Carolina iba feliz, conoció a un chico muy guapo que trabajaba en la misma empresa, podrían verse seguido, era muy amable y carismático, ella quedó flechada por él.
Al día siguiente le contaría a su amiga María lo que le paso con el chico guapo y harían una búsqueda de él y a qué departamento pertenecía, María tenía acceso a los empleados en el comedor ella lo buscaría entre todos, con las señas que su amiga le dijo.
En la cena con la familia, Daniel notó extraño a Jonny, miraba mucho a Dalia y sonreía como tonto, cuando subió para descansar escucho una conversación entre ellos sin querer y esto lo molesto, se acercó a Jonny cuando Dalia entró en su habitación. “¿Oye no crees que estás algo extraño con mi hermana?”.
Discutió un poco con Jonny hasta que le advirtió que no lastimara a sus hermanas, se fue a su habi
Dalia se marchó con Robert y Daniel giró para ver a Carolina, esta se exaltó cuando Daniel la tomó del brazo y la llevó de nuevo a la oficina cerrando la puerta. Ella no tuvo tiempo de reaccionar cuando ya estaba en los brazos de Daniel, la abrazaba fuerte tratando de controlar su enojo < ¿Qué pasa con este hombre?> pensaba ella apenada. Daniel la soltó solo para tomar su barbilla y decirle. “¿Te asustaste?”. Ella asintió sin hablar con los ojos muy abiertos. Él sonrió por sus gestos. “Lo siento, ese tipo daño a mi hermana, me la debía”. Carolina solo afirmó con su cabeza. Miraba sus ojos color miel y le dijo. “Eres tan linda”. Y después de decir eso la beso.
“Daniel, te extrañé, pensé que me llamarías”. Ella le dijo coqueta, Carolina frunció el ceño miro a Daniel quien le sonrió nerviosamente, después salió de ahí lo más pronto que pudo. Adelaida miró a Daniel y luego a Carolina. “¿Creo que se molestó? ¿Es una empleada de la compañía?”. Ella quería saber sobre ella. Daniel sonrió. “Si, es la asistente de mi hermana y es mi novia”. Adelaida asombrada trató de controlar sus emociones. Pensaba. -¿Cómo que novia? ¿A qué hora paso? Solo lo dejé por unas semanas y ahora tiene novia… y es una chica insignificante-. Ella trató de calmarse. “Bueno mis padres me mandaron a negociar ser socios, me gustaría presentarte nuestras propuestas y en que se beneficiaría la compañía”. Daniel ob
Ellos forcejeaban y Miguel lloraba, de repente su padre soltó la botella y se abrazó para caer al piso. Ambos hijos gritaron. “Papá”. Horas después Carolina estaba sentada en las sillas del pasillo en el hospital abrazando a su hermano, llegó María y su madre, consolándola. “María fue mi culpa, me vio con Daniel y se enojó”. Ella le explicaba a su amiga entre sollozos muy angustiada. La madre de María tomó a Miguel abrazándolo estaba muy asustado. María no soltó a Carolina tratando de consolarla. “Tranquila Caro, veras que estará bien tu papá, estoy aquí contigo”. Después de un rato Carolina se calmó, la madre de María se llevó a Miguel a dormir en su casa y María se quedó acompañar a Carolina. Ella le contó todo lo que
Pasó el fin de semana muy rápido, ya era lunes, todos tenían mucho trabajo en la empresa, Dalia y Carolina tenían demasiados pendientes y Dalia no estaba concentrada. Tocaron a la puerta y Daniel entró a la oficina. “¿Nada de Dania?”. Preguntó. Dalia tristemente negó. “No, ella no contesta el teléfono sólo suena”. “Creo que es hora de que llames a Elías…” Le dijo Daniel. “Es que. No sé si en realidad está con él”. Daniel frunció el ceño. “¿Cómo?”. Dalia respiró profundo para contarle todo a Daniel quien ya estaba furioso por lo que escuchaba. “Llama a Elías y yo llamaré a Robert”. S
Regresó a la ciudad y dio un paseo por las calles que eran tan familiares para ella, el hombre la seguía y tomaba fotos, llegó a su hotel y pidió la cena, a su celular nunca llegó un mensaje de Daniel, ella no esperaba que esto terminara así. Días antes… “Bueno te dejo, Dani me espera”. Sonrió y se acercó al asistente. John miró a Adelaida. “El señor la está esperando Entró en la oficina y cerró la puerta. “Daniel, qué gusto verte de nuevo”. Se acercó rápidamente para abrazarlo, pero él se negó, no estaba para nada de humor. “Adelaida, lo siento, pero no podré tenerlos como socios, he llenado la cartera de clientes”. Ella molest
Él se quitó el saco y la corbata contestando. “Tengo mis fuentes”. Carolina cruzó los brazos. “Fue María”. Él sonrió y asintió. “Tenemos que hablar”. Ella hizo una mueca. “¿Pensé que querías que te dejara en paz?, eso es lo que hice, por más de dos días no te he molestado”. Daniel la observaba era tan linda. “Dame una oportunidad de hablar contigo y explicarte”. Sentándose en el sillón le dijo. “Te escucho”. Daniel se acercó a ella. “Lo siento … de verdad siento lo que te dije, sé que no tengo excusa y sé que hice mal”. Él se acercó a ella abrazándola fuerte y besando su cara. “No debí alejarte, esto de Dania me tiene los
A media noche, el ruido del centro de una ciudad en México era ensordecedor, las personas bailaban al ritmo de la música adentro y afuera de los bares de la calle más popular por los jóvenes. Dentro de uno de los bares más prestigiosos, un hombre con traje disfrutaba de la vista desde el segundo piso que era la zona VIP del lugar, Salvador junto con otros hombres bebían y charlaban sobre negocios y mujeres, en la pista de baile las mujeres disfrutaban la música, Salvador conversaba con un amigo mientras observaba, buscando a la afortunada de esta noche. “Salvador, ¿Aún no la encuentras?”. Sus amigos sabían sus costumbres al venir al bar. Él observaba a una rubia que bailaba sensualmente junto con otras mujeres, Ella giró para verlo y le sonrió, él hizo lo mismo levantando su trago saludándola.
Salvador suspiró. “Mi padre se enteró de que mi hermana me dejaba manejar algunos tratos con socios, no tendré más ingresos”. “Manuel Covarrubias se jubilará, tendré el puesto de recursos humanos vacante”. Salvador lo pensó por unos segundos. “¿Tendré que entrevistar a las modelos y conductoras?”. Elías negó con la cabeza. “Solo piensas en eso, te recuerdo que está estrictamente prohibido las relaciones dentro de la empresa”. “Lo sé”. Pensaba -Claro que nunca ligare dentro de la empresa…- “Aceptó, ¿Cuándo empiezo?”. Un año después... Salvador se encontraba en una fiesta de un colega cuando sonó su teléfono, era una llamad