Después de pasar todo el día comiendo, comprando cosas para Mateo regresamos a la casa exhaustos, mis piernas me duelen y mis brazos más ya que olvidamos llevar la carriola, Matt quería comprara otra, pero me negué a eso. En fin, ahora Mateo está durmiendo tan cómodo mientras nosotros estamos tirados en la cama boca arriba adoloridos. Solté un gruñido bajito al sentir mi celular vibrar en mi bolsillo, al sacarlo conteste volviendo a cerrar mis ojos. -Hola Thomas, si todo está bien. —abrí mis ojos al sentir un peso sobre mí y rodé mis ojos al ver a Matt. —no, está bien no interrumpes. —él levanto una ceja mirándome indignado y traté de no reír. -Solo quería saber cómo vas en tu rehabilitación, espero que estés haciendo todos los ejercicios. —sonreí tratando de levantarme, pero Matt no me dejo hacerlo y comenzó a besar mi cuello mientras apretaba mi cintura con sus manos. — ¿Ana me escuchas? -Sí, perdón…eee…todo está bien, estoy siguiendo las indicaciones que me diste al pie de la let
-Antes de abrir el sobre… ¿Quieres algo de beber o comer? —me dijo Karen tomando mi mano y la quité lentamente. —perdón…es que estoy nerviosa, aunque yo confió en lo que me dices. -No gracias, estoy bien, pero adelante, ábralo de una vez para evitar problemas. —mencioné más que nada por la cara que tiene Michael, se ve molesto, aunque no estoy segura si sea por mí o por otra cosa. -De acuerdo…aquí voy. —Karen agarró el sobre de la mesa, sus manos temblaban mientras lo abría y me miró sonriendo antes de sacar los papales. —veamos dice qué… —se quedó en silencio unos segundos y sus ojos llenaron de lágrimas. —lo sabía, sabía que no necesitaba esto para darme cuenta de que eras tú…mi hija. -¿Entonces sí es nuestra hermana? —Tessa preguntó emocionada y se levantó abrazándome, aunque tuvo cuidado de no aplastar a mi bebé. —que emoción, tengo una hermana mayor a la que le podré contar todo, siempre quise una porque con el bobo de Michael no se puede hablar. -Ya que sí eres su hija no me
Agarré mi celular llamando a mi papá, pero no contestó, así que llamé a Marcus, aunque tampoco lo hizo. Hice una mueca dejando el celular en el mueble para darle de comer a Mateo. Lo miré sonriendo, acariciando su mejilla. —espero que los días se pasen rápido y tu abuelo se comunique con nosotros lo antes posible. —susurré acomodando mi blusa cuando terminó de comer y lo acomodé para darle golpecitos en su espalda. Unos minutos más tarde Tessa subió para que bajara a comer, así que dejé a Mateo dormido en la cuna y bajé saludando a todos incluyendo al esposo de Karen. La cena transcurrió normal, el señor es amable, me habló cómo si fuera su hija, aunque fue algo raro no me sentí incomoda, tal vez me atrevería a decir que estaba cómoda. Al terminar la comida me fui a mi habitación a recostar, cerré mis ojos quedándome dormida poco a poco, sin embargo, desperté por unos movimientos bruscos y fruncí mi ceño abriendo mis ojos. -Lamento despertarte, pero Michael salió hace rato y no ha ll
-Eso suena peligroso, pero por lo menos ya no estás en esas cosas ilegales. —negué despacio y le sonreí. —le agradezco tanto a Richard por cuidar de ti y a todos esos chicos, estaré encantada de conocerlos. -No, aunque es irónico estando al lado de la ley he cometido más cosas ilegales, es lo que sé hacer. —después de terminar de desayunar todos juntos en el comedor le ayudé a lavar los platos y subí a la habitación para darme una ducha rápida mientras Karen cuidaba a Mateo ya que insistió en hacerlo. Al terminar la ducha me vestí y guardé todas nuestras cosas antes de bajar. —Karen pasé un lindo fin de semana, muchas gracias, pero nos tenemos que ir. -¿En serio? Pensaba que podríamos salir a pasear, es un hermoso día. —dijo levantándose con Mateo en brazos y me lo entregó. —espero que el próximo fin de semana te animes a venir o incluso antes. -Lo siento, pero tengo trabajo que hacer. —me despedí de Tessa y Michael. —haré lo posible por venir el viernes, ¿sí? —solo lo dije porque K
