Rosalin y el señor Duncan llegaron a la corte muy temprano para encontrarse con la abogada quien le dio los buenos días muy sonriente al señor Duncan y una sonrisa fingida para Rosalin quien por enésima vez sólo respiro profundo para aguantarse a la Femme Fatale. Pero nada la podría haber preparado para la noticia que les tenía la abogada ese día.-Señor Duncan: Le tengo malas noticias – Dijo la abogada –-¿Qué sucede? – Preguntó el señor Duncan –-No me pregunte cómo, pero el abogado de Miller consiguió la firma de un juez para poder abrir el expediente de Evelin y traerla hoy como testigo –Dijo la abogada mirando por un momento a Rosalin –-¿Qué? ¿Qué es lo que está diciendo? ¿Evelin va a declarar? – Preguntó Rosalin confundida --Sí – Respondió la abogada –-Pero, no pueden permitirlo. ¿Ese expediente no estaba sellado y protegido por la policía? – Preguntó Rosalin mirando al señor Miller a lo lejos hablando con su abogado –-Consiguieron la firma de un juez para que se permitiera
-¡Oh Por Dios! ¿Qué había hecho? – Se dijo agarrándose la cabeza – Trataba de recordar ysólo llegaban a él recuerdos de ellos dos en la sala bebiendo vino y también.... Tambiénrecordó que ella se le acercó y lo besó en los labios, por lo que pensó en los reclamos deRosalin, pero lo que no recordaba era cómo había llegado a la habitación y mucho menos ala cama.El señor Duncan se levantó y comenzó a buscar su ropa, la cual estaba sobre una silla alotro lado de la habitación y se vistió con rapidez. Sacó su teléfono del bolsillo de suchaqueta y lo revisó. No había ni un mensaje de Rosalin. Era comprensible con lo mal quela trató. Se pasó las manos por la cara. Habían tomado mucho. En ese momento, sedespertó la abogada quien parecía muy feliz y relajada.-Buenos días, Kyle – Dijo estirándose como un gato y arreglando su cabello enmarañado,largo y oscuro –-¿Qué sucedió Laurelay? ¿Por qué amanecí en tu cama? ¿Qué pasó anoche? No recuerdocomo llegué a tu cuarto – Dijo el señor Du
-¿Qué tengo que ver con Melanie Caldwell? – Dijo la abogada – Directamente nada, pero ¿Quién cree que hizo llegar mis referencias a sus abogados?-¿Melanie? – Preguntó el señor Duncan asombrado - ¿Por qué?-No sé. ¿Venganza tal vez? – Respondió la abogada con las manos en la cintura sin preocuparle que no llevaba ropa puesta –-¿Todo fue una trampa? – Preguntó el señor Duncan –-Sí. El señor Miller también salió muy favorecido – Dijo la abogada –-¿Así que le dieron dinero a un hambriento como Miller? –Dijo el señor Duncan - Pero jamás van a lograr quitarme el fideicomiso de Sarah – Dijo el señor Duncan con los ojos entrecerrados – A menos que el objetivo no fuera ese sino otro – Dijo el señor Duncan mirando la habitación y la cama revuelta – ¡A menos que el objetivo fuera separarme de Rosalin! – Gritó el señor Duncan –-¡Y creo que se logró! No creo que ella te perdone esto – Dijo la abogada –-¡Oh No! ¡Eso no sucederá! ¡No, si yo puedo evitarlo! – Dijo el señor Duncan saliendo de la
Rosalin iba entrando al edificio que era la empresa de su esposo. La mayoría la conocían y la saludaban con amabilidad. Se dirigió al ascensor para subir directamente a la sala de juntas y al entrar, allí se encontraba su esposo reunido con los abogados. Todos se voltearon a verla sorprendidos.-¿Rosalin? ¿Qué estás haciendo aquí? – Preguntó el señor Duncan –-Buenos días – Dijo Rosalin acercándose a la mesa - ¡Qué extraño no ver por aquí a la señorita Chamberlain iluminando con su carisma!-Hay muchas cosas que debo contarte Rosalin y esa es una de ellas – Dijo el señor Duncan – La señorita Chamberlain está despedida. Te lo iba a decir esta mañana, pero estabas apurada para tu reunión –-¡Qué interesante! – Dijo Rosalin colocando una carpeta con toda la información recabada por los senadores – Porque esa reunión a la que fui ésta mañana, me llenó de luz y sabiduría, pues me consiguieron las pruebas para aplastar definitivamente a Miller –-¿Pruebas? ¿De qué pruebas estás hablando? –
