DAVID—¿No irás tras ella?—Cierro los puños y cuento hasta diez, no puedo atacar a una mujer, aunque sea un ser humano.METROy lo guardo todavía en el mismo lugar, glaseado nel ascensor, diciéndome a mí mismo que vaya tras la chica que tiene mi mente y le seque cada lágrima.Pero no puedo. No cuando soy la causa principal de tu dolor.— Es patético, la forma en que la miras. — Kaciana hace una pausa y siento su cuerpo acercarse al mío. Me tenso, manteniendo mis manos abajo. —Sabes, el padre de Nelly era el único hombre que realmente amaba y cuidaba, su muerte fue como mi muerte también, pasé mucho tiempo tratando de vivir como si nada hubiera cambiado, pero cuando amas a alguienla forma en que lo amaba, no podía seguir adelante sin barreras.Jesús.Suelto aire por la nariz.Esta mujer me está probando.¿Dónde quiere ir ella?—Sal de mi oficina. —Gruño, dándome la vuelta para mirarla de frente. Sus ojos se estrechan en una mirada aguda e indiferente, me está desafiando. Aprieto la mandí
NELLYMis párpados están pesados y tengo que esforzarme más de lo habitual para abrir los ojos, cuando lo hago, siento que no lo he hecho. Todo está oscuro y si no fuera por un hueco en el techo de lo que creo que es un cobertizo abandonado, no vería a mi mejor amiga desplomada y atada a mi lado. El ruido de los tacones crujiendo las hojas secas y golpeando contra el suelo gastado me hace buscarla en las sombras, no necesito tiempo para recordar lo que pasó cuando salí de la oficina de David.— ¿Dónde está Kiara, niña loca? — Me asalta una rabia enorme al recordar su cara de susto justo antes de que Carlota la golpeara con el palo de hierro.
NELLYSigo obligándome a mantener mi mente cuerda, si no por mí, entonces por el pequeño ser en mi útero. Pasé años creyendo que era débil, indigno de amor cuando en realidad el problema estaba en las personas que me rodeaban. Mi madre estaba enferma, Carlota estaba enferma, Eduardo nunca pudo tomar sus propias decisiones y ni siquiera Alice escapa de esa lista. Puedo verlo ahora, todos esos años en una relación tóxico me hicieron incapaz de esperar algo más grande, mejor. Estoy bailando con mis recuerdos, abriendo todas las puertas que he mantenido cerradas para enfrentar a los monstruos, esta vez no puedo contar con el príncipe. Esta pelea es mía y soy el único que puede vencer al dragón. NELLY—Me sentí traicionado.—Lo revelo, sin sentir solo los ojos de la chica sobre mí.El hombre que sostiene a David se mueve incómodo y da dos pasos más cerca,parecer interesado en el tema. Miro con los ojos entrecerrados al padre de mi hijo o hija y me congelo ante laCapítulo 61
DAVIDCuarenta y cinco minutos antes…No sabía si el plan iba a funcionar, pero era mi única esperanza y el tiempo corría. Recaí cuando no le revoqué el contrato a Carlota inmediatamente yla dejé volver a mi vida, a la vida de Nelly. DAVID—¿Realmente necesito usar esto?— Identifico la voz de Eduardo.—Me gusta.— Dice Johna, aullando como un animal salvaje. Una risa femenina, luego vuelvo a ponerme de pie.—Necesito que te mantengas despierto. —dice Carlota en un tono suave y me tira agua fría a la cara. Lucho contra los brazos de uno de ellos, recordando que vine aquí con un propósito y no puedo irme sin ella. Mi NellyCapítulo 63
NELLYSegundos.Segundos, es lo que me tomó darme cuenta de que David no quiero que este niño, segundos, tenga una pistola en mi cabeza, segundos, hasta que me dé cuenta de que nada debería ser más importante que la seguridad de este bebé. Porque seré para él o ella todo lo que ellos nunca fueron para mí. Una madre, una amiga, una confidente, un lugar seguro.TODO. NELLY—No me importas.—Carlota grita, pero escucho incertidumbre en su timbre.— No eres nada para mí, Nelly. Libraré al mundo de ti en segundos.Tal vez tengo razón después de todo.—Aprieta el gatillo.—incentivo.Último capítuloCapítulo 65