Melisa despertó muy temprano la mañana del cinco de enero, se sentía enérgica y feliz, ese día iría al exhibición de autos, compartiría con su nuevo amigo Douglas pero esta vez no necesitaba que el hombre le brindará el desayuno, pues ella tenía que comer, los últimos días había ganado algo de propina en el café por los clientes que habían asistido así que tenía ganas de comprarse algo lindo, además se sentía optimista por el hecho de que al día siguiente existía la posibilidad de llamar por teléfono al número que Alejandro le había dado el día de su partida.
Melisa sintió alegría en su corazón al pensar en su padre y en sus amigos, sentía que estaban un poco más cerca de ella, sólo por tener la ilusión de poder hablar con ellos y saber que este día iría como espectadora a ver autos hermosos le recordaba algunos de sus mejores momentos al lado de su padre, de Alejandro y Gabriel.
Al despertarse se estiró en gran manera, se levantó de la cama y sonrío mirando desde la
Narrador. Melisa llegó al taller se sentía animada, optimista y feliz sólo faltaban cinco días para su cumpleaños número 22 y todo parecía estar mejorando por fin. Llegó al taller pensando en darse una ducha rápida vestirse y salir nuevamente, pero al entrar se dio cuenta que las luces estaban prendidas y oía algunas voces masculinas, se sintió un poco nerviosa pues vestía y lucía totalmente como una mujer y traía una bolsa con las compras que había realizado. Melisa entró en silencio y se escondió detrás de un gran estante, miro a los lados para estudiar la situación, quería saber cuántas personas había en el lugar y dónde estaban ubicadas, para así decidir si irse o terminar de llegar a su habitación. Albert le había dicho que se ausentaría hasta el día ocho del mes y que el día diez iniciarían las labores por lo que no esperaba que nadie apareciera en el lugar. Melisa se dio cuenta que en el taller sólo habían tres personas Albert y dos hombres jóvenes que mostraba dos hermosos
Melisa se quedó dormida por más de una hora y al despertar se dio cuenta que estaba sola en el taller, ya todos se habían ido. Melisa se sentó en su colchoneta esperando sentirse menos adormilada, un par de minutos después agarró sus artículos de higiene personal y caminó hacia el cuarto de baño para ducharse. Se duchó y luego se dirigió a su habitación, vestida con solo una gran camisa negra que la cubre a medio muslo, se vistió utilizando su nuevo pantalón de cuero rojo, un jersey negro y sobre este una chaqueta negra de cuero adornada con cierres, se colocó también la bufanda que había adquirido ese día, roja con cuadros negros, utilizó el bolso negro que Douglas le había regalado en la primera ocasión, se maquilló de forma ligera utilizando solo polvo en su rostro, labial rojo en sus labios y un poco de rímel negro en las pestañas. Miró su reflejo en un ventanal y le agradó su outfit, además se sentía bien lucir como una chica. En este tiempo en q
Narrador. Scott invitó a Melisa a dar un paseo en el auto al ver su emoción ante la imponente máquina, le propuso ser ella quien condujera el auto, porque quería probar sus habilidades, Melisa sonrío con agrado, pensando en lo maravilloso que sería volver a correr y cómo se sentiría ir tras el volante de esa maravilla automovilística, luego pensó que, de pronto, las intenciones del chico no son las mejores, después de todo es un extraño y sabe que ella no conoce el idioma y no es de este país lo mejor sería no aceptar. - Muchas gracias, eres muy amable pero no aceptaré tu invitación- respondió Melisa. Kyle sonrío al ver la cara de sorpresa de su hermano Scott, porque tal vez era rechazado por primera vez y peor aún con su hermano como espectador. Melisa continuó viendo el vehículo mientras una joven que estaba muy cerca de ellos se acercó a Scott y le dijo, - Si me quieres llevar yo sí acepto- lo miró de forma seductora, mostrándole una hermos
