Al bajar al sótano busqué mi maleta por todos lados, pero no la encontré, ¿dónde están mis cosas? Estaba segura de que la guardé en el estante de arriba para que Denise no pudiera alcanzarla, bufé regresando a la sala acercándome a la mochila de Jasón sacando un par de armas tratando de no hacer ruido y regresé a la habitación sacando ropa del closet. Entré al baño cambiando mi ropa por unos jeans negros, una blusa de manda larga, botines estilo militar, escondí una navaja en el botín izquierdo, por último, me puse los guantes. Al terminar bajé de nuevo revisando que siguieran durmiendo y caminé a la cocina para salir por la puerta del jardín. -Si piensas irte sola tendremos muchos problemas. —me sobresalte cuando estaba a punto de abrir la puerta y me giré mirando a Jasón. — ¿a dónde iras? La última vez no… -Ya sé lo que pasó la última vez, lo sé, no tienen que recordármelo, al próximo que lo haga le daré una patada. —posé mis manos en su pecho apretándolas en su camisa. —por favor
La lluvia se intensificó mientras los dos estábamos frente a frente sin decir nada, él dió un paso hacia mí sacando de su chaqueta un celular y me lo entregó, al tomarlo me estremecí por el aire frío. -Llama a tu jefe para que me devuelvan mis cosas y podrás irte...no me volverás a ver nunca más, esto termina aquí, pero los dos con vida. —fue lo único que dijo y mordí mi labio con fuerza apretando el celular en mi mano. —hazlo ya, no tengo mucho tiempo. -No te creo...no podría dormir sabiendo que sigues con vida. —murmuré limpiando un poco las gotas de lluvia en mi cara, pero mi blusa estaba empapada así que no sirvió de mucho. —me hiciste miserable, tener miedo a todo, me hiciste sufrir por tu ambición y sé que no te importa, pero te lo tengo que decir para poder seguir con mi vida...no te perdono, jamás lo haré, no tengo porque sentirme mal al no hacerlo, pero si me perdono a mí por no hablar cuando era una niña, por creer que todos pensarían que era mi culpa, por castigarme, por c
Seguramente se preguntan quién soy...bueno eso es fácil de explicar, mi nombre es Allison Williams, tengo 25 años, mi color de cabellos es castaño, ojos verdes, mido 1.62 y tengo tatuajes en la mayoría de mi cuerpo, pero el punto aquí es que justo ahora estoy siendo arrastrada por mi amiga Jane, hemos ido a casi todas las tiendas del centro comercial...ahg esto es un fastidio y todo por mi "nuevo trabajo" cosa que ¡YO NO QUERÍA! Bueno sé qué sino quiero un trabajo no tengo porque ir, pero no conocen a Jane, es irritante, así que prefiero aceptar y dejar de discutir porque si no acabaría muy mal, ya en unos días pues renunció y vuelvo a mi rutina de siempre, aunque me arrepiento de haber abierto esa puerta. *FLASHBACK* -¡¡¡Allison abre la puerta en este instante!!! Lo que me faltaba mi adorada amiga despertándome justo cuando tengo un dolor de cabeza de los mil demonios. Me levanté refunfuñando al mirar la hora en mi celular, ¿en serio? ¡Son las 2 de la tarde y me viene a molestar, j
Me desperté gracias a mi despertador personal…Jane ¡Jod*r! La m*****a voz de Jane se oye en todo el departamento, por lo que no me quedo de otra que levantarme de mala gana, revisando la hora... ¡Jod*r son las seis de la mañana! Dejé el celular en la cama porque si no soy capaz de estrellarlo en su cabeza y camine a la puerta. -¡Para ya! Voy a abrir la puerta, no me vayas a golpear. —le dije abriendo la puerta despacio mientras asomaba mi cabeza poco a poco. -Que graciosa, que boba eres... —me sacó la lengua y me hice a un lado dejándola pasar. -Como sea, ¿qué haces aquí tan temprano? —cerré la puerta en cuanto ella entró y caminé al sofá frunciendo levemente el ceño. -Porque sé que no te ibas a levantar temprano, así que ahora ve a bañarte en lo que preparo el desayuno. —rodé mis ojos y ella camina a la cocina. -Si mamá, como órdenes. —bufé caminando a mi habitación, esto es raro para mí, mi desayuno siempre es a las dos de la tarde, sí…a esa hora me levanto. Entre a la ducha
