡Soy tu hermana!- ¡Es todo un placer! - Dice su amigo y agrega— Mi nombre es Adam Klein.—Um ... es un placer Señor Klein— Lo
Me quedo mirándolo atónita. Contemple en su mirada un brillo intenso que refleja victoria. Un ardor emana de mis mejillas. No puedo contestarle.- ¿Niegas haberlo hecho? —Insiste mostrando una sonrisa en sus labios medio torcida. Sin dejar de mirarme. Parece impaciente.—N-no sé de que hablas — Instintivamente mis puños se cierran. Mis ojos se clavan en el piso del auto. Desearía no haber hecho tal cosa ¿Cómo lo sabe? ¿Estaba despierto?—Sabes perfectamente a que me refiero— dice en tono serio— ¡Estada despierto cuando me besaste!- ¿Qué? —Replico asombrada. Esforzándome para mantener la calma y la poca dignidad que me queda.- ¡Sí! —Afirma— Aun no lo puedo creer… te odio por eso.Mis músculos se entumecieron al instante y la sangre dejo de correr por mis venas. Sentí un frio aterrador en cuanto menciono que me odiaba. No quería esto, no quería que me despreciara más, de lo que ya había hecho antes. De saber que me diría algo así, jamás lo habríamos hecho.Yo bastante el cinturón de s
Esa noche Emily soñó de nuevo con Mila. Solo que en esa ocasión, ella llevaba puesto un vestido rojo ajustado y justo estaba parada en el balón principal mirando el mausoleo a la distancia. Por supuesto, como en cada sueño, ella no hablaba, pero parecía entre molesta y al mismo tiempo melancólica. Emily intuyo qué sé debía al hecho de que Mila había muerto de forma inesperada y de forma prematura, aunque tal vez también era porque había comenzado a conocerla a través de las perdonas con las que había convivido. Ahora Emily sabia que su hermana había sido una perra de lo peor, pero aun así ella estaba segura de que de no haber sido secuestrada, ella habría sido una persona diferente, pero simplemente no había tenido la oportunidad de ser diferente. Cuando despertó, lo hizo gracias a su teléfono qué no había dejado de sonar, ella tuvo que responder para que el sonido de la llamada no despertara a Jacob. —¿Diga?—dijo con voz somnolienta mientras intentaba sentarse en la cama. —¿Emily?
Emily se fue de casa con cierta pena, tanto por la noticia de su padre, así como por dejar al pequeño Jacob sin su compañía cuando ya estaba tan acostumbrada a él, técnicamente ya era como su hijo, el que no había nacido de sus entrañas, pero del que se había enamorado casi a primera vista y pensaba criarlo hasta poder decirle la verdad sobre su madre, aunque esperaba que ese tiempo tardara mucho en llegar.Cuando llego al aeropuerto, se cambió de ropa en el baño de mujeres y de pronto al mirarse al espejo volvió a ser ella misma, cosa que no pensó sucedería pronto, sin la ropa ostentosa de Mila, ni tampoco el maquillaje excesivo, era como ver a otra persona diferente, menos arrogante y más alguien común.Sintiéndose nuevamente libre, viajo hasta colorado y en un par de horas volvió aquella ciudad que había sido su hogar hasta que tuvo que mudarse con su madre a causa de lo difícil que era para ambas conservar una enorme casa cuando su padre no les daba absolutamente nada para pagarla