3 AM.La madrugada estaba fría y en su punto más oscuro, pero Alezna y Stuart no sentían el frío, pues habían bailado mucho en la fiesta, aunque alejado de todos, lo hicieron.Para Stuart no era incómodo que los demás trataran de ignorarlo porque luego de su castigo en la manada lo trataban con tanta indiferencia que se estaba acostumbrando. Tomados de la mano, caminaban juntos a través de una extensión del bosque, y la naturaleza parecía ser testigo de su unión.Ambos emocionados se dirigían hacia la casa de Stuart, donde Alezna había estado viviendo durante los últimos dos días.Al entrar en la casa, una chica que estaba sentada en uno de los sofás se levantó de un salto y corrió hacia Stuart, lanzándose sobre él.Stuart la abrazó instintivamente y a la vez sonriendo con mucha felicidad, lo que provocó que Alezna se sintiera celosa y comentó con tosquedad:—Yo pensaba que los lobos eran fieles, pero bien lo decía mi padre, que solo son promiscuos; seres lujuriosos que no conocen el
Esa mañana, Isaías estaba furioso, tanto que no quiso desayunar; sin embargo, en lugar de encerrarse en su despacho como lo suele hacer, decidió sentarse en el salón de té y convertirlo en su oficina personal. Mientras él trabajaba, Alice e Isadora se reían a carcajadas, burlándose porque Zoe tiene a la bestia bajo control.En cambio, Zulema y Daren, preocupados por su situación, se acercaron a Isaías. —Isaías, ya que todo el peligro ha pasado y Zoe está a salvo, necesito volver a mi vida y atender mi negocio, pero me gustaría poder visitar a nuestra hija de vez en cuando, si me lo permites— solicitaba Zulema, quien decidió tomar la palabra para empezar.Daren asintió de acuerdo con lo que había dicho su esposa y agregó:—Si yerno, no estamos acostumbrados a esta vida y ahora que sabemos que nuestra hija está bien cuidada y protegida contigo necesitamos volver a nuestro mundo.Isaías los miró y comprendió que les había quitado su libertad sin darse cuenta.—No tengo problema con que
Isaías, aunque frustrado se dio por vencido, y respiró profundo: —Voy a intentar asimilarlo, mi luna. Haré un esfuerzo para que resuelvas este asunto por cuenta propia.» Llevemos a cabo el ritual, esta noche serás mucho más fuerte, incluso después que nazca nuestro bebé podrás tener tu primera transformación como loba y si para ese momento no eres capaz de aislar a Armand de tu mente renunciarás a seguir siendo su ama. Lo enfrentaré nuevamente y haré lo que debí de hacer antes de pedir su lealtad.Zoe asintió dispuesta, aunque llena de confusiones con eso de que podrá convertirse en loba.Isaías se acercó lentamente y comenzó a besarla con suavidad, explorando cada rincón de su boca mientras ella respondía con pasión, sintiendo cómo su cuerpo se derretía bajo sus caricias, puesto que él le acariciaba el cuerpo con suavidad mientras que sus labios seguían besándola.—Te voy a foll@r aquí mismo— sentenció extasiado por la turbulenta excitación que le indicaba acoplarse a ella.—¿Qué e
—Señor, ¿qué tal si buscamos a Isaías y lo encerramos? Así, la chica no correría el riesgo de morir por depresión — expuso el beta real con voz trémula y a Jared su opinión le desagradó, por lo que frunció el ceño con mirada profunda, se levantó incómodo y dejó claro: —¿Y supones que eso me mortifica? Bien me interesa esa chica, pero si muere, son problemas suyos porque no mantendré a ese parásito vivo para que pueda levantarse en rebelión. No correré el riesgo. El beta salió del despacho sin más, refunfuñando para sus adentros.Inmediatamente, se vio solo, Jared llamó a Fresia, una de las mujeres loba que le servían para su satisfacción sexual; ella entró balanceando sus caderas de manera sensual, y él sonrió al verla.—Sírveme vino y ven a mi regazo— le ordenó con voz profunda.— Necesito que me premies por mi buena conquista de este territorio— demandó tan presumido como de costumbre.Ella asintió, sonriente.—Tienes razón, mi alfa supremo. Es usted el mejor. Ahora podremos corre