Narrador.Melisa volvió a su actual vivienda muy agotada por haber calzado por tanto tiempo esos zapatos de tacón, quería quitárselos y llegar a su destino descalza, pero se le congelarían los pies, así que debió aguantar hasta el último momento, entró al taller y observó algunas luces prendidas, no recordaba haberlas encendido pero tampoco había revisado si Albert las dejó encendida antes de irse.Caminó a su habitación y se quitó la ropa, quedando solo en ropa interior, se colocó un enorme jersey y unas pantuflas, se dirigió a ajustar la calefacción porque la temperatura comenzaba a bajar.Buscó sus artículos de higiene y se fue a duchar, verificó que saliera agua suficientemente caliente y luego se metió a bañar, mientras lo hacía cantaba, estaba feliz por haber tenido una tarde tan maravillosa
Narrador.Melisa despertó agitada, abrió sus ojos y solo había oscuridad, buscó su teléfono para ver la hora, eran las tres de la mañana, se levantó a buscar un vaso de agua y mientras caminaba se dio cuenta de la humedad que tenía en su entrepierna, eso la hizo sentir incomoda por lo que decidió asearse y cambiarse de ropa interior, bebió agua y regresó a su pequeña habitación, intentó dormir pero no podía, ese sueño fue muy intenso para ella, aunque no quería pensar en el asunto, muchas cosas daban vueltas en su cabeza, buscó en su bolso el perfume de hombre que había comprado, lo olió y por primera vez se hizo consiente del hecho de que era la misma fragancia que usaba Alejandro y también su padre, a Alejandro le gustaban las carreras y las motos al igual que a ella, de hecho ellos aprendieron junto a manejarlas y él en l
Melisa se despertó y eran las ocho de la mañana, se sorprendió al ver el reloj y darse cuenta de que se habia quedado dormida por tanto tiempo, aunque comprendió que su extraño sueño la había desvelado, rápidamente se fue a duchar con agua tibia y sin lavarse el cabello puesto que pensaba salir y esta mañana parecía un poco más fría que las anteriores, se vistió utilizando un pantalón deportivo holgado de tela gruesa y oscura, con una ligera franela de algodón y sobre este, un abrigo, peino su cabello y se colocó sobre él un gorro tejido perfecto para cubrirla del frío y para sus manos buscó unos guantes qué se pondría al salir de ser necesario, se maquillo ligeramente utilizando un poco de polvo compacto y brillo labial, tomó su celular y salió para encontrarse con Douglas. Cuándo Melisa salió, la calle estaba un poco transitada, había un hermoso auto en la calle de enfrente estacionado, Melisa suspiro al verlo, era un hermoso Lamborghini plateado, todo un sueño, lo miro y
Narrador. kyle le comento a Melisa que tenía una colección de autos y que usualmente solían contratar a un mecánico de cabecera que se encargara del cuidado y mantenimiento de los autos pues es necesario que su motor sea encendido con cierta constancia y que los autos se muevan para que no se dañen las llantas, cosas que Melisa sabe aún mejor que el dueño de los autos, ella sonrío y respondió. - Lo sé. - Por eso necesito un mecánico- la miro fijo a los ojos, la chica sostuvo su mirada pero no le mostró importancia a su comentario. Kyle le contó que está en busca de un nuevo mecánico ya que el anterior no puso en regla sus documentos migratorios y había sido deportado y al darse cuenta él y su hermano que el hombre abusaba de la confianza que sus empleadores le daban cuando se encontraban fuera de la ciudad no quisieron ayudarlo con su problema sino que más bien decidieron buscar a un nuevo empleado. Mientras decía esto miraba la ac
Narrador. Se fue Melisa hacia el taller y cuando iba llegando se dio cuenta que al frente de éste seguía estacionado el mismo Lamborghini que había visto en la mañana, pero además junto a éste había otro Lamborghini de otro modelo y otro color, en ese mismo momento se percató de que estaba entrando en el taller un gran camión que descargaba otros dos Lamborghinis de modelos diferentes y diferentes colores. Hasta hace unos días, en sus veinte años de vida jamás había visto en persona un Lamborghini y este día está viendo no uno sino cuatro de diferentes modelos de los más caros que existen en el mundo (Lamborghini Sian Roadster, Lamborghini veneno, Lamborghini diablo GT y Lamborghini mansory carbonado GT), tan solo con un carro de esos en su país si ella lo vendiera se compraría una linda casa y en una buena zona, un auto y le quedaría tal vez para amoblar la casa, hacer mercado, comprar ropa y salir de paseo, le pareció una locura la disparidad de este mundo, con el