DAVID
—¿Realmente necesito usar esto?— Identifico la voz de Eduardo.
—Me gusta.— Dice Johna, aullando como un animal salvaje. Una risa femenina, luego vuelvo a ponerme de pie.
—Necesito que te mantengas despierto. —dice Carlota en un tono suave y me tira agua fría a la cara. Lucho contra los brazos de uno de ellos, recordando que vine aquí con un propósito y no puedo irme sin ella. Mi Nelly
NELLYSegundos.Segundos, es lo que me tomó darme cuenta de que David no quiero que este niño, segundos, tenga una pistola en mi cabeza, segundos, hasta que me dé cuenta de que nada debería ser más importante que la seguridad de este bebé. Porque seré para él o ella todo lo que ellos nunca fueron para mí. Una madre, una amiga, una confidente, un lugar seguro.TODO. NELLY—No me importas.—Carlota grita, pero escucho incertidumbre en su timbre.— No eres nada para mí, Nelly. Libraré al mundo de ti en segundos.Tal vez tengo razón después de todo.—Aprieta el gatillo.—incentivo. NELLYEl padre de mi hijo o hija es rápido en sus acciones, pilla a la niña con la guardia baja y le quita la pistola de la mano, dejándola caer cuando Carlota intenta recuperarla. Al darme cuenta de que la situación se repetirá, me anticipo y entro entre ellos, agachándome y tocando la empuñadura del arma, pero unas uñas pintadas de rojo se posan en mi muñeca y me desgarran allí la piel. Miro hacia arriba,no queriendo, sino sabiendo a quién voy a encontrar.—Termina aquí.—dice Kaciana, dándome una mirada tan significativa que el tiempo pierde su valor, volvCapítulo 65
Capítulo 66
NELLY—Llamé a la policía. —dice David, ganándose nuestra atención, bueno, ganándose la mía y la de Alicia al menos. Está al lado del cuerpo de Johna y tiene un celular ensangrentado en su mano derecha. Arrugo la cara cuando me doy cuenta de que revisó la ropa del muerto en algún momento de esos minutos que estuve distraída. —¿Dónde está Katiana?— Habla de nuevo y lo miro.—Huyó poco después del tiroteo. Alice revela y sigo su mirada hacia la puerta abierta. Otra corriente fría me atraviesa y me eriza el vello de los brazos.
DAVIDSalgo de la habitación de la mujer que amo con el corazón roto, hemos pasado por mucho en poco tiempo y no quiero causarle más estrés. Tendré que tener cuidado de ahora en adelante, tuve una conversación seria con el médico y descubrí que el embarazo podría ser riesgoso. Nelly estuvo expuesta a una situación detensión y cualquier discusión acalorada puede provocarcomplicacionessin embargo, no me rendirésu,de nosotros. tengo un largo camino por recorrerconseguirtu perdón y haré lo que me pidas.Voy al baño y me lavo la cara, tengo marcas severas alrededor de la boca y los ojos. El lado positivo es que gané empatía con ella, vi en sus ojitos que todavía se preocupa por mí.Tomo el celular y marco el número de Eduardo, pasando el mensaje de que sé que aceptará, porque él también le debe a mi chica y hará lo que sea para extinguir su culpa. No estoy de acuerdo con dejar que Kaciana se salga con la suya a pesar de lo que dije antes, para mí es tan peligrosa como Carlota. Pero, esa de
DAVIDPaso el resto del día empapada en casa, llamando a la recepción del hospital cada quince minutos en busca de noticias, hasta que me remiten para hablar directamente con su enfermera, la misma con la que hablé antes y recibo información que me tranquiliza. También llamo al hospital donde está internada Kiara y me alivia saber que a pesar del golpe que en su cabeza, su estado no es grave, al contrario, no hubo secuelas y pronto podrá salir. Tenía miedo de contarle a Nelly sobre la condición de su amiga. Edu también me llama y me revela sus preocupaciones sobre Kaciana, quien, al parecer, contó una sola versión sobre su relación con Carlota y el secuestro al delegado.Cuando despierto me siento extraño, vacío, la cama parece lo suficientemente ancha para una familia de elefantes o toda mi soledad.Soledad.Esa palabra nunca me pareció tan amarga, como solía ser mi más dulce castigo. Estar solo fue el destino que elegí hace años, cuando creía que mi vida había perdido su brillo y re
NELLY—No hay necesidad de quedarse.—dyo, apartando la mirada de los lirios plateados hacia la bandeja con los restos de comida que Carmem habías, me olvidó encima de la cómoda. Que es extraño, teniendo en cuenta cuanto insistió con la otra enfermera que haría esta tarea.—insisto en tomarlo para casa.—Edu dice, sonriendo sin mostrar los dientes, pero aún incapaz esconder tu malestar en el fondo, sé que está tratando de compensar lo que hizo su hermana y hasta entiendo su insistencia, pero prefiero estar sola.Por qué insistir cuando es obvio que mi la compañía también¿te duele de alguna manera? Yo reflejo.—Todo bien.—El cable estar de acuerdo, dedicando los próximos segundos mi atención en la aguja adherida a la vena de mi mano. Vitamina, dijo el médico después de la batería de pruebas que me hicieron.Vitaminas y una dieta equilibrada.Alimentación regulada.Las palabras todavía bailan en mi cabeza. Nunca supe lo que es tener uno.—¿Usted necesita algo?—La voz arrastrada de Edward
NELLYTodo sucedió tan rápido que solo noté que David empujaba a Edu contra la pared, cuando una enfermera comenzó a gritar y llamar a seguridad.Entraron dos hombres a la recámara unos segundos después y terminaron la pelea, el más alto sujetando a Eduardo por la cintura, impidiendo su avance, lo que por mucho fue la idea más sabia considerando la mirada asesina en su rostro. Último capítulo