Jared, había logrado que Zoe fuera llevada por dos mujeres lobas a un espacio abierto donde antes entrenaban los guerreros que ahora son prisioneros. Zoe, con los ojos sumamente rojos, observaba atentamente mientras Jared le preguntaba: —Querida luna, ¿a cuál de estos lobos debo matar para contar con tu obediencia?Con tristeza profunda en su corazón, Zoe veía a todos los integrantes de la manada arrodillados, encadenados y amordazados frente a Jared, quien pasaba una espada filosa por sus cuellos mientras caminaba entre ellos.—Tal vez este deba morir—. Jared pasó un poco el filo por la piel del hombre que estaba frente a él, y Zoe se horrorizó al verlo. Después Jared se acercó a Zulema y Zoe dejó de respirar, estaba a punto de entrar en shock, pero para su suerte él le restó importancia y pasó hasta quedar frente a otro lobo, al que ni siquiera preguntó antes de matarlo. Zoe no soportó ver algo tan atroz y chilló horrorizada, doblando el cuerpo sin poder respirar. Como luna de es
Zoe se sintió herida por las palabras dichas por Sacha, pero sabía que no podía hacer nada para cambiar su opinión en ese momento, por lo que decidió dar un paso atrás y dejar que Sacha procesara sus sentimientos.En cambio, Sacha la miró partir con una mezcla de tristeza y enojo.—Si esa humana te da tormento puedo deshacerme de ella por ti—, le propuso Jared cuando Zoe iba entrando a la casa.—No lo hagas, si quieres que sea tu luna, déjame a mí resolver mis asuntos. Jared sonrió olfateando sus emociones y lo único que expedía el cuerpo de Zoe era amargura, y aunque sabía que muchas veces le mentía con que aceptara sus mandatos le daba lo mismo que lo hiciera, porque luego de la marca no podría mentirle, aunque quisiera.Sin ánimos de discutir con alguien más, Zoe se encerró en la habitación y la dejó oscura y fría, sintiéndose tan sola y angustiada a pesar de que sus padres estaban a unos metros de ella. La situación se había tornado insostenible, pues ahora debía tragarse el dolo
Con mucho cuidado, Zoe se quitó la venda de la mano que tenía lastimada, y a pesar de que la herida parecía fresca, no emitió ningún sonido de dolor mientras apretaba el puño y varias gotas de sangre cayeron en un frasco que Alice le había conseguido.Alezna se quedó observando con asombro mientras que los demás se miraban entre sí, sin comprender qué estaba haciendo Zoe con su propia sangre.Finalmente, Zoe se acercó a ellos y escribió en un papel: ~Debes verter esta sangre en las heridas de Isaías para que puedan sanar, por favor, estoy poniendo nuestras vidas en tus manos~Todos tenían dudas y preguntas que hacer, pero decidieron seguir el plan de Zoe y esperar a ver qué sucedía.Mientras tanto, Armand y Alezna se alejaron sigilosamente de la manada, sin ser vistos ni detectados por los lobos. Aunque Alezna aún se sentía confundida por todo lo que había sucedido.— ¿Cómo lo hiciste? No vi ni sentí nada— le preguntó ella a Armand cuando estaban fuera de la aldea de cazadores.— Soy
Decidida Alezna se levantó, miró a su hermano fijamente a los ojos, les sostuvo las manos y casi como un ruego le dijo:—Harold, por favor, conoces el bosque y la manera de ayudarlo sin que alguien deba enterarse. Harold se quedó en silencio por un momento. Luego, suspiró de nuevo. Mientras que en la manada.Zoe se encontraba batallando con Jared, quien impertinente estaba decidido a tener relaciones sexuales con ella, y con la poca fuerza que le quedaba tiraba de su brazo para poder besarla.«Espero que Harold no me abandone», pensó angustiada, con cierta incertidumbre porque es totalmente arriesgado confiar en alguien que aun diciendo amarte estaba dispuesto a utilizarte como sacrificio.—Ven mi luna, debo verificar que tan feliz seré a tu lado— le pedía Jared con insistencia y arrastrando la lengua para hablar como si fuera un borracho.—Duérmete Jared, no soy una mercancía, mañana te voy a liberar de todos tus pecados—, farfulló ella creyendo que él estaría tan débil que no podr