—Al parecer si —le dije a Rita. El personal estaba arreglando todo. Mañana la fiesta inicia después de medio día. —Cuéntame tu, ¿cómo te llevas con el? —Pésimo. Es un sangrón, un tarado que lo único que hace es molestarme y hacerme salir de mis casillas —le conté, solo hablar de Luke me ponía de malhumor: no servía de nada la sesión de yoga que tuve. Ella me sonrió. —¿No hay chispas en el aire? —¿Que? —me reí—Nunca. Prefiero besar un sapo a que me guste Luke. —¿De que sapo hablan? —pregunta Luke detrás de mi, me sobresalto de inmediato porque espero que no haya escuchado. —Que te importa, vete de aquí —le dije de mala gana. No se por que Luke me da coraje. —Hola, creo que no nos han presentado —Luke le da la mano a Rita—Soy Luke Grayson. —Mucho gusto, Luke, soy Rita Romanno. Me dices Grayson pero como es tu apellido anterior —quiso saber Rita. Algo que yo también quisiera saber. Pero Luke no lo dijo. —Grayson —solo dijo—Antes tenía solo el de mi madre pero ahora ell
Lupe y Gloria me miraban como si fuera lo más extraño del planeta. No sabían que hacer. —¿Que pasa? —pregunto Luke, llegando a la cocina. Hasta parecía que había venido corriendo. —¿Que tienes? ¿Se metió alguien a la casa? —quiso saber—¿Por qué llora? —¡Noooo! —seguí haciendo mi berrinche. —Es que se enteró de que su mayor enemiga esta de regreso. —¿Quien? —La señorita Donna Stuart. —Ya, Amanda, no llores por esa estupidez —Luke me sobó la espalda. —Amanda, tienes que calmarte, recuerda que tenemos que ir a la playa y se nos está haciendo tarde, no podemos dejarlo pasar. —¿Por qué todo lo malo me pasa a mi? —lo miré, seguro mi maquillaje estaba corrido. Luke me miraba chistoso, le daba risa mi mala suerte—Primero apareciste tu y ahora esa víbora de Donna —apreté su camisa—Me dan ganas de tomarla del cuello y retorcerlo. —Si, si, pero no me lo hagas a mi —se apartó, porque le había pellizcado el brazo—Ve a sacar tu ira en la pelota de volley. —¡No quiero! —renegué—Al menos no
—Soñé con Fredy Kruger. Luke estalló en risas. Apenas me estaba despertando y fue lo primero que dije. Es decir, me salió tan natural. Estoy acostumbrada a hablar de las cosas extrañas que sueño con Lupe o alguna persona del servicio. Pero no me acordaba de que Luke estaba durmiendo en mi habitación. —Eres tan extraña, Amanda. Si me hubieran dicho que tu personalidad era así créeme que no hubiera venido acá —se le salió. Eso me pareció extraño. ¿Por qué lo diría?—¿Que quieres decir con eso? —llevé mi mano al tobillo porque el dolor era poco pero todavía estaba allí. El tobillo estaba medio inflamado. —Nada. Olvídalo. —Luke se pone de pie—Hay un montón de gente abajo, creo que es mejor que empieces a vestirte. —En un rato —le digo—¿Que pasó anoche? Casi no me acuerdo de nada. —Bueno, prácticamente estabas muy drogada por los analgésicos y te quedaste dormida —me dice—No te preocupes, no hiciste nada malo. Achique ojos mientras lo veía ponerse su camisa. Es increíble el tiemp
—No puede ser —susurro—Es Nerea. —¿Quien es Nerea? —Bueno, verás. Ayer fue un día donde pasaron muchas cosas. Tú sabes como me encontró Andrés a mi, ¿verdad? El asintió. —Ayer mismo cuándo venía de la empresa me encontré a esta chica en la misma situación que yo. Me recordó tanto a mi que no pude dejarla en la calle, sola y desprotegida. Ella es Nerea y estamos en trámites de adopción. Si yo tuve esta oportunidad no veo por qué ella no la pueda tener. Te iba a contar pero luego pasó todo lo de Donna y... —Tranquila, cariño, está bien. No estoy enojado. Al contrario, me da gusto que sigas teniendo ese buen corazón. Cuenta conmigo para lo que quieras. —Me sorprende que esté aquí. Luke y Nerea se acercan. —¡Amanda! —ella me abraza. —¿Que estás haciendo aquí? Ella llevaba un bonito vestido blanco. —Luke hizo algunas cosas para que yo pudiera estar. Me dijo que te gustaría que yo estuviera aquí. —Claro que si. Mira, Nerea, el es Kev, mi novio. Note como Luke rodó los ojos cua