(.....) Me levanté a las once de la noche, ya que tengo una pelea, así es, estoy metida en peleas ilegales, carreras y otras cuantas cosas más, estoy desde muy joven en todo esto, Jane no tiene idea, obviamente porque no quiero escuchar sus sermones, pero bueno, me levanté corriendo a la ducha, minutos después terminé y me coloqué una blusa negra con las letras blancas que dicen "fuck you" pantalones de cuero negro, una chaqueta de cuero negra, mis converse y por último me maquillé un poco, tomé mi mochila. Salí de mi departamento con cuidado de no hacer ruido ya que no quería despertar a Jane, en cuanto estuve abajo subí a mi otro auto, porque tengo dos, uno para salir y otro para las carreras, también tengo una hermosa motocicleta, en fin, después de un rato llegué a la bodega, bajé del auto acercándome a Tato, él es un buen amigo que se encarga de las apuestas. -¡Hey, diabla! ¿Estás lista? —sonríe besando mi mejilla. —hoy será una gran noche, debes dar lo mejor, hay buen dinero de
Me levanté otra vez por culpa de Jane «Cómo que se le está haciendo costumbre jod*r tan temprano» al caminar me dio un dolor muy fuerte en mi costado izquierdo haciendo que soltará un pequeño gemido de dolor, no le tomé importancia porque Jane parece que va a tumbar mi puerta, obviamente le grite avisando que ya le iba a abrir, no quiero más golpes por ahora, gracias. -Sabes...sin ti podría levantarme temprano sin problema alguno. —ruedo mis ojos dejándola pasar. —no necesito tus gritos a las siete de la mañana. -Si claro, haré como que te cre... ¡OH POR DIOS! ¿QUÉ TE PASÓ? —no terminó de hablar porque gritó asustada cuando me vio. -¿De qué o qué? —fruncí mi ceño sin entender, a veces me cuesta pensar tan temprano. —por favor no grites, me duele la cabeza. -¿Ya viste el moretón que tienes? Está más grande que el culo de la Kardashian... —nota mental...debo aprender a usar pijama «anotado mensa» gracias querida conciencia. -Ahhh...eso, no es nada ya ni me duele. —mentira duele horr
(......) Ian lleva más de media hora tratando de bajarme del auto y cómo no lo consiguió llamó a varios enfermeros y después de unas cuantas patadas que les di, pudieron bajarme y llevarme al consultorio, los odios. -¿Porque le tienes miedo al hospital? —me preguntó Ian colocándose a mi lado. —es un poco exagerado tu comportamiento. -¿Miedo yo? Puff...claro que no... —no, no es miedo, es terror a los hospitales. —solo no me gusta que me obliguen a cosas que no quiero hacer. -Vamos dime, esto se quedará entre nosotros. — ¡Ja! No estoy idi*ta para confiar en él. —no tengo porque contarle a nadie que te dan miedo los hospitales. -Buenos días, ¿quién voy a atender? —dijo el doctor entrando al consultorio, por suerte llegó a tiempo...o mejor dicho por desgracias. -A ella, doctor, trae un golpe en la costilla izquierda. —le dijo al doctor, me siento una niña de cinco años cuando habla por mí. -Suba a la camilla para revisarla y desabrocha tu blusa, por favor. —hice lo que me pidió el
*Narra Matt* Después de salir del departamento de Sheila, creo que así se llamaba, la conocí en un antro al que me llevó Ian anoche, él un gran amigo además de ser socio de la empresa que fundaron nuestros padres, espero heredar en cuanto mi padre se retire, pero lo dudo un poco ya que mi abuelo dio órdenes de que me entregaran todo en cuanto me casara y formara una familia...estoy jodido con eso. Ahora mi padre está en algo así como su luna de miel, cada cierto tiempo lleva a mi madre porque dice que es como recordar uno de los mejores momentos de su vida, esas son puras tonterías, en fin voy rumbo hacia mi casa pero tuve que parar en el semáforo y cuando miré a un lado una chica estaba cantando, por cierto lo hace horrible, no puede evitar reír, ella se dio cuenta y se puso roja, al principio pensé que le había dado vergüenza pero cuando la vi acercarse a mi pude notar que estaba furiosa, lo confirmé cuando sentir el líquido sobre mí, en serio esta chica está loca, no pude ni siqu