Después que el hombre dejara los potes a los pies de la señorita Reynolds, se alejó y ésta no podía encontrar las palabras. Se le notaba muy nerviosa mirando para todos lados.-Raúl, ¿Por qué dejas eso allí si sabes que ese va para el depósito – Dijo indignada la señorita Reynolds –-Lo siento, señorita Reynolds pero usted misma tendrá que ir y colocarlo en su lugar – Dijo Raúl –-¡Sí serás igualado! ¡Ya mismo voy a hablar con el director para que te despidan! – Dijo la señorita Reynolds –-Antes de ir a contar otro chisme en la dirección, señorita Reynolds, quisiera que le diera un vistazo a éste documento – Dijo el señor Duncan entregándole un sobre a la señorita Reynolds –-¿Qué es esto? – Preguntó la señorita Reynolds –-Ábralo – Dijo el señor Duncan y ella lo hizo para leer por unos minutos hasta que sus ojos se abrieron muy grandes –-¿Qué? ¿Demandada? ¿Por qué? – Preguntó la señorita Reynolds en tono alto –-Está siendo demandada por haber dañado los disfraces que hizo mi espo
Rosalin y el señor Duncan iban tomados del brazo entrando al salón de eventos donde se llevaría a cabo la fiesta por el compromiso de Clarisse y Antoine. Clarisse había dejado bien en claro que ella no debía faltar. No quería que se rompiera su amistad.Rosalin con la ayuda de Byron escogió un vestido dorado que se adaptaba a sus curvas, con escote de corazón y los tirantes se abotonaban en el cuello con una gran abertura en su pierna izquierda. Un peinado alto con mechones sueltos.-Eres una visión impactante para mí y para todos los hombres aquí presentes – Dijo el señor Duncan acercándose para besarla en la frente –-¿Te molesta? – Preguntó Rosalin –-Un poco. Soy humano ¿Sabes? – Dijo el señor Duncan con una sonrisa – Pero quiero que te sientas bien y que seas tú misma. Eso sí quiero mi recompensa más tarde cuando lleguemos a casa –-Por supuesto que sí – Dijo Rosalin y en ese momento llegaron a la entrada del salón donde se encontraban Clarisse y Antoine recibiendo a los invitado
Llegó el lunes. La mañana prometía ser agradable y soleada, aunque ya comenzaban a sentirse los vientos de otoño. El señor Duncan y Rosalin entraron a la corte y ya estaban allí sus abogados.Anunciaron que comenzaría la sesión y que se pusieran de pie para recibir al juez quien se sentó en su gran escritorio. Se leyó todos los testimonios de la sesión anterior.-Muy bien, señor Miller, por favor, llame a su testigo – Dijo el juez –-Sí, señor juez – Dijo el abogado Miller – Llamo a declarar a Sarah Duncan Miller – Y todos se volvieron a ver a los abogados defensores –-Su Señoría, me temo que la señorita Sarah Duncan, no declarará hoy en ésta corte debido a los resultados que arrojó una investigación donde se puede comprobar que tanto el señor Michael Miller y nuestra ex defensora Laurelay Chamberlain, fueron pagados para llevar estas acusaciones a cabo en contra del señor Kyle Duncan y su familia – Dijo el abogado –-¿Qué? ¿De qué se trata esto, Duncan? – Preguntó el abogado Miller
Las horas pasaban lentamente y el señor Duncan se levantó de la silla donde había permanecido para volver a caminar de un lado para el otro. Rosalin y Nick permanecían en sus asientos sumidos en un silencio que decía más de mil palabras. Ya hacía cuatro horas que los médicos habían entrado a quirófano con Evelin. Las heridas eran graves. Tenía una herida en la frente y una en el costado.-¿Cuáles son las probabilidades de éxito de la operación, doctor? – Preguntó Nick —-Es de pronóstico reservado. Tengo que operar y examinar para ver cuál es el daño – Dijo el doctor – Y aún si la operación saliera bien, debemos esperar hasta que ella reaccione y ver la gravedad del daño que le hizo esa bala. Orar y esperar con paciencia es lo que les recomiendo en este momento – Terminó el doctor retirándose y dejando a Nick y Rosalin con el corazón atravesado por una daga, por lo que Rosalin se abrazó al señor Duncan con lágrimas que inundaban sus ojos. Se sentó y se dispuso a llamar a casa para i