Por Cristian

Lo lleva al baño y le prepara la bañera, me dice que nunca lo deja solo en el baño, me explica las normas de seguridad y como se suele manejar con Alejandro.

Yo digo que sí a todo.

En un momento me deja solo con Ale y va al cuarto a prepararle la ropa.

Estamos en otoño, por lo que algunos días son frescos.

No quiere que tome frío.

Cuando vuelve, yo estoy tan mojado como Ale, que estaba dentro de la bañera, el piso estaba lleno de agua.

Ella se patina al entrar y yo la agarro de la cintura, evitando que se caiga, terminamos abrazados.

Ale aplaude y dice algo que me deja más que contento.

-Ahora se tienen que besar, como la tía con el tío Hugo, mami, a vos nadie te da besos, pero a mi papi lo dejo.

Yo no me iba a hacer rogar, mi hijo me lo pedía.

La besé, le abrí la boca con mi lengua, la sentí temblar, la iba a pegar más a mí y a profundizar el beso, cuando escuchamos que Ale aplaude, nos separamos a la vez.

Sé que al menos, sí salió con alguién, no lo llevó a su casa.

-A