-¿Cuenta un tablazo en las bolas? Jod*r creo que quedé estéril. —dijo Jasón, mientras yo tosía quitándome el pasamontaña y lo dejé sentado cerca de unos árboles. —dame unos minutos y estaré listo. -Eres id*ota, te estoy preguntando en serio. —el grito de Marcus me hizo girar. —maldita sea, no te muevas de aquí. —corrí hasta él al ver que sostenía a papá. —mi*rda su pierna. —lo ayudé a llevar hasta dejarlo a lado de Jasón. —dame tu cinturón, Marcus. —se lo quitó y se lo coloqué a mi papá en la pierna para detener la sangre. —debemos llevarlo al hospital de inmediato. -Jasón ayúdame a llevarlo y tú no te separes. —lo sujetaron entre los dos y tomé el arma que tenía en mi pierna. —creo que me lastime una costilla. —dijo Marcus en un quejido. -Esperen aquí, revisaré la camioneta, no quiero otra m*****a explosión. —se quedaron detrás de unos arbustos y caminé con cuidado, al llevar a la camioneta revisé la parte de abajo. — ¿Carmen? ¿Bryan? —murmuré al levantarme y abrir la puerta de at
Parpadeo un par de veces antes de que mi vista se acomodará, vi a mi alrededor y apreté mi mandíbula al ver a Frank e Iván colgados en la pared bastante golpeados. Cerré mis ojos cuando los recuerdos me invadieron, pero el sonido de la puerta me hizo abrir los ojos de nuevo, un hombre entró y se paró frente a mí. -Será mejor que respondas todas mis preguntas, no quisiera hacerle daño a ese lindo rostro. —moví mi rostro cuando sus dedos acariciaron mi mejilla. —chica ruda…me gusta. —me dio con el puño en el rostro y solté un quejido. -Diría que pegas cómo mujer, pero no se merecen una comparación con alguien cómo tú, sería una total ofensa, así que diré que…debes hacer más ejercicio. —sonreí mirándolo y sentí el sabor de la sangre en mi boca. —vamos, inténtalo de nuevo, sé que lo puedes hacer mejor. -¡Basta Anahí! —gritó Frank y lo miré entrecerrando mis ojos. —imbéc*l de mie*da, desátame y te enseñaré lo que es pelear. —rodé mis ojos negando despacio. -No le hagas caso, la pérdida
-¡Smith! Ven aquí. —Wesley me gritó, pero no le hice caso hasta que me sujetó del brazo. —no vuelvas a hablarme de esa manera, no soy tu compañero de trabajo, no soy Richard, si él no controla a su equipo es su problema, a mí me respetas cómo el superior que soy. -Te hablo cómo se me dé la gana y no metas a Richard en esto, si no fuera porque está herido tú no estarías aquí, ¿tanto te duele que seamos mejor que ustedes? Porque te recuerdo que este trabajo es para ayudar no para competir. —quité bruscamente su mano de mi brazo y di un paso hacia él. —no te conviene jod*rme en estos momentos, haz tu trabajo, arréstalo y déjame en paz. -Soy tu superior y te guste o no tienes que hacer lo que te diga. —apreté mi puño y sentí unas manos en mis hombros, al ver de reojo me di cuenta de que Marcus me estaba sujetando. —a menos que quieras renunciar. -Wesley…sabes perfectamente que es un trabajo en conjunto, no trates de darnos órdenes. —dijo Marcus molesto y me alejé de él. —deja que él se
-¡Matt ya basta! Vamos a hablar afuera. —lo arrastré hasta estar lejos de la habitación y lo miré seriamente. — ¿Qué mi*rda te pasa? No puedes entrar así, ni siquiera debes de estar aquí. -¿Cómo puedes decirme eso? Ella está loca y se merece estar en la cárcel, llamaré a la policía. —le quité el celular cuando lo sacó y me miró molesto. — ¿por qué haces esto? -Porque estoy cansada Matt…no secuestro a nuestro hijo, le darán tres años por herir a mi papá, por buena conducta reduce a dos y al final sale en uno con fianza, ¿y luego? Ella tratará de vengarse, no quiero matarla, no quiero vivir preocupada si le hará daño a Mateo o a ti, lo mejor es llegar a un acuerdo con ella. —me recargué en la pared mirándolo. -Entonces mátala… —sus palabras sonaron tan frías y solo podía mirarlo sorprendida. —o lo haré yo, no me importa. —me tensé negando despacio, sin poder creer lo que estaba escuchando. -A mí sí me importa, no por ella sino por ti… ¿sabes por qué no la he matado? —pregunté fruncie