—¡Fue el! ¡El me dejó encerrado! —exclama enojado Kev. —¡Cálmate, no estás seguro de si fue el! Pudo haber sido cualquiera. —¡Yo se que fue el! —Kev estaba muy enojado—Aprovechó para estar contigo en este momento y ser el quien salga en las fotos. No estoy loco, Amanda, se que le gustas y por eso siempre esta detrás de ti. Soy hombre y se por qué te lo digo. Nerea estaba un poco asustada por la forma en que Kev hablaba. —Cálmate. Nerea, por favor déjanos solos, ¿si? Kev está un poco enojado. No quiero que presencies esto. Nerea asintió y se fue corriendo. —Kev, tienes que estar muy seguro de lo que dices. —¿Quien más pudo ser? —me pregunta. —Pudo ser cualquiera —lo pensé—Incluso pudo ser alguna de las amigas de Donna. Ella siempre intenta dejarme en ridiculo y lo sabes bien. Si, seguro ella hizo esto para que yo hiciera el oso en la ceremonia. Kev trató de pensarlo también. Al menos lo estaba tranquilizando un poco. —No lo sé, esto no se va a quedar así. —me dice. —Cálmate
Decir que me sentía extrañada era poco, Luke me estaba besando y yo no sabía que demonios hacer. Mis labios parecían tener una especie de chip que seguían su ritmo. Se sentía extraño pero a la vez bonito. Empecé a sentir un montón de mariposas en mi estómago, se sentía como si estuviera flotando, viendo estrellas. La mano de Luke tomó mi cintura, acariciandola, elevé mi mano a su cuello, atrayéndolo más a mi. Luke me llevó hasta la cama y me acostó.¿Que estamos haciendo? Esto no puede ser. Luke es mi enemigo y no puedo estar haciendo esto con mi enemigo, además estoy con Kev. ¡No puedo hacerle esto a Kev! Me separé de Luke. —¿Que haces? —cuestioné—¿Que está pasando contigo, Luke! —Amanda, yo... —iba a decir algo pero se retractó—... fue un error —dicho eso salió rápido de mi habitación y me dejó sola pensando. ¿Por qué me hacía esto? ¿Fue un error? Llevé mis dedos a mis labios y los toqué, sintiéndolos palpitantes... pidiendo los de Luke. —No... no puedo permitir esto. No puedo y
Estaba vestida toda de negro porque si quieres que algo salga bien entonces debes actuar como si fueras una detective. No creo que sus cámaras me reconozcan. Me amarre el cabello en una coleta alta y me puse una máscara. Bajé a buscar a Lupe en la cocina. Ella estaba comiendo una rebanada de pastel. —Lupe, ni siquiera estás lista. Kev vendrá en cualquier momento. —Amanda, estoy lista —me dice—No ensuciaré mi mejor ropa con huevos, yo no tengo tanto dinero como tú para comprar otra así que elegí la mas viejita que tenía. La miré mal. —No puedo creer lo que estoy oyendo, Lupe, eres una mala amiga. Obvio que no voy a dejar que ensucies tu ropa. Ten, ponte esto —le tendí el mismo traje que yo llevaba. —Y para que lo sepas si hubieras dañado alguna pieza tuya yo te la hubiera repuesto —rodé los ojos porque parecía que Lupe no me conocía. Ella me sonrió apenada. —Me cambiaré super rápido —dicho eso salió corriendo a su cuarto. Kev me mandó un mensaje diciendo que estaría acá en diez m
—¿Que? ¿Hice algo mal? —me pregunta preocupada. —No. Esta bien. Si vuelve a llamar Luke por favor dile que estoy bien pero no menciones a Kev para nada. Por favor. Ella asintió. —Está bien. Me volví hacia la cocina para terminar de comer. Lupe y Kev estaban platicando sobre algo que no entendía. —¿Que tanto hablan? —quise saber. —De esto —Kev me enseña el celular. Había una noticia en una revista de chismes. La casa de los huevos. Era una nota sobre cómo unos ladrones entraron a su terreno a tirarle huevos a la casa y a los autos. —Lo más extraño es que dice que se robaron un collar de diamantes con un valor de dos millones de dólares. —¿Que? —lo miré. —Ayer mismo, en el mismo momento en que hicimos la broma. Dice que los ladrones durmieron a los de seguridad y aprovecharon para meterse a la casa. Las cámaras dejaron de funcionar justo después de que terminamos de lanzar los huevos así que están echándole la culpa a los que hicieron la broma, o sea, a nosotros. —Donna no pier