Los mafiosos estaban sin palabras, nadie tenía una opinión al respecto, la situación era tan inusual que preferían salir huyendo del despacho, hasta que Jhon habló — Oliver, no puedes seguir acostandote con Axel solo por qué sí, sin poner las cosas en claro, si no pides nada, si no exiges que se te trate como a alguien importante en su vida, lo vas a mal acostumbrar a que te folle cuando se le de la gana y después sin ningún compromiso ni relación se vaya a su casa hasta que encuentre otro hombre que si le pida tener una relación formal y lo haga su esposo, ¿Eso quieres? — Yo... Por supuesto que no, estoy enamorado de Axel, es solo que... ¡Lo amo pero también me irrita, me molesta su imponencia, me molesta lo vulnerable que me siento cuando estoy con él, soy un mafioso, no debería dominarme! — Ese es el problema cuando dos hombres como ustedes se emparejan, ambos son dominantes, ambos son independientes y adinerados, y aunque tú eres pasivo no quieres dejar que te domine. —
Cecilia quería pellizcarse para comprobar que no estaba soñando, ese apuesto CEO del que estaba perdidamente enamorada había dicho que la amaba, que la quería a su lado. — ¡Egon... Yo también te amo, yo... te amo con todo mi corazón, tuve miedo, miedo de que no pudieras olvidar a Úrsula, ella es una gran chica... — Lo es, pero tú eres la chica más maravillosa para mí, a la que considero mía, a la que hice mía aquella noche y desde ese momento te metiste en mi mente y mi alma. La pareja se abrazó y se besó con pasión, Egon no perdió el tiempo, cargó a Cecilia y la llevó a la cama, se daba cuenta de que la había extrañado tanto, el hombre la anhelaba con fervor. — Egon... — Solo eso pudo susurrar la jovén Alcántara antes de dejarse llevar por los besos y caricias que el hombre ruso le hacía. Las ropas de ambos comenzaron a caer por el piso de la habitación, el jóven CEO probaba la piel de la bella Cecilia. Escuchar sus gemidos entrecortados era música para sus oídos, sabía
El CEO estaba molesto, él era un hombre mesurado que sabía controlar sus impulsos, incluso sus emociones, y ahora era llamado novia tóxica. — No soy una novia, soy un novio, un hombre que siempre tiene el control de si mismo. No te permito que me hables de esa manera, Oliver, te quiero, pero no te excedas por qué aunque tú seas un mafioso, yo soy un oscuro Black. — Es que eso es lo que pareces, te me apareces de la nada, sin llamarme, o enviarme un mensaje, Archivald tampoco te esperaba... — A mi que me importa si ese idiota me espera o no, a mí me importa es que dejes de coquetear con él, no voy a volver a repetirme, si te vuelvo a ver charlando con Valencia, me vas a conocer muy enfadado. — Axel, ¿Te olvidas de quién soy? Estoy entrenado por el estricto tío Deeguel, ¿Qué podrías hacerme? Ya relajate, no estoy coqueteando con Archivald, ya le he dejado en claro que no va a pasar nada entre él y yo. Después de lo que vi, estaría loco si acepto salir con él. — Murmuró el mafi
El CEO Black creyó que había escuchado mal, es decir, sabía que Valencia era un hombreriego pero... Se suponía que estaba cortejando al mafioso, y que por esa razón no se estaría acostando con otros hombres. — !Pero que cabrón, estaba cogiendo con otros mientras trataba de convencerte de tener una relación con él! ¿Qué clase de Alfa es? ¿Cómo fue que lo encontraste? — Pues... llegué y los gemidos se escuchaban hasta afuera, Archivald le decía a su amante que se siguiera moviendo por qué todavía no se corría. — Oliver dejó escapar un suspiro y rodó los ojos. — Supongo que ese CEO es alguien que no quiere a nadie que no sea así mismo. También es alguien a quien le gusta follar con quién se pueda y quien se deje. — Lo sabía, es un imbécil, bien me lo dijo Daniel Alejandro, que no permitiera que ese idiota se aprovechará de ti. — ¿Qué..? ¿Y por qué te dijo eso el CEO Black? — Oliver enarcó una ceja. — El es un hombre muy ocupado, no tiene tiempo para preocuparse por mi. — Es
