Una vez que regresamos a la ciudad, Alec alquiló un coche para conducir el resto del camino. Luego de media hora, los edificios empezaron a verse familiares. La ansiedad se revolvía en mis entrañas mientras nos acercábamos a la ciudad. Me mordí el labio, lo cual era algo que hacía a menudo cuando estaba estresada."No te preocupes", me tranquilizó Alec mostrándome una de sus sonrisas con hoyuelos antes de volver a dirigir su atención a la carretera. "Garrett no te pondrá las manos encima, y Grace ya no es un problema. Tampoco estarás cerca de Melissa y Frank"."No es por ellos que estoy preocupada". Suspiré. "Cuando escapé, Kade y tú no fueron los únicos a quienes dejé atrás"."Tori". Alec asintió, sus ojos fijados en la carretera. Podía sentir el eco del dolor en lo profundo de su ser, reprimido pero presente. Al irme había lastimado a Alec y a Kade más de lo que podría comprender. "Ella estaba más preocupada que otra cosa, pero no puedo hablar por ella"."No la culpo". Negué co
Seguí a Alec y Kade al comedor, y pude notar lo diferente que se veía del de Garrett. Sus casas eran igual de grandes y extravagantes, pero la de los gemelos se sentía más como un hogar que la de él. Los gemelos habían pasado toda su vida en esta casa, y se notaba en cada tabla del suelo y en cada mueble.El comedor era lo suficientemente grande como para recibir a un grupo de muchas personas, pero se sentía brillante y alegre. Seguí a los gemelos hasta el final de la mesa y me sonrojé cuando Kade sacó una silla para que me sentara. Estaba justo en medio de ellos, y había poco espacio entre nosotros, pero no me importaba. Su papá se sentó frente a Alec al otro lado de la mesa, mientras que su mamá sacaba los muchos platones que habían estado sobre el mostrador de la cocina.Mi estómago comenzó a rugir a medida que ella destapaba la comida: pollo asado, puré de papas, una variedad de verduras y panecillos humeantes. Era más que suficiente comida para alimentar a cinco personas, pero r
Una vez que Garrett se fue, el aire tenso que llenó el comedor se disipó lentamente. Callie soltó un largo suspiro, seguido de una breve sacudida de cabeza, como si estuviera tratando de borrar lo ocurrido de su mente. Theo hizo una mueca mientras miraba la entrada del comedor, como si aún pudiera ver a Garrett parado allí."Hablaba en serio hace un momento, Aurora.", dijo Callie con una leve sonrisa. "Eres más que bienvenida a vivir aquí. Parece que no tienes ningún otro lugar adonde ir"."No lo tengo.". Negué con mi cabeza. "Tengo a Melissa y Frank... pero ellos no son una opción"."Bueno, aunque tenemos dos cuartos de huéspedes, tengo la sensación de que querrás quedarte con uno de mis hijos. No veo razón para que ustedes dos no se muden a una habitación con Aurora", dijo Callie pensativamente, lo cual hizo que casi me atragantara con un trozo de pollo que estaba comiendo.Kade se rio entre dientes e hizo que mi rostro se pusiera rojo como un tomate. Incluso Alec tenía una mirad
"¿Por qué no llevas pantalones, muñeca?". La respiración de Alec abanicó mi oído mientras sus dedos bailaban a lo largo de mi cadera desnuda, amenazando con viajar más abajo con cada aliento.Las palabras se atascaron en mi garganta y mi rostro se calentó, aunque no podía obligarme a apartarme de su toque. Su respiración se entrecortó cuando me moví, pues presioné mi trasero contra su duro miembro. Su deseo junto con el mío sabía dulce e increíblemente abrumador. Su deseo me dejó sin sentido, calentando mi piel como si fuera un fuego estallante escondido dentro de él. Podía saborear su necesidad... su necesidad de tocarme, de reclamar cada parte de mi cuerpo, de saborear mi piel y sentirme temblar debajo de él.No podía pensar, no con nuestras emociones pasando por mi cuerpo. Todo en lo que podía pensar era en sus manos arrastrándose a lo largo de mi cadera y su miembro pulsando contra mi trasero. La presión entre mis piernas creció y un temblor recorrió mi ser cuando Alec gimió en m
