Sirvieron la cena y Arlenn usaba muy bien los cubiertos, había aprendido a usarlos todos como su madre le dijo «aprende hija, alguna vez lo necesitaras» y ese día llego.

Hadrien observaba al disimulo como su asistente utilizaba los cubiertos, podría llevarla a una fiesta o cena privada y lo haría quedar muy bien, sus miradas eran vigiladas por sus padres, nunca lo habían visto así ni cuando llegaban sus amigas o familia.

La cena estuvo divertida con anécdotas de Hadrien que a cada rato se sonrojaba haciendo reír a todos, terminaron y se sentaron en la sala y Joseph mirando a Arlenn dijo.

—Quisiera pedirle algo Arlenn, ehm, mi hijo tiene por costumbre salir en la noche y pues… ¿Podría llamarlo y preguntarle si está bien? O llamar al chofer que entre a recogerlo cuando va con sus amigos

Hadrien lo miro asombrado de que le pida eso a su asistente y reclamó

— Papá, ¿qué es eso? Soy un adulto que sé cuidarme solo, no me pongas niñera encima

Arlenn exclamo

— Señor Hadrien, disculpe, p