CAPITULO 5

CAPITULO 5

Pasan los días....

La familia en ese momento es completamente vigilada por un grupo de escoltas después de lo que le había sucedido a Mariana.

Ella no recuerda mucho de lo que sucedió, solamente que le estaba preguntando por unos documentos que ni siquiera había escuchado en su vida, tenía mucho miedo de que lo que le sucedió a su hermano le estuviera pasando al líder de la familia Aristizabal que en este momento era ella.

— No quiero que me dejes sola detective, sé que su misión es cuidar no solamente de mi hermano sino de mi familia Pero confío mucho más en usted — Mariana se sentía muy atraída por Jonathan.

Solamente por su manera protectora de cuidarla, sino por la fuerza de su mirada y la manera en la que parecía querer estar a su lado.

— No se preocupe porque voy a cuidar de todos los miembros de su familia, por ahora creo que lo más conveniente para todos es que usted se quede en casa durante un par de días — Jonathan se daba cuenta de los acercamientos de Mariana.

Él no había tenido ningún tipo de relación estable en años, siempre había pensado que su trabajo era lo más importante y precisamente no había conseguido una mujer que pudiera entender su punto de vista.

Además parecía que Mariana estaba más encaprichada con él que otra cosa, solamente quería llevárselo a la cama como un trofeo, y él era una persona mucho más emocional de lo que cualquiera pudiera imaginar.

El ingreso a la habitación y le pidió a Victoria que se fuera durante un par de segundos porque tenía que hacer unos chequeos de seguridad.

—¿Qué es lo que está pasando? Créame que nosotros nunca nos hemos dedicado a negocios ilícitos como para que esté los metidos en este embrollo — Cristóbal estaba cansado de tener que vivir acostado en esa cama, de no poder siquiera tocar los labios de nuevo de Victoria.

— No lo sé, le preguntaron a su hermana por unos documentos, esperaba que usted me dijera si recibió algún tipo de documentación completamente confidencial en los últimos días — Jonathan necesitaba recopilar toda la información para entender esta verdad.

— No, la verdad es que es lo que usted me dice concuerda un poco con lo que le conté de Nadia, ella estaba hablando con alguien diciéndole que yo jamas hubiera escondido esos papeles en la casa — Cristóbal ya no confiaba para nada en quién iba a hacer su prometida.

—¿Confía aún en ella? Lo digo porque no dudo un solo segundo en creer en su palabra cuando descubrió la infidelidad de su ex esposa — Jonathan dijo este comentario sin pensar, quizás porque él también sentía un poco de rabia por lo que le había pasado a Victoria.

— No quiero que se meta en mi vida privada, en este momento no confío en Nadia, pero en aquella época me abrió los ojos a la verdad de quién era Victoria — Cristóbal sintió dentro de su pecho una enorme rabia porque detestaba que juzgaran lo que había hecho.

— Bueno, quizás hay personas que solamente quieren ver lo que necesitan y no lo que hay enfrente — Jonathan nunca se había enfrentado así con nadie y mucho menos con una persona con la que debería trabajar en equipo.

En los últimos días había tenido una conexión especial con Victoria, tanto así que le había dedicado la mayor parte de su tiempo solamente a este caso Pero sabía que lo hacía para poder estar cerca de ella.

— Necesito descansar — Cristóbal le pidió a Jonathan que se vaya no sin antes recordarle que tiene que hacer su trabajo sin meterse en la vida privada de los demás.

Victoria entra a la habitación y empieza con las terapias que debe hacerle todos los días a Cristóbal para que sus músculos no se atrofien.

Lo único que ella quiere en ese momento es poder cumplir con su papel, pero no ha dejado de insistir al hospital para que le den la libertad de irse de alli.

Ha tenido que soportar las humillaciones de la prometida de Cristóbal, las malas caras de Clara a pesar de que con su hijo se comporta diferente, Y el dolor de saber que Cristóbal se encuentra en ese lugar y que a pesar de todo le sigue odiando.

— Nunca voy a entender por qué no me diste la oportunidad de explicarte, Por qué no me hiciste daño solamente a mí sino a mi papá, creo que eso es algo que nunca te voy a poder perdonar — Victoria no dejaba de pensar en el sufrimiento de su papá cuando se enteró que había perdido absolutamente todo y había tomado la decisión de acabar con su vida.

