[CHIARA]
Observo sentada en la arena de esta solitaria playa como el hombre de mi vida juega junto a nuestra hija. Corren por la playa y él se deja atrapar por ella quien ríe al haber hecho que su padre cayera sobre la arena de manera exagerada. Sonrió ante tan preciosa imagen y puedo imaginarme nuestra boda en un sitio así. Quiero casarme con él en la playa, pero a la vez quiero que sea en un sitio totalmente alejado.
Los veo corriendo hacia mí. —¡Vayamos por mami!— Exclama él como si tuviese la misma edad de Aysel y antes de que pueda reaccionar, ambos están sobre mi aplastándome a pura risa y haciendo que caiga de espaldas sobre la arena.
—¡Amor!— Me quejo entre risas, pero es tarde... ambos comienzan a hacerme cosquillas y yo siento que no puedo más. —¡Massimiliano, por favor!— Le suplico y al parecer mi ruego ha sido efectivo.
[MASSIMILIANO]Días después: 17 de diciembreAsí como ella siempre me acompaño en mis sueños y en cada uno de los pasos que he dado en mi vida, hoy soy yo quien ha querido acompañarla en el taller. Sé lo estresada y nerviosa que esta. El desfile ya tiene fecha y lugar, y ella siente que no llegara a que este todo listo para el gran día. El 19 de enero será el desfile, y a la próxima semana estaremos viajando a Hawái para casarnos.—¡Papi!— Exclama Aysel y se echa a correr a mí para que la tome en mis manos y la dé vueltas en el aire como tanto le gusta.No puedo decirle que no a nada. Tomo a mi niña y giro con ella rápidamente hasta que lo veo a él entrando al taller, «¿Qué hace aquí?» Creí que e
[MASSIMILIANO]Finalmente hemos llegado a nuestra casa después de un largo día de trabajo. Mi niña se ha quedado completamente dormida en el auto después de salir del restaurante donde hemos ido a cenar, y siendo lo más cuidadoso posible para no despertarla, le quito su abrigo, sus zapatos, y la acuesto sobre su cama para luego cubrirla con el edredón. Deposito un suave beso en su frente, salgo de su habitación, y cierro la puerta.Apago las luces del salón y entro a mi habitación. Cierro la puerta, apoyo mi espalda sobre la misma, y simplemente me quedo mirando a mi futura esposa desde allí mientras se desviste para entrar al baño a darse una ducha.No me muevo ni un centímetro, pero es ella quien camina hacia mí tan solo en lencería, y se detiene enfrente. —¿Te quedaras aquí mirándome toda la noche, o prefieres que vayamos a ducharnos junt
Al día siguiente: 18 de diciembreNo me he atrevido a darle una respuesta a Massimiliano en cuanto a la propuesta que me ha hecho anoche. No es que no quiera tener otro hijo con él, eso es lo que más me gustaría en esta vida, pero no estoy segura de que sea el momento adecuado. El próximo año viene lleno de proyectos para los dos. El tendrá una agenda llena de viajes y compromisos laborales. Yo por otra parte, estaré inmersa en mi marca de ropa. Dudo que tengamos tiempo para sobrellevar un embarazo en medio de toda esa locura. Por otra parte, no quiero desilusionar a nuestra niña. Sé lo mucho que le ilusiona Santa Claus.Mi mente es un sinfín de contradicciones, y yo intento encontrar un punto medio. Quizás deba conversarlo seriamente con Massimiliano, después de todo este es un asunto de dos. Recuerdo perfectamente cuanto conversamos acerca de tener un hijo ante
[MASSIMILIANO]No sé muy bien que esperar de esta noche. Me ha escrito un mensaje pidiéndome que no llegara hasta las nueve porque me estaba preparando una sorpresa. Lo que no sé es si la sorpresa es para decirme de manera un poco más romántica "no, no quiero tener otro hijo contigo", o para otra cosa. Realmente temo el haberme precipitado con mi propuesta. Quizás no era el momento. Quizás deba dejarle terminar con su desfile y debamos casarnos primero...Lo único que tengo claro en estos momentos, es que así ella me dijese que no quiere más hijos; se lo respetaría. Lo único que quiero de verdad es pasar el resto de mi vida con ella. Conozco perfectamente la sensación de tenerla lejos y como me duele el haberla perdido una vez, y ni loco que este dejaría que sucediese nuevamente.Con bastantes nervios abro la puerta de nuestra casa y al mirar todo mi alrededor
[CHIARA]Estamos arrodillados frente a frente sobre la cama, y el verlo desnudo y con su piel revestida en los aceites que he desparramado en su cuerpo es una imagen demasiado fuerte para todos mis sentidos. Su mirada me recorre milímetro a milímetro mientras que sus manos levantan lentamente la prenda íntima que he escogido para sorprenderlo esta noche. Debo admitir que estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano para no lanzarme sobre él y perder el control. Supongo que a él le sucede igual; es solo cuestión de ver su cuerpo completamente excitado...—Acuéstate, es mi turno. — Me pide con una media sonrisa que me transporta a otro universo.Hago l
Algunos días después: 24 de diciembreMe encantaría haber podido pasar una noche buena tan solos él, nuestra hija y yo en alguna ciudad extraña del mundo, pero los planes de nuestras familias han sido diferentes. Sus padres y hermanos anhelan pasar la primera navidad con Aysel, y los míos, no están dispuestos a renunciar a estar cerca de ella a pesar de que aun Massimiliano no es de su pleno agrado.Termino de alistar a mi princesa, y justo cuando la bajo de su cama, allí esta su padre entrando al cuarto. Se ve guapísimo vestido completamente de negro y la sonrisa que me regala en estos momentos es una que quisiera guardar en mi mente para siempre. —¡Pero, que guapas que se ven las dos!— Exclama con gran entusiasmo mientras camina hacia mí.Le sonrió mientras él observa mi vestido largo color negro y levanta uno de mis brazos para hacer qu
[MASSIMILIANO]Madrugada del 25 de diciembreChiara me abre la puerta de nuestra casa ya que mis brazos están ocupados cargando a nuestra pequeña, y al entrar voy directamente hasta su cuarto. La acuesto en su cama con muchísimo cuidado y me dispongo a cubrirla con el edredón cuando su madre se acerca a mí. —Espera, déjame quitarle el abrigo y los zapatos. No quiero que se enferme.— Me explica y le sonrió tímidamente.—Aún me falta mucho que aprender.— Digo bajito.Hay momentos donde tengo la sensación de que ya he mejorado, de que estoy convirtiéndome en un mejor padre, pero luego suceden cosas como estas y me doy cuenta de que estaba equivocado.Una vez que nuestra pequeña esta acomodada en su cama, ella se acerca y se abraza a mí —Eres un padre fantástico. Es normal que aun te que
Al día siguiente: 26 de diciembreHan sido pocas las horas que he conseguido manejar el nivel de ansiedad que sentía porque fuésemos a ver la casa juntos. Estaciono el auto en la entrada de coches de la casa y me quedo un instante apreciando su rostro. Esta feliz, asombrada...—Es hermosa.— Dice bajito y sonrió.— Y espera a que veas dentro, te encantara. — Le aseguro y sin más, bajo del auto.Mientras ella baja, yo abro la puerta de atrás y bajo a Aysel. —Princesa, mira... este será tu nuevo hogar.— Le digo a mi pequeña y dejo un tierno beso en su frente.—Es enorme... Necesitaremos radios para saber en dónde estamos. — Bromea y reímos.—Exagerada.— Digo entre risas y con un brazo cargo a mi hija, mientras que con la mano libre tomo la de mi futura esposa para caminar hacia la entrada