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Capitulo 4 Crisis Nerviosa

Después de que hable con mi hermana me sentí un poco mejor, solo somos ella y nosotros, comencé a trabajar, fui a una reunión y deje a Luciano al cuidado de Delia, no quería dejarlo solo, pero esta reunión era importante, terminando nos iremos a casa y estaremos toda la tarde juntos.

En plena reunión soy interrumpido por una de las secretarias, para decirme que Delia me necesita en mi oficina, me disculpe con las personas y salí casi corriendo creyendo que algo le había sucedido a mi hijo, cuando llego entró aventando la puerta, Luciano está hecho un ovillo en una esquina de la oficina.

—Que sucedió, porque está así, campeón mírame soy papá, ya estoy aquí,— le digo acercándome.

—Señor, despertó llorando y al no verlo empezó a gritar y se escondió ahí, no quiere hablar conmigo ni que me acerque— dice Delia nerviosa, con miedo a que la regañe.

— Se puede retirar, déjeme solo con él, solo vaya a la sala de junta y discúlpeme con las personas que están ahí, dígales que si gustan mañana terminamos, mi hijo es lo más importante ahorita, cierre la puerta al salir,— no es que desconfíe de Delia, tengo cámaras en toda la empresa, con solo revisar sabré que sucedió, es raro que Luciano se altere de esa manera.

Me fui acercando a Luciano y me acorde que cuando estaba leyendo sobre el TEA a algunos niños les hace bien escuchar música, saqué mi celular y busqué algunas pistas, empecé con una movida, no le gustó porque se tapó los oídos y movía su cabeza, le puse música clásica y se quedó quieto levantó su cabeza y me sonrió, me acerque más y me quito el celular, lo puso en su oído, busque unos audífonos en uno de los cajones de mi escritorio y sé los puse, aceptó que lo abrazara y salimos de la oficina para la casa, le dije a Delia que también podía retirarse, lo subí al auto y nos fuimos, en todo el camino fue escuchando música, mañana tendré que comprarle un reproductor de música, se que con eso va a estar tranquilo.

Al llegar a casa, se encerró en su habitación y yo le marqué a Mario necesitaba hablar con alguien, también hablé con el jefe de seguridad de la empresa para que me enviara la grabación de mi oficina quiero ver que fue lo que a Luciano lo altero, y si descubro que le hicieron daño yo mismo me encargaré de hacerlo pagar, por mi hijo haré lo que sea necesario, nadie va a dañarlo.

Mario llegó a mi casa, le conté lo que había pasado a Luciano, y lo que el neurólogo había dicho, todo lo que había que hacer para que estuviera tranquilo y bien, a mi correo llego la grabación, inmediatamente la abrí para ver que había pasado, lo que vi, no podía creerlo, apretaba los puños de mi mano y la ira se apoderó de mí, quería tenerla cerca y estrangularla.

HORAS ANTES EN LA OFICINA.

NARRADOR

Después que Santiago salió de la oficina hacia la reunión que tenía, sabiendo que se tardaría en esa reunión, entro al cuarto donde Luciano está durmiendo, lo halo del brazo despertándolo, el niño frotando sus ojitos, la ve y se asusta, comienza a tener una crisis, pidiendo ver  su papá.

—Delia: Ya cállate bastardo, tu papá no te quiere, ya se fue y te dejo solo, sabes que niño raro te voy a llevar a un lugar feo y yo me voy a quedar con tu papá, me oyes, no te tapes los oídos, mírame, deja de gritar eres muy irritante, por eso tu mamá se fue, porque no te quiere, no quiere un hijo raro como tú.

Las palabras que le decía eran muy crueles, además que lo lastimaba al tomarlo y halarlo de la mano, Luciano en medio de su crisis gritaba y lloraba.

— Padre quiere a Luciano, Luciano se portará bien, padre no se fue, Luciano quiere a padre,— decía el chiquillo, mientras se tapaba los oídos para no escuchar lo que está cruel mujer le decía, eran tantas palabras hirientes para un niño de cinco años.

Santiago cerro la computadora y aventó todo lo que había  su paso, Mario tarta de controlarlo, Se agarra la cabeza de la impotencia que siente.

—¡un momento Mario!, solo un momento lo dejé solo y le pedí que lo cuidará, no que lo humillara, pero esto no se queda así, en cuanto la vea la voy a matar con mis propias manos.— estaba furioso.

—Piensa con la cabeza fría lo que vas a hacer, tienes todo el derecho en denunciarla o despedirla, solo no permitas que sigan tratando mal a mi ahijado, te juro que yo también quiero estrangularla con mis propias manos, pero lo que menos queremos es que Luciano pase por un trauma  fuerte, vamos a verlo, quiero jugar con mi campeón y le traigo un regalo, espero no te moleste lo que le daré, — dice Mario mientras sube s buscar a Luciano en su habitación —otra cosa hermano ya hable con la amiga de mi esposa es una buena psicóloga, tiene mucha experiencia con niños TEA y está dispuesta a darte una cita mañana, hermano entre más pronto Luciano sea tratado es mejor.

—Tienes razón, pero antes de ir tengo que arreglar este asunto, — le digo, ya un poco mas calmado —esa mujer no se quedará sin castigo, la voy a mandar a la cárcel, es lo menos que se merece, no voy a permitir que sigan haciéndole daño a mi hijo.

Subieron a la habitación de Luciano, aún sigue escuchando música con el teléfono de su papá, pero está enojado que al ver entrar a su padrino y su padre se queja.

— Luciano está molesto, Luciano ya no escucha música bonita, Luciano quiere escuchar música.

—No te preocupes campeón, mira que te he traído y es mejor que ese que tienes ahí, ven vamos a abrir tu regalo, Luciano no debe enojarse, tu padrino quiere ver feliz a Luciano, —le dice enseñandle el regalo.

Luciano se quitó los auriculares y fue a donde su padrino, abrió el regalo que le llevó y se emocionó porque era un teléfono, lo prendieron y le enseño a usarlo, Luciano contento con su teléfono, bajo junto a su papá y padrino a cenar, después de cenar Santiago ayudo a Luciano a ponerse la pijama y hacerlo dormir, después bajo para tomarse un whisky con Mario ya mañana arreglaría los asuntos con esa cruel mujer.

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