Alec y Kade me acompañaron a la casa de Garrett al día siguiente. Cuando uno tenía que irse, el otro me vigilaba. Ninguno me quería fuera de su vista con todo lo que estaba pasando. Todavía había dos salvajes pícaros más que sabían que yo era una loba blanca. Tuve toda la mañana para prepararme para lo que podría enfrentar en la casa de Garrett y la inevitable conversación que tendría que soportar."¿Te gustaría conocer a nuestros Betas luego de que busquemos tus cosas?", preguntó Alec desde el asiento trasero, inclinándose hacia adelante para mostrarme una sonrisa deslumbrante."¿Betas?", pregunté. Sabía lo suficiente sobre los lobos y su jerarquía para saber que un Beta era el segundo al mando, aunque me sorprendió que tuvieran dos."Dos Alfa, dos Beta". Kade se encogió de hombros, apretando mi mano suavemente mientras conducía por la carretera.A pesar del extraño vínculo que me permitía saborear las emociones de Alec y Kade, me di cuenta de que Alec estaba emocionado por la pos
Mi mente estaba dando vueltas con la información que Kady me había dado. No lo había dicho de forma clara, pero no era necesario. De alguna manera, Garrett había arreglado que Melissa, Frank y yo nos mudáramos a ese lugar. La ira se apoderó de mí y quise bajar las escaleras y exigir respuestas. Me detuve a tiempo, pues me di cuenta que terminaría haciendo que Kady cargara con la culpa. Necesitaba ser inteligente con esto. Si me enfrentaba a Garrett completamente enojada, no conseguiría nada.Hice una mueca de disgusto mientras bajaba las escaleras con mi bolsa de lona colgada del hombro. Si pudiera leer las emociones de Garrett, podría saber si estaba mintiendo o no. De momento, las únicas emociones que podía sentir eran las de Alec y Kade.Ambos gemelos dejaron de mirar a Garrett para encontrarme con sus miradas mientras bajaba las escaleras. Mi estómago revoloteó cuando me encontré con los ojos oscuros y cautivadores de los gemelos. No podía recordar por qué los había abandonado, e
La ira de Tori la rodeaba como un tornado. Pedazos de vidrio rayaron y cortaron mi piel. Justo cuando pude sentir esa palpitante emoción, se me escapó de las manos. Una pared invisible cayó entre Tori y yo, cortando mi conexión con sus emociones. Respiré entrecortadamente y traté de calmar mis propios nervios antes de abrirme de nuevo a las emociones. En lugar de forzarlo, dejé que cada sensación pasara por mi lado para dejarlas ir.El torbellino que era la ira de Tori se reanudó, soplando de un lado a otro en los mechones de mi cabello y entre mis dedos. Dejé que la ira me envolviera y llegara más profundo. Debajo de la ira estaba un agudo y distintivo dolor punzante. Me regañé a mí misma por un momento. Obviamente, ella estaba herida, me había ido sin decir una palabra y había olvidado el teléfono que ella me había dejado en la cama. Tori había sido mi primera amiga en muchísimo tiempo, y le pagué negándome constantemente a confiar en ella. Oculta aún más profundamente estaba una em
Me encontré parada frente a la casa de Tori al día siguiente, mi estómago estaba lleno de nervios. A pesar de que parecía que ella me había perdonado, sabía que causé una brecha entre nosotras. Sabía que mis razones para irme eran justificables, pero no pude borrar el dolor que causé con mi ausencia. Así como yo tenía derecho a irme, ella tenía derecho a estar molesta.Tras meterme en la cama con Alec y Kade la noche anterior, ambos prometieron apoyarme sin importar lo que le dijera a Tori. Después de pedir mi permiso, Alec y Kade le confiaron la información a sus Betas y les pidieron que buscaran algo de información sobre los lobos blancos. Ahí es donde estaban Alec y Kade ese día, ayudando a sus Betas a aprender más sobre mí y de lo que podría ser capaz. Todos sabíamos que era arriesgado decirle a Tori toda la verdad, pero quería confiar en ella. Quería esforzarme más por ella.Mientras esperaba a que Tori llegara a la puerta, cada segundo que pasaba hacía que el nudo en mi estómag