Willow

La sonrisa de Adrián se acentuaba a medida que ella arrojaba más carbón a su ardiente ego. Me lanzó una mirada cómplice y me dijo. “Gracias”. A lo que yo pongo los ojos en blanco.

“¿Puedo tener un minuto a solas con Kylie?”. Le pregunté desesperadamente queriendo estrangular a mi mejor amiga por decir eso.

“Claro, te espero en el coche”.

“Encantada de conocerte, Adrián, y por favor, cuida de Will”. Kylie le dijo mientras el volvía al coche.

Él le dedicó una sonrisa encantadora y dijo. “Igualmente. Ha sido un placer conocerte. No tienes que preocuparte; cuidaré bien de ella”.

En cuanto cerró la puerta del coche, Kylie me hizo girar. “¿Qué demonios le dijiste, Kylie?”. Susurré y grité con dureza.

“¿Qué? Nada de lo que dije era mentira, ¿o sí? Además, si no lo hago y, ¿quién lo hará? ¿Cuándo fue la última vez que te acostaste con alguien? Y llevas mucho tiempo teniendo sueños húmedos con ese hombre. Yo sólo los estoy haciendo realidad”.

“Eso no significa que no puedas cont