Cristóbal no dejaba de sentir un nudo dentro de su pecho con estas palabras, el reconocia que en ese momento había perdido el control, a pesar de que sabía que a la empresa del papá de Victoria le faltaba tan solo dos meses para salir a flote, rompió el contrato lo que hizo que todos los inversionistas se fueran.

Lo que nunca supo Victoria, es que él se había arrepentido ese mismo día, que había decidido buscar al padre de Victoria la mañana siguiente Pero cuando se levantó la noticia ya estaba en los periódicos, él se había suicidado por su culpa.

Quizás él merecía haber perdido a Victoria, y saber que ella pudo hacer una vida con su ex novio al que le dio un hijo.

Pero quizás había una oportunidad para los dos, Cristóbal quería tocarla y decirle que la amaba, que de nuevo verla entregada por completo a él en su cuidado fue suficiente.

Nadia entró en ese momento a la habitación interrumpiendo lo que era un momento de silencio pero que a la vez, era el momento más importante para Victoria y Cristóbal.

A pesar de que Cristóbal solamente escuchaba el llanto de Víctoria y sus recriminaciones, por primera vez en su vida lo había puesto a analizar sobre el pasado.

— Ya me retiro — Victoria miró por la ventana y se limpió rápidamente las lágrimas porque no quería que Nadia se sintiera poderosa sobre su dolor.

— Quédate, quiero que escuches esto para que entiendas la importancia de tu labor — Nadia se acercó hasta donde estaba Cristóbal y lo tomó de la mano, colocó su mano encima de su vientre — Mi amor, estamos esperando un hijo que espera que puedas abrir los ojos de nuevo —.

Cristóbal se quedó completamente congelado con aquella revelación, no podía creer que Nadia estuviera embarazada, los dos siempre habían sido Muy cuidadosos.

Victoria sabía que todo esto ella lo estaba haciendo para humillarla — Es un momento que usted tiene que compartir con su prometido y que no tiene nada que ver con mi labor — .

— Te equivocas, primero porque quiero que te des cuenta de la responsabilidad que tienes para que se recupere y pueda compartir con su hijo, y segundo para que te saques de una buena vez de la cabeza que él es tuyo — Nadia soltó una pequeña carcajada, y le ordenó a Victoria que se fuera de la habitación.

Nadia se acuesta al lado de Cristóbal y lo llena de besos, en realidad ella siempre ha estado enamorada de él.

— Te amo, y créeme que he hecho muchas cosas para poder tenerte a mi lado, Victoria no me va a volver a ganar la partida — ella estaba completamente segura que haría lo que fuera necesario para que él solamente fuera suyo a pesar de su estado.

Las palabras de aquella mujer solamente ponían en duda de una vez el corazón de Cristóbal, las palabras de Jonathan le habían hecho dudar, Quizás sí debió haberle dado la oportunidad a Victoria de explicar aunque sus ojos habían visto una escena completamente diciente.

Por su parte Jonathan estaba investigando Por qué parecía que esta mafia estaba interesada en acabar con esta familia, porque estaban buscando esos documentos con tanta premura.

Lo primero que hizo fue investigar absolutamente todo de Cristóbal, pero se dio cuenta que era un hombre que tenía negocios limpios, Así que esto convertía en todo en una teoría que no entendía.

Desde hace mucho tiempo había estado detrás de esta banda, Y si podía saber quién era el líder al que denominaban " El lobo", sentiría que había logrado uno de los aspectos más grandes de su carrera.

Llegó la noche....

Cristóbal miró la hora, generalmente en la noche se quedaba con Victoria en la habitación, Pero ella se había ido un momento a la cocina para comer algo y el necesitaba caminar un poco para poder sentir que estaba vivo.

Se levantó e hizo algunos ejercicios con sus piernas que se sentían débiles por estar todo el tiempo acostado, abrió la puerta de su habitación mirando de lado a lado que nadie lo viera.

— ¿No se supone que eres el caballero durmiente?— escuchó una pequeña voz dulce que venía de la parte de abajo.

Al bajar la cabeza se dio cuenta que el hijo de Victoria se encontraba con una sonrisa dulce mirándolo fijamente.

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