Les hablé de un proyecto que implica a toda la familia, una Asociación para niños con TEA, emocionados todos me apoyaron, y tengo las instalaciones para hacerlo y esa es el edificio Soler, si no voy a invertir en la empresa del abuelo, ya no tiene nada que recuperar, Fátima la llevo a la quiebra y si la compré recuperar para tenerla lejos de mí, sé que es mi madre biológica, pero eso no la hace ser o pertenecer a mi familia. A todo el personal lo voy a integrar en la importadora de mi familia no puedo dejarlos sin trabajo.
Después de explicarles la idea familia y quien podría o quería involucrarse, me fui a mi habitación, me acosté y tome mi teléfono vi el número del que me había marcado Clarita, lo guarde e intenté marcar, no se quería escuchar su voz, escribí un mensaje cuál borré una y otra vez, no me animé a hacerlo, así que deje el teléfono en el buró que está al lado de mi cama.Me desperté temprano para irme a la importadora, antes de llegar a la empresa pasé por un c—Deja solo de verla, ve e invítala a bailar —me dice mamá atrás de mí —es muy hermosa, ¿sabías que pinta y es muy buena?, el otro día compré un cuadro de su autoría —me dice y me sorprendí porque no sabía que le gustará pintar, sé que le gusta la lectura porque la he visto en el café, quise decirle algo a mamá, me interrumpe en el momento —anda antes de que llegue alguien más y no bailes con ella —me empuja para que camine hacia ella.Llegó temblando de nervios, me detengo a unos pasos y estoy a punto de darme la vuelta cuando ella levanta la mirada hacia mí, con mi voz temblorosa le hablé.—¿Me permite bailar esta pieza? —le pregunto estirando mi mano hacia ella.—Yo, no sé bailar y no quiero dejarlo en ridículo —me contesta y su papá le habla algo al oído que no alcance a escuchar, —disculpe, vamos le advierto que no sé, pero si me tiene paciencia bailamos —me dice levantándose de la silla y le tomo la mano.Le agradezco a su papá con un gesto y
Llegamos a casa de los abuelos, como siempre lo hago bajo de la camioneta y camino hacia ellos, dejo un saludo de manos al abuelo y entro a la casa, no me fijé en quienes eran las invitadas de mi hermana, Josué me siguió detrás de mí seremos solo nosotros dos y mi hermana con sus amigas no caso nos hará. —Que hermoso lugar, gracias por la invitación señor Montemayor —oigo decir una voz conocida que me hace voltear a ver y confirmar si es o no es. —Estamos entre amigos y familia, así que solo dígame Santiago y gracias a ustedes por aceptar la invitación, verán que les va a encantar este lugar, —le responde papá y luego los presento con los abuelos. —Gracias, también llámeme por mi nombre, Jorge, mucho gusto en conocerlos señores, su casa y todo es hermoso —le dice a mis abuelos quienes con una sonrisa los hace pasar. —El gusto es de nosotros y estamos más que contentos con tener nuestra casa llena de risas, y tan agradables visitas, adelante están en su casa —les dice amablement
Los adultos se quedaron conversando en el jardín mientras que los demás nos fuimos al lago, los caballos estaban listos para nosotros. Todos estamos en un caballo uno, solo Clarita no se subía. —Vamos hermana, no te vas a caer o si quieres vienes aquí conmigo —le dice Mine y ella se niega a subir. —Si quiere le ayudo, —le digo bajando de mi caballo —vea suba en meloso es muy mansito, estará segura con él —le menciono agarrando a mi caballo y acariciando su lomo. —Le tengo miedo, nunca me he subido a uno —contesta muy bajito que alcance a escuchar —me puede tirar —me dice. —Venga, yo iré con usted, no tenga miedo meloso es bueno con todos —le digo y ella se acerca al caballo haciendo que le ayude a subir, temblaba pero lo hizo, después me subí atrás de ella —vamos a ir despacio no tenga miedo solo agarrese de aquí —le señalo El fuste de la montura. Fuimos despacio y le iba mostrando todo lo que rodea, iba emocionada por lo que veía, al llegar al lago las chicas y Josué ya es
ClaritaEse fin de semana, que estuvimos en la hacienda de los abuelos del joven Luciano, fue maravilloso, me encantó el lugar, su paisaje, el lago todo lo que rodeaba ese lugar era espectacular, lo más interesante fue conocer más él, tenía muchas cosas por agradecerle que fue la oportunidad perfecta para hacerlo y le di un beso, no sé dónde saqué el atrevimiento por lo que hice que me sentí avergonzada, aunque íbamos platicando mi rostro me ardía como si me quemara, lo bueno es que él no se dio cuenta por qué iba sentado atrás de mí en el caballo.En la noche después de cenar, desapareció y no sé adónde se fue, me sentí triste por qué quería seguir platicando y él no estaba, me fui a la habitación que la abuela me asignó, me senté en la cama moviendo mis pies jugando con ellos.—Mi bella dama ¿podemos pasar? —habla papá al otro lado de la puerta, les doy el pase e ingresa con mamá, quien se sienta a mi lado y papá en un sillón.—En que piensa esa
Después de que se habia ido nos quedamos papá y yo en la sala de juntas, por lo que papá me miraba y yo me sentía más que enojada, no se era un sentimiento desconocido para mí.—¿Damita? —me habla papá y llevo mi mirada a la suya —¿hay algo que me quieras contar?, hoy estuviste muy seria en la reunión con el joven Luciano y ¿cómo está eso de que no vas a ir a supervisar tu propio proyecto, si eso ha sido tu sueño? Explícame por qué estoy confundido —me dice mi padre frunciendo el ceño y dejando salir un suspiro.—Papá, —le hablo aún agachada y hablaba bajito para que no me escuchará —no quiero estar cerca de él —y una lágrima sale de mi ojo, me tocó mi pecho por un dolor que siento.—¿por qué lloras hija? ¿qué tienes, que te tiene tan triste? —me pregunta mi padre y no sé que responder solo lo quedo viendo y pido que me abrace con los brazos abiertos como niña chiquita.—No se porque estoy así, estoy molesta —le digo sollozando y papá seca mis lág
Luciano —¿Por qué, Clarita no me vio durante la reunión con su papá? La sentí como que estaba enojada —voy pensando desde que salí de la empresa del señor Urrutia, tomo mi teléfono y marco el número de Zully. —Te estuve esperando y no llegaste, —le digo molesto, —deja lo que estés haciendo y te veo en mi oficina, llego en cinco minutos —le repito y cuelgo la llamada. Llegó a la importadora, le doy los buenos días al guardia y a las chicas de recepción, me dirijo al elevador, al llegar a la oficina ya se encontraba Zully caminando de un lado a otro, cerré la puerta fuerte que ella dio un brinco, después de eso me dejé caer en mi asiento. —No sé que fue lo que te puso de malas, pero no es mi culpa, si no estuve en la reunión contigo fue porque yo también estaba ocupada con mi examen o ¿sé te olvidó que te dije que no podía acompañarte y que le pidieras a papá o a tía Sara? —me dice muy alterada —no es la forma de hablarme y d
—¿Estás bien? —pregunta Zully y le sonrío —ahora, explícame ¿quién es esa mujer?, porque claro está tu novia no es o ¿si? —me interroga sentándose muy agitada, me siento a su lado y cruzo mi pierna la cual bajo y me levanto —siéntate, discúlpame nano no que quiera ponerte inquieto. —No es eso, ella es Marissa, nos conocimos en la universidad, es como cualquier mujer arrogante, se burlaba de mí en la escuela por ser como soy, ella junto a su grupo de amigos hicieron una apuesta de que según me llevaría a la cama, no se a que —le cuento a Zully y ella aprieta sus manos en un puño —pero Mine se enteró y la confrontó, nunca cruce palabras con ella por qué como es, una mujer superficial y no sé cómo dio conmigo —me quedé en silencio un rato tratando de recordar o saber cómo ella sabe dónde vivo y que lugares frecuento por qué de casualidad la encontré en el café de don Lupe. —Si la vuelvo a ver por acá, ahora no me va a importar, pero le daré su merecido, no
—A ver mi Principito ¿quién es esa mujercita que viene a dar órdenes? —me pregunta mi tía Sara en cuanto cierro la puerta. —Tía no es nadie, no sé que pretende, ya Tadeo está en eso, la conocí en la universidad y es una de tantas personas que se burlaban de mí —le digo tranquilo, es la verdad no me interesa quien sea —no le tomes importancia, ya mismo daré la orden de no dejarla entrar ni aquí ni en la importadora, —le aclaro y mi tía asiente. —Solo una cosa, si vuelve a venir yo misma la echo, si no lo hice fue porque quería saber que tan cierto era lo que decía —me contesta sentándose en la silla y yo atrás de mi escritorio. —Ya no le demos importancia, el viernes me voy a México con los Urrutia, quiero que vengas conmigo si puedes tía, Zully no puede, se tiene que quedar al frente de la importadora con Josué ¿podrías acompañarme? —le pregunto y mi tía sonríe. —Ya habíamos platicado con tu mamá, claro que te vamos a acomp