[CHIARA]
30 de noviembre
Que largos se me hacen los días sin él. Tomo un respiro de mi bosquejo y observo como mi niña juega con el hijo de Dylan. David con sus cortos cuatro años es todo un pequeño caballero, se asegura de que mi pequeña se baje del sofá sin lastimarse y corretean por todo el taller mientras que Dylan intenta no reírse de la situación.
Inevitablemente soy yo quien ríe cuando David la toma de la mano y luego se sientan en el suelo. —Si Massimiliano viera esto se muere. — Le comento a Dylan y ahora es él quien ríe nervioso.
[CHIARA]Miro la hora en mi móvil e intentó calcular el cambio horario con Chile. Massimiliano debe estar profundamente dormido o pegado a la televisión con alguna serie, pero me ha pedido que le llamase cuando estuviese sola en nuestra cama y es donde me encuentro ahora. Voy hacia la puerta de nuestra habitación y cierro con llave por si acaso Aysel se despierta e intenta venir aquí y bueno, también por si Dylan se decide entrar a la pasa por cualquier cosa.Vuelvo a acostarme en la cama y marco el número de mi guapísimo novio por WhatsApp, pero al responder él termina la llamada «¿Por qué rayos ha hecho esto? No me gusta...» De pronto, es él quien me llama ahora, pero es una video llamada. Sonrió al ver la pantalla y contesto de inmediato.—Podrías haberme dicho que querías que te llamara por video. — Le reclamo sin decir
[MASSIMILIANO]Días después: 12 de diciembreQue largos se me han hecho los días lejos de ella y de mi hija. La tecnología si nos ha ayudado, pero ya no me es suficiente. Necesito abrazar a mi hija, necesito decirle lo mucho que la amo y lo que le he echado de menos. A Chiara necesito besarla, decirle que la amo... No podía simplemente quedarme en Roma hasta mi próximo compromiso.—Massimiliano, ¿Qué cómo ha estado el viaje?— Me pregunta Salva y regreso a la realidad.—Lo siento, estaba distraído.&mda
No sé qué rayos se trae Massimiliano entre manos, pero que me esté haciendo esperar en el pasillo afuera de nuestra casa no me parece nada divertido. Golpeo mi pie una y otra vez contra el suelo y sí, soy impaciente —¡Massimiliano, anda ya por favor. ¡Déjame entrar! — Exclamo mientras golpeo la puerta una vez más. —¡Solo un minuto más cariño!— Lo escucho decirme y solo puedo seguir esperando. No sé cuantos minutos más han transcurrido, pero finalmente él abre la puerta y al verlo me quedo sin palabras. Esmoquin, una tela negra en su mano, y una sonrisa como si me estuviese perdiendo de algo importante. —Necesito cubr
[MASSIMILIANO] Al día siguiente: 13 de diciembre Cuando pensaba en la sorpresa que quería darle ayer intenté con todas mis fuerzas en no pensar en un anillo de casamiento ni en una propuesta digna de ella como lo hice la primera vez. Realmente creí que no estaba preparada para algo así, pero ha sido ella quien me tomo por sorpresa y anoche me ha propuesto lo que he querido proponerle desde que estamos juntos nuevamente. La veo durmiendo a mi lado boca abajo y amo la manera en la que su cabello desordenado cae por su espalda desnuda. No puedo dejar de pensar en que realmente soy un hombre con mucha suerte. Cuando el m
[CHIARA]Observo sentada en la arena de esta solitaria playa como el hombre de mi vida juega junto a nuestra hija. Corren por la playa y él se deja atrapar por ella quien ríe al haber hecho que su padre cayera sobre la arena de manera exagerada. Sonrió ante tan preciosa imagen y puedo imaginarme nuestra boda en un sitio así. Quiero casarme con él en la playa, pero a la vez quiero que sea en un sitio totalmente alejado.Los veo corriendo hacia mí. —¡Vayamos por mami!— Exclama él como si tuviese la misma edad de Aysel y antes de que pueda reaccionar, ambos están sobre mi aplastándome a pura risa y haciendo que caiga de espaldas sobre la arena.—¡Amor!— Me quejo entre risas, pero es tarde... ambos comienzan a hacerme cosquillas y yo siento que no puedo más. —¡Massimiliano, por favor!— Le suplico y al parecer mi ruego ha sido efectivo.
[MASSIMILIANO]Días después: 17 de diciembreAsí como ella siempre me acompaño en mis sueños y en cada uno de los pasos que he dado en mi vida, hoy soy yo quien ha querido acompañarla en el taller. Sé lo estresada y nerviosa que esta. El desfile ya tiene fecha y lugar, y ella siente que no llegara a que este todo listo para el gran día. El 19 de enero será el desfile, y a la próxima semana estaremos viajando a Hawái para casarnos.—¡Papi!— Exclama Aysel y se echa a correr a mí para que la tome en mis manos y la dé vueltas en el aire como tanto le gusta.No puedo decirle que no a nada. Tomo a mi niña y giro con ella rápidamente hasta que lo veo a él entrando al taller, «¿Qué hace aquí?» Creí que e
[MASSIMILIANO]Finalmente hemos llegado a nuestra casa después de un largo día de trabajo. Mi niña se ha quedado completamente dormida en el auto después de salir del restaurante donde hemos ido a cenar, y siendo lo más cuidadoso posible para no despertarla, le quito su abrigo, sus zapatos, y la acuesto sobre su cama para luego cubrirla con el edredón. Deposito un suave beso en su frente, salgo de su habitación, y cierro la puerta.Apago las luces del salón y entro a mi habitación. Cierro la puerta, apoyo mi espalda sobre la misma, y simplemente me quedo mirando a mi futura esposa desde allí mientras se desviste para entrar al baño a darse una ducha.No me muevo ni un centímetro, pero es ella quien camina hacia mí tan solo en lencería, y se detiene enfrente. —¿Te quedaras aquí mirándome toda la noche, o prefieres que vayamos a ducharnos junt
Al día siguiente: 18 de diciembreNo me he atrevido a darle una respuesta a Massimiliano en cuanto a la propuesta que me ha hecho anoche. No es que no quiera tener otro hijo con él, eso es lo que más me gustaría en esta vida, pero no estoy segura de que sea el momento adecuado. El próximo año viene lleno de proyectos para los dos. El tendrá una agenda llena de viajes y compromisos laborales. Yo por otra parte, estaré inmersa en mi marca de ropa. Dudo que tengamos tiempo para sobrellevar un embarazo en medio de toda esa locura. Por otra parte, no quiero desilusionar a nuestra niña. Sé lo mucho que le ilusiona Santa Claus.Mi mente es un sinfín de contradicciones, y yo intento encontrar un punto medio. Quizás deba conversarlo seriamente con Massimiliano, después de todo este es un asunto de dos. Recuerdo perfectamente cuanto conversamos acerca de tener un hijo ante