MAXIMILIANOMientras voy en la camioneta con mis hombres, no puedo evitar pensar en mis sobrinos y en su madre. Siento una ansiedad inexplicable por verlos, por estar cerca de ellos. No debería sentir esto, no es correcto, pero no puedo controlar mis emociones. Me duele admitirlo, pero las ansias me están matando. Me pregunto qué pasa conmigo, por qué siento esto. Debería estar enfocado en la reunión que tengo con el padre de mi esposa, pero mi mente está en otro lugar. Me siento confundido y desesperado, sin saber cómo manejar estos sentimientos que me están consumiendo.La verdad es que muero por quitarle las bragas a la mujer de mi difunto hermano.Llegamos al sitio de la reunión, es una empresa industrial abandonada.—No te exaltes—pide Aleksi porque sabe muy bien como soy yo—escucha primero y no tomes nada a la ligera.—No me va a temblar nada si tengo que matarlo, total, todos somos reemplazables—dejo claro porque no voy a permitir que me falte al respeto.En Rusia, los checheno
MAXIMILIANO—Por favor, se calman todos —dice Islam, intentando intervenir en la tensa situación.—Dile a tu perro que baje el arma —espetó Aleksi, refiriéndose a Rusland.—Antes de bajarla, puedo meterte un tiro —responde Rusland, sin apartar la mirada de Aleksi.—Y antes de que le metas el tiro a mi hombre, yo se lo meto en la cabeza a tu jefe —intervengo, con una voz firme y amenazante.La situación está a punto de descontrolarse, y Islam se apresura a pedir calma.—Por favor, bajen las armas. No es necesario llegar a estos extremos —rogó.El sabe que tiene mucho mas que perder que yo.—¿Qué decides, Islam? ¿Vas a permitir que las cosas sigan así, o vas a intentar calmar la situación?—Voy a hablar con mi hija y trataré de que las cosas se lleven en paz —responde Islam.—Eso espero —digo, con una mirada intensa—.Ni se te ocurra intentar investigar o descubrir quién es mi supuesta amante y mis hijos, porque no me va a gustar para nada. Y no va a gustarte a ti tampoco las consecuenci
MILA—Lárgate de mi casa, Mila—mi tía me dice, con una voz fría y sin emociones y por un momento me quedo estática esperando de que sea una broma.Pero no, Kenia Vraslova es todo menos una mujer alegre que haría esto con otra intención que no sea humillarme, despreciarme y pasar por encima de mi como lo ha hecho toda su vida.—¿Por qué? ¿Qué he hecho?—pregunto, intentando entender lo que está pasando.—No me hagas preguntas, Mila—mi tía responde, con una mirada dura—simplemente lárgate. Tu marido ha dejado de pagar el alquiler, y ya no quiero que te quedes aquí.Me siento como si hubiera recibido un golpe en el estómago y trago saliva ignorando la presencia de su marido al que odio con todas mis fuerzas y estoy segura que es el causante de que me ella me este echando como un perro.—Pero... estoy segura de que él te pagó por más de dos años—digo, intentando defender al padre de mi hijo.—No me importa lo que creas—mi tía me interrumpe, con una voz cortante—lo que importa es que no ha
MILA—Sabia que eras una perra—dice mi tía apuñalándome le pecho cuando acaba de ver como me tenia su marido y ella piensa que yo… que yo…—MI amor, ella me sedujo, lo siento, perdóname mi amor—le dice el marido mientras ella me mira con un odio que me vuelve pequeña.Se acerca a ella, subiéndose el cierre del pantalón y ni asi, ni porque ve lo que hace su marido, mi tía deja de mirarme como una cucaracha.—Tía, por favor, escúchame —le digo, intentando defenderme—. Él me ha estado mintiendo, te lo juro. Jamás haría algo para lastimarte.Mi tía me mira con una mezcla de ira y desdén mientras me pongo de pie, tragando saliva con las mejillas adoloridas.—No quiero escuchar tus excusas, Mila —me responde—. Siempre has sido una desagradecida. Te traje a mi casa después de que tus padres murieron y esto es cómo me pagas. No te vi recoger, debería haberte dejado en ese orfanato.Mi vida cambio desde que mis padres murieron y creo que si, las cosas serian mejores si me hubiera dejado en el
