Mas tarde después de cenar mi sensibilidad aumento un doscientos por cientos al igual que la acidez de mi estomago y un fuerte dolor de espalda que iba desde la mitad de mi espalda hacia abajo, también sentía frio en los pies y en las manos, los sentía completamente congelados a pesar de que no hacia tanto frio.

Fui por mi almohadilla térmica para enchufarla y colocarla frente al sillón porque los niños querían ver una de mis películas favoritas.

-Dag mi amor, ¿Me haces un favor?-

-Si mami-

-En el borde de la cama hay frazada finita, ¿Me la traes mi amor?-

-Si-

Dag salió corriendo escaleras arriba para ir por mi frazada mientras yo ponía la película. Una vez que bajo me la entrego me la puse en la espalda cubriéndome los brazos y las piernas mientras sentía como mis pies y mis manos comenzaban a tomar algo de temperatura.

-¿Tienes frio?- me pregunto mi primo sentándose en el sillón individual con su pie apoyado en este-

-Te doy como dos segundos para que bajes el pie de ese sillón o te