Narra DaliaHoy era el gran día, me caso con Damián McCarthy, el hombre del que me enamoré desde que lo vi en el club, y me siento realmente feliz.—Querida amiga, te ves realmente hermosa. —Dice Megan muy feliz.—Es verdad. —La apoya Rosalía.—Tú tan enamorada de Damián y mira, al fin se van a casar. —Melina está muy sonriente.—Y yo que pensé que sólo sería una aventura, y mírate, atrapaste a un pez grande. —Las palabras de Becky no me agradaron en lo más mínimo.—¿Qué te pasa? ¿Qué no ves que es un día muy importante para ella? —Amelia la enfrenta. Me sorprende de ella.—¿Qué? Es la verdad. —Las miro y no lo puedo creer que este pasando esto.—¡Suficiente! Ahora, todas salgan de aquí y déjenme con ella a solas. —Marcela les dice a las chicas y salen sin decir una sola palabra.—¡Dios! Son muy intensas esas dos. No te preocupes, no le hagas caso a tu amiga. Realmente estoy feliz por los dos, pero te diré una cosa, no porque te vas a casar con él, te veré como mi cuñada, eso te lo ga
Narra Dalia Los días en Londres han sido de maravilla junto a Damián, quien me ha estado consintiendo, llevándome a lugares famosos como Abbey Road, un lugar en donde Los Beatles solían grabar su música, así como otros artistas más. Me ha llevado a conocer el palacio de Buckingham, el Big Ben y muchos lugares más. La verdad no me canso de estar a su lado. Hasta que llegó el momento de volver a casa, ya nos extrañan por allá, así como nosotros extrañamos a la familia. además, él me dijo que tenía mas sorpresas para mí. ¿Dónde estaba metido este hombre cuando conocí al padre de mi hija? Pero bien dicen que por algo pasan las cosas, de habernos conocido antes, mi pequeña Rosie no estaría conmigo en estos momentos. —¡Llegaron! —Se escucha la voz de mi pequeña por toda la casa y se ve muy feliz. Corre hacia nosotros y nos abraza. —Te extrañamos, pequeña. —Dice Damián con su linda sonrisa mientras la abraza. Se dejan de abrazar y me abraza a mi también. —Yo también los extrañé mucho.
Narra DaliaDamián no quería que regresara a la empresa, pero no tuvo mas opción, su asistente se fue a vivir con su esposo a otro estado, además, será medio tiempo.—Te habíamos extrañado. —Dice Melina sentada frente a mi junto con Jocelyn.—Y yo a ustedes. —A pesar de que estuvieron en mi boda.—La chica que estaba en tu lugar no era nada agradable, siempre estaba de malas o le andaba coqueteando a tu esposo sin importarle nada. —Dice Meli un poco enojada.—Lo importante es que estés aquí. —Dice Jocelyn con una sonrisa.—Así es. —La apoya Meli.—Disculpen la intromisión, cariño, te necesito en mi oficina. —Dice Damián desde el marco de su puerta.—Nos vemos mas tarde. —Les digo a las chicas y ellas asienten.—¿Qué necesitas, amor? —Digo una vez dentro de su oficina.—Tenemos que ir a una comida con unos nuevos inversionistas. —Dice y yo asiento.—No hay problema. —Sé que, si nos tardamos, ahí está Martina cuidando de nuestro hijo.—Bien, mi cielo. Entonces nos vamos. —Toma mi mano y
Narra DaliaÚltimamente he sentido que alguien me ha estado siguiendo, al principio quería pensar que sólo estaba alucinando, pero esto ya es demasiado, así que le dije a Damián y no dudo en ponerme seguridad las 24 horas, al menos así ya no me sentiré con miedo. O al menos eso espero.—No puedo creer que ese imbécil se haya aparecido y para colmo, te reclama. ¿Quién se cree? —Megan está muy molesta y la comprendo.—Quizás ya se arrepintió de haberte dejado. —Habla Becky y ambas la miramos al mismo tiempo.—¿Quién eres? Se supone que apoyas a tu amiga, no a ese parasito. —Y ya van a discutir de nuevo.—Lo sé, pero… —Megan la interrumpe.—Pero nada. Además, Dalia está casada con un maravilloso hombre. —¡Dios! Estas dos me van a volver loca.Me levanté de mi lugar y salí a tomar aire, lo necesito.—Mi hermosa, Dalia. —¡No puede ser! Franco trata de acercarse a mí y mi guardaespaldas se acerca de inmediato.—¿Todo bien, señora? —Me dice Joseph y yo asiento. Me mira y se retira a una dist
Narra MarianaUnos días antes…Les había pedido a mi “prometido” y a mi amiga, de vigilar sobre todo a mi querida hermanita, y me han dicho que está muy apegada a Damián y a mi hijo, y, por si fuera poco, él ya le puso su apellido a su hija. ¿Quién se cree? Tenía entendido que ya no querían saber nada el uno del otro, desde que antes de que ella había perdido a un bebé, al parecer Dalia lo engañaba con un tal Erick, pero todo fue gracias a Frank y Marcela que se dio esa separación, sin embargo, su “amor” pudo más, y gracias a que Amelia y otras mas organizaron ese reencuentro.Por ahora sólo tenía a dos personas de mi lado, a mi novio y a mi amiga, pero un día el exesposo de Dalia, me confundió con ella y todo por mi descuido, y ahora está de mi parte, o al menos eso espero.—Damián contrató seguridad para tu hermana. —Dice la mujer sentada frente a mí.—¿Por qué? Eso me complicaría las cosas. —Digo en un tono molesto.—Dalia ha estado muy inquieta, se ha dado cuenta que la estamos si
Narra DamiánUnas horas antes…Me encontraba en el trabajo, revisando unos documentos y un contrato multimillonario con la empresa internacional “Automotriz Corp.” Pensando en cómo estarán Dalia, mi esposa, y mis hijos. Ella había sido mi asistente, sin embargo, no tenía quien me ayudaría con mi hijo, George, Marcela se encargaba, pero tuvo que viajar y contraté a Dalia como una madre para mi pequeño. Ella era poco agraciada, y cuando cambió su imagen, no podía creer el parecido impresionante con mi difunta esposa y madre de mi hijo, Mariana. Resultó que eran hermanas, gemelas. Quién lo diría.—Amor mío, si supieras lo feliz que somos, mas no significa que te haya olvidado. — Digo mientras miro su retrato.De repente la puerta se abre y es Joseph, mi mano derecha y guardaespaldas.—¿Qué ocurre? —Digo y veo a mi asistente muy preocupado.—Su… su esposa, se ha ido… —No veo nada raro, se supone que saldría con mi hijo, ya que ella en cierta forma cuida de mi hijo como suyo.—No le veo na
Narra DaliaNo sé cuantos días han pasado desde que Mariana me trajo a este lugar, miro por la ventana y estamos en medio de un bosque y hay mucha seguridad, en pocas palabras, no puedo huir de aquí.¡Dios! Extraño a mis hijos y a mi esposo. Mi gemela viene rara vez aquí, y por mas que le quiero hacer entender que lo que está haciendo está muy mal. No sé cuál sea la razón del porque se había ocultado por mas de un año haciendo creer que falleció en un accidente, incluso me encontraba muy triste por el no haberla encontrado antes y convivir como se debía.—Tienes que comer mejor. —Dice el hombre cuyo rostro siempre ha sido cubierto por una mascara de payaso.—No tengo hambre. —Y es la verdad. Siempre me trae comida o ropa para que me cambie, hasta eso se ha postado bien.—¿Quieres estar delgada para cuando vuelvas a tu casa? —Lo miro y la verdad ya no sé que pensar, él me dice una cosa y Mariana me dice otra, que ella no dejará a Damián, se lo he dicho a este hombre, sin embargo, parec
Narra Mariana ¡Demonios! No soporto a esa mocosa, por mas que trato de fingir ser su madre, me es imposible, quiere que la abrace, que le cuente cuentos y no sé que tanto y en cuanto a mi hijo, no me siento conectada con él, llora todo el tiempo. ¿Qué le hizo a mi bebé esa idiota? —Mami, tengo hambre. —Y hablando de esa niña. —Dile a Martina que te dé de comer. Estoy tratando de que el pequeño se duerma. —Digo con mal humor. —Pero quiero mi comida favorita. —¿Y como rayos lo voy a saber? —¡Ya te dije que le digas a Martina! —Le grito y mi hijo llora aun más y esa niña comienza a llorar. —¿Ya ves lo que me hiciste hacer? —¡Dios! —Perdón mami. —Sale de la habitación y en eso entra Damián. —¿Por qué le gritas a tu propia hija? ¿Qué te pasa? Nunca eres así con ella. —Está muy molesto. —No la puedo atender como ella quiere, nuestro bebé no deja de llorar. Y eso me desespera. — Y es la verdad. Damián me lo quita de los brazos y lo arrulla, hasta quedarse dormido. —Ahora atiende a R