MAXIMILIANOUn nuevo dia de mierda.Suspiro acostado en mi cama, con las manos debajo de la cabeza, reflexionando sobre mi vida y mi familia. Mi apellido, Romanoff, es sinónimo de poder y respeto en el mundo de la mafia rusa. Es un nombre que genera temor y admiración a partes iguales, y sé que mi familia ha trabajado duro para construir esa reputación.Mientras miro el techo, pienso en la historia de mi familia y en cómo hemos llegado a ser lo que somos hoy en día. Mi abuelo, un hombre cruel y astuto, mato haciéndose de la organización y luchó por establecer su dominio en el mundo del crimen organizado. Mi padre, un hombre igualmente ambicioso, expandió el negocio y consolidó su posición como uno de los líderes más poderosos de la mafia rusa.No puedo evitar pensar en mi hermano mayor, Marko. Él era el líder natural de nuestra familia, el que siempre había estado destinado a tomar el mando de nuestra organización. Pero su muerte repentina cambió todo. Ahora, me toca a mí asumir el po
MAXIMILIANO—¿Estás seguro de que fueron los italianos? —le pregunto, mi voz baja y controlada.Y me levanto a servirme una copa de Vodka para bajar la rabia que tengo subida al cuello.—Sí, Max—responde Aleksi. —Tenemos pruebas. No hay duda.Respiro y siento un escalofrío recorrer mi espalda porque tenia mis dudas, pero no pensé que esos hijos de puta se atrevieran a tanto.—No saben que acaban de cometer el peor error de sus vidas—paso el licor que me quema la garganta.—¿Qué piensas hacer? —me pregunta Aleksi, su voz suave.Me tomo un momento para responder. Mi mente está llena de pensamientos y emociones, cosas atroces, imágenes de sangre, gritos y dolor.—Tengo que vengar la muerte de mi hermano—le digo finalmente. —Las cosas no se pueden quedar así.Aleksi asiente con la cabeza, como si esperara mi respuesta.—Entiendo—dice. —Pero debes tener cuidado, Max. Los italianos no son fáciles de manejar.Me río, una risa amarga.—No me importa—le digo. —Tengo que hacerlo. Por mi hermano
MILAConocí a Marko en una situacion poco inusual. Estaba caminando por la calle, perdida en mis pensamientos, cuando noté que un tipo me seguía. Me sentí incómoda y asustada, pero antes de que pudiera reaccionar, un auto se detuvo a mi lado y Marko se bajó de él. Me rescató de esa situación comprometedora, y en ese momento, supe que mi vida había cambiado para siempre.Sus ojos verdes me hipnotizaron, y su cabello dorado me hizo sentir como si estuviera en un sueño. Era alto y fuerte, con un cuerpo grande y una forma de tratar a las personas que me hizo sentir segura y protegida. Me sonrió, y yo me sentí prendada de él. No pasaron dos meses para que empezáramos a salir, y a los pocos días, nos dimos nuestro primer beso. Fue como si el tiempo se hubiera detenido, y todo lo que existía en ese momento era nosotros dos.Nuestra relación fue apasionada y intensa, y pronto descubrí que era mi primera vez. Marko fue mi primer hombre, y me hizo sentir como una reina. Me trataba con cariño y
MAXIMILIANO—Estás hablando en serio, nana—le digo—¿hay una chica en la cocina?Mi nana me mira con una expresión seria y me dice que sí, que hay una chica en la cocina y que nunca haría una broma de mal gusto como esa.—Se presentó en las horas de la tarde, diciendo que está buscando a Marko, y me mostro la foto y era nuestro Marko.Sinceramente estoy muy confundido.—Pero no entiendo nada—le digo—¿cómo puede ser que esta chica esté buscando a Marko y que sea la madre de nuestros hijos?Mi nana me dice que la verdad es que no profundizó en el tema, no quiso hacer ningún tipo de preguntas, y que me estaba esperando a mí para que me hiciera cargo de la situación.—No le he dicho nada a tus padres—me dice—te lo digo a ti para que tú te encargues de resolver el asunto.—Está bien—le digo—¿dónde está la chica?Mi nana me responde que la tiene en la habitación de la cocina.Me dirijo allá con mi nana, sin saber qué me espera sin embargo este tipo de situaciones son comunes.De todas formas