La mucama dudo un poco en llamar a su señor, lo sabía muy ocupado pero el hombre que lo buscaba no parecía ser cualquiera, sus ropas eran muy elegantes, se veía costoso, sofisticado, pensó que tal vez era muy importante y que su jefe debía saber de que se trataba — Pase a la sala de estar, iré a avisarle al señor de la casa, no le aseguro que lo reciba ya que está en un momento personal complicado, pero de todas formas le avisaré de su visita — Le agradezco — Daniel Alejandro, vió alejarse a la mujer y subir por las escaleras mientras él le echaba un vistazo al lugar, solo estaba bien para él, sus expectativas eran altas y tratándose de su rival lo eran aún más — Señor Corleoni — llamó la mujer — Sé que está muy ocupado en estos momentos, pero hay un hombre muy elegante que pregunta por usted, él dijo llamarse Daniel Alejandro Black, y que le urge verlo — ¿El CEO Black, está aquí? me pregunto que querrá, dile que enseguida bajo — El CEO italiano, por supuesto que sabía de
Lucio Corleoni, estaba de pié escuchando lo que ese poderoso CEO, hablaba y a su ex novia, entonces era verdad, ellos... ellos se habían casado, y no solo eso, el empresario estaba enamorado de su Candice, al igual que él, pero... había venido desde Italia a recuperar su amor, no podía simplemente quedarse callado — ¿Se casaron entonces? CEO Black, si tienes una novia que te espera deberías ir a por ella, Candice, es mi ex novia y yo espero poder conversar con ella del pasado, después de la golpiza que me dieron cuando le pedí matrimonio y Baltazar, se enteró, mi familia insistió en que me marchara del país para salvar mi vida, me metieron ideas de que debía alejarme de mi novia, y terminé cediendo ante la presión, pero ese fue un error imperdonable de mi parte, ahora lo sé y quiero poder remediarlo, hacer las cosas diferentes, yo te sigo amando Candice, lo que tú y yo tenemos es... un amor infinito, divorciarte de Daniel Alejandro y casate conmigo — ¿Te le estás declarando a mi
Daniel Alejandro, miraba de vez en vez a su esposa, mientras recorría las calles de la ciudad para llegar a su mansión, Candice, no tenía una idea de lo que significaba para él que ella le pidiera que la llevara con él a casa, el hombre llevaba su tesoro consigo Al llegar a la elegante mansión Black, cargó en sus brazos de nuevo a la bella italiana, ella podía aspirar la fina loción de su esposo y él podía aspirar el aroma natural del cabello de su esposa, Daniel Alejandro, deseaba poder quitarle esa frazada y botarla, pero no iba a permitir que nadie viera las plantas de su mujer Al acostarla en su cama, él estaba por bajar a hacer unas llamadas, pero Candice, lo tomó del saco para detenerlo — Quédate conmigo — Sus lindos ojos verdes parecían suplicar, lo necesitaba, necesitaba tenerlo a su lado El hombre se quitó el saco y los zapatos para entrar a la cama con su mujer, por supuesto que se quedaría a su lado, que le daría su apoyo, su comprensión y su cariño Candice, pu
El CEO Lombardi, llegó después de tener una importante junta con unos socios, venía cansado y hastiado, el mayordomo le recogió el portafolio para llevarlo a su despacho — Buenas tardes, dime Carlos ¿Está todo bien en casa? Mi esposa, mis hijos y el abuelo, ¿Hay novedades? — Donovan Lombardi, se preocupaba por su familia — Los mellizos han estado muy llorones, creo que resintieron mucho la ausencia de su madre y cuando usted tuvo que salir a la compañía, lo extrañaron, las niñeras ya no sabían que más hacer, los bebés estaban atendidos pero aún así se seguían quejando — Ahhh... es que son pequeños aún, no les gusta no sentir a su madre o a mí, parece que saben cuando no estamos cerca, ¿Mi esposa ya está en casa? — Si, apenas llegó los mellizos fueron alimentados por ella, después de un rato se tranquilizaron y se quedaron dormidos, pero justo ahora — El mayordomo checó su reloj — Ya no demoran en despertar Cómo si fuera un mago, se escuchó el llanto de los mellizos, ellos
El imponente CEO de misteriosos ojos azules y fría mirada, alimentaba a su mellizo mientras observaba de vez en vez a su esposa, apenas habían vuelto a tener intimidad después de muchos meses de estar alejados y después por la salud de Adriana, que debía guardar estricto reposo, y se había ganado ya un castigo El hombre, se acercó con su bebé en los brazos para hablar con el niño que la madre alimentaba — Dominic, pimpollo, dile a mamá, que papi, no estaba hablando en serio, dile que papá, solo la ama a ella y solo con ella se quiere divertir El mellizo respondió con una sonrisa, dejó de mamar por un momento fugaz y después siguió con lo suyo — No utilices a mis bebés para lograr tus propósitos, hmmm... — Pero sonrió, eso quiere decir que está de mi lado, debes ser buena y olvidarte de esa broma por esta vez, pídeme lo que quieras y te lo daré pero no me prohíbas tocarte — ¿Lo que quiera? ¿Estás seguro? Donovan, pensó que tal vez su esposa le pediría un coche, ropa
En la mansión Black, Daniel Alejandro había terminado su llamada con su amigo Alessandro Ferreti, el mafioso prepararía todo para cazar a Baltazar Andrejo, y regresaría la llamada, ese sujeto tenía las horas contadas Una vez que cortó la llamada, Daniel Alejandro, llamó a su papá, el CEO, estaba bebiendo una taza de café en su despacho, su esposa había ido a su habitación a descansar un poco — Hasta que llamas, me tienes aquí pensando en si lograste recuperar a tu esposa o si si ex novio pudo hacerla recordar el pasado y decidió quedarse con él — Ese CEO, no quería regresarmela, le dijo frente a mí que se había equivocado en el pasado, que esperaba que pudieran tener una oportunidad nueva juntos, que ellos tenían una interminable historia de amor y que la seguía amando, te juro que quería apretarle el cuello para que dejara de declararle su amor a mi mujer frente a mí — Ese hombre sigue vivo de puro milagro, si el mafioso italiano no lo ha matado, lo vas a terminar matando
Los días pasaban y a Baltazar Andrejo, parecía que se lo había tragado la tierra, pero sabían que estaba ahí acechando desde las sombras y esperando que Candice, se descuidara nuevamente para llevársela con él Daniel Alejandro, había contratado un profesional equipo de seguridad armada, vigilaban la casa y la compañía las veinticuatro horas, él tenía un grupo de cuatro hombres de negro que lo acompañan a todas partes, y su esposa no era descuidada ni por un solo momento, lo que arruinaba cada vez más los planes del mafioso Esa tarde los mellizos cumplían tres meses, el CEO, se encontraba fuera de la mansión, había tenido que salir a una junta, pero volvería apenas pudiera zafarse, mientras tanto Adriana, aprovechando la siesta de sus pequeños, se encontraba en una amplia e iluminada habitación que su esposo había dispuesto para ella, ya podía trabajar en sus diseños en casa, Donovan, se encargó de que tuviera lo que necesitaba y mucho más, así no tenía que salir a su antigua vi
Dallán Ferreira, se había quedado muy pensativo respecto a que eran los padres de las familias poderosas los que criaban a los hijos, haciendo memoria su madre en la mayoría de las veces solo había sido amorosa y comprensiva con él y sus hermanos, Aithana Ballesteros, tenía el carácter fuerte, pero era su padre Drago Ferreira, quien ponía reglas y castigos, a quien se le debían dar explicaciones, quien estaba pendiente que en el colegio tuvieran no buenas notas, si no las mejores, no admitía vicios, no tenían permitido fumar un cigarrillo normal, mucho menos consumir sustancias ilícitas, lo de beber alcohol solo socialmente y después de haber cumplido la mayoría de edad, y cuidadito con que te pasaras de copas por que recibías un castigo ejemplar — Ya estoy en casa, ¿Acaso alguien va a venir a recibirme? ahhh... La junta se alargo más de lo que creía, hoy mis mellizos cumplen tres meses, eso debemos festejarlo, es por eso que compré un pastel de la más exclusiva pastelería de la c