Una vez que la pasión de Axel fue atendida y quedó satisfecho, se había quedado recargado en el asiento del coche recuperando el aliento. — Eres genial cariño, eso estuvo increíble. No sabía que eras tan bueno con esa traviesa lengua. Ya vámonos a tu vuelta, nos estamos demorando demasiado. — El CEO comentó de lo más normal. — Todavía tengo siete minutos de tiempo, vas, es tu turno, ¿Acaso me pensabas dejar así? — ¿Qué...? ¿De que hablas? No entiendo, ¿Qué vaya a dónde? Oliver se bajó el cierre del pantalón y sacó su duro miembro. — Te hablan aquí abajo, me tienes muy caliente, no voy a ir a ver a mis hombres con la verga dura, encárgate de dormir lo que has despertado. — ¿Cómo...? ¿Tú quieres que te dé... una mamada? — No te vaya a llevar la NASA por inteligente, por supuesto que sí, ven aquí y haz tu magia. — Oliver sin previo aviso atrajo los labios de Axel y los puso justo donde los quería. El CEO todavía no salía de su asombro cuando ya estaba siendo embestido po
El mafioso no sabía si era cierto o no lo que su hermana le contaba, pero lloraba con tanto sentimiento que eso era lo que lo enfadaba más. — ¡No puedo creer que se atreva a hacer tales cosas, estás embarazada y su deber es cuidarte y protegerte, no joderte el mismo, carajo! Pero ya verá. Ven, pasa a la sala de estar, voy a traerte agua. — Mejor algo más fuerte, una piña colada estaría bien. — Pedía Úrsula. — ¿Qué que...? Tú no puedes beber alcohol, debes tomar agua solamente. — Ándale Emill, tengo antojo de una piña colada. — La bella Su puso cara de gatito perdido a su hermano. En menos de nada una liquadtoa llena de piña colada estaba preparada para Úrsula, había convencido al mafioso de darle su antojo. La embarazada disfrutaba la bebida y apenas así se calmó, ella seguía sollozando recordando el coqueteo del padre de su hijo con la dependienta. Alessandro había movilizado a todos sus hombres para buscar a Su, el mismo había recorrido las calles sin tener éxito,
El mafioso al ver a su mujercita con las mejillas sonrojadas y arrastrando las palabras lo supo de inmediato, ella estaba ebria. — Úrsula, ¿Por qué has bebido? Tú no deberías tomar alcohol, ¿Qué es lo que sucede contigo? ¿Tengo que estar cuidándote todo el tiempo para que no hagas estás cosas que te ponen en peligro a ti y al bebé? — No me grites, ¿Lo ves Emill? ¡Alessandro me está gritando, como estoy gorda ya no me quiere y ahora coquetea con otras mujeres. Pero no te voy a estorbar, puedes irte a seguir con tus coqueteos! El mafioso se puso una mano en la cintura, y la otra se la puso en la frente, su mujercita le acababa la paciencia. — No te estoy gritando, solo te estoy diciendo que no debes beber alcohol, Emill, ¿Por qué le diste alcohol a tu hermana? ¿Qué no te das cuenta de su estado? ¡Eres un imbécil, tu deberías ayudarme a cuidarla, pero en cambio la alcholizas a ella y al bebé! — ¿Al bebé también? — ¡Pues claro, todo lo que ella come o bebe también llega a
La orden de Oliver dejó a todos en silencio, llevaron a ese hombre a enterrar como había ordenado, afortunadamente camino al monte ya había muerto. Le había faltado al respeto a su jefe, eso le había costado la vida. — Oliver, ¿Que carajos te sucede? ¡No debiste ordenar que mataran a ese hombre, lo enviaste a enterrar vivo, con un demonio! — Me faltó al respeto Axel, si piensan que por el hecho de tener de pareja a un hombre me hace débil, deben saber que se equivocan, si alguien más se atreve a irrespetarme tendrá el mismo destino, lo enviaré al infierno. Axel Black no era un santo, Pero no esperó que él mafioso fuera tan despiadado. — Pensé que estarías de mejor humor pero parece que tienes un genio de los mil diablos, no te entiendo, además, ¿Por qué te importa lo que otros digan? No es relevante la opinión de nadie. — Si, tienes razón, la opinión de nadie aquí es relevante, Pero soy su jefe inmediato, así que... o me respetan o me temen, me da igual